No necesitamos esa colección de buitres canallas y de tiburones sedientos de sangre, disfrazados de economistas, que no hacen más que especular con la vida de millones de personas y arruinarles su derecho a la salud, a la educación, a la jubilación, a la felicidad... No necesitamos esa turba de justificadores de la avaricia ni a esos multimillonarios sinvergüenzas que, después de acumular ingentes cantidades de dinero, crean fundaciones para soportar su mala conciencia. No necesitamos a esos codiciosos insaciables, enfermos indignos que no controlan su apetido desmedido por el dinero y el poder. No necesitamos adictos salvajes a producir la ruina de los demás. No necesitamos más sicópatas ultraliberales...
Necesitamos a esa buena gente que hace bien su trabajo sin dañar a los demás; a los que viven sin pisar a nadie; a los que saben caminar sin echar piedras sobre los que están más abajo; a los que consideran -como Rousseau- que no es malo mejorar, que lo malo es creerse mejores. Necesitamos a los que ayudan a los demás, no a los que están sólo atentos a registrar a su nombre cualquier propiedad; necesitamos a los que han superado la fiebre del oro y el afán de posesión y consideran que una sonrisa ya es un tesoro.
viernes, 15 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
lunes, 11 de julio de 2011
Vivir del aire
"En el árbol desnudo alborotan los pájaros gritando, son pobres, y no tienen más que su voz y su alegría, y la derrochan. Yo he recogido un poco de ésta para los días más escasos"
José Jiménez Lozano
José Jiménez Lozano
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