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jueves, 25 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-17


Día 17      Miércoles 15-8-2012

11ª etapa    Saldang (4.200 m)-Nangung (4.450 m.) Prepración para ascender al Gela-la (5.093 m.)

Amanecemos con el canto de los pájaros, parece que no llueve. Ascendemos unos 400 metros o más durante una hora, nos alejamos de saldang en dirección Oeste, poco a poco se va viendo la cadena de montañas nevadas de más de 5.000 o 6.000 metros.
Un paisaje espectacular, duro, agreste. En apenas 3 horas hemos llegado al lugar del campamento base desde donde mañana atacaremos y subiremos el Gela-la.
Estamos cerca de un pueblo que parece de unos indios americanos con alguna construcción metida en una entrada de la roca, hay un pequeño río que circula por el valle.
Comemos, montamos las tiendas y ordenamos todas nuestras cosas.
Hay unas masas nubosas blancas y grises jugando por las montañas, cuando sale el sol hace un calor espantoso dentro de las tiendas.
Nos ha contado nuestro guía Gomé que al grupo de militares que estaban la primera noche con nosotros en Dunai también se les cayó una mula y que perdieron el equipaje. Todavía peor, a un grupo de franceses les cedió una ladera y uno de ellos cayó al río y se ha ahogado. Esperemos que no den la noticia en España.
Vimos bharales hoy por la mañana, estarían a unos 100 metros y no huían de nosotros.

Sigo pensando por qué consideramos bellas a las montañas. Tal vez Rilke tuviese razón al afirmar que "la belleza es el comienzo de lo terrible y que la admiramos tanto porque, serenamente, desdeña destruirnos". En el caso de las grandes montañas, en los ocho miles, esa belleza de la máxima altura sí que puede considerarse el comienzo de lo terrible, de lo difícil, de lo desacostumbrado, de lo inverosímil, de la tentación desconcertante. Las admiramos tanto porque nos indican el camino de lo imposible, de la mística de lo absoluto, del que no sabe quedarse sólo en la prudencia; porque el hielo, la nieve y las rocas son lo más alto a lo que podemos aspirar. San Juan de la Cruz lo llamría la "Subida al Monte Carmelo", al monte al que no se puede ir con comodidades, que nos mide y nos toma la medida, que nos indica si podemos seguir o nos dice que tenemos mal de altura, que eso no es para nosotros. es el dominio de lo superlativo.
El comienzo de las verticalidades también nos atrae porque vivimos en lugares fáciles y horizontales.

Después de comer bajamos a Nangung, un pueblo con pocas casas y un monasterio cerrado. Está enclavado en un lugar curioso, entre el curso de un río y un barranco. También aquí, a 4.600 metros de  altura, cultivan trigo. Se ven ruinas de edificios construidos en la pared de la montaña, aprovechando una cueva.
Intentamos cruzar el río y no encontramos el paso. Paseamos un rato y contemplamos el paisaje.

No sé si todo cambia o todo permanece, si el río fluye y erosiona y desgasta o si es la montaña la que obliga al río a desviarse por donde ella quiere;no sé si Heráclito tenía razón o la tenía parménides, no sé si la tienen los dos juntos a la vez o ninguno. No sé, ese escepticismo, esa limpieza de ánimo me lleva a examinarme y a querer ser menos codicioso, ¿por qué deseamos tantas cosas?, ¿no sería suficiente una para regalar? Si deseásemos menos, si codiciásemos menos, ¿mejoraría algo? Si no exiges mucho es muy fácil conseguirlo casi todo.
En este paisaje de impermanencias todo es tan enorme que es complicado dar con el sentido de la medida. Tal vez lo mejor sería conformarse con la excelente sopa de ajo que nos hace el cocinero todas las noches, parace ser que le pone salsa de tomate, alguna verdura, algún día champiñones, ajos picados y -el secreto- algo de jengibre.
El mundo es grande y hasta esta región remota, que es el Dolpo en eNepal, tiene pueblos, caminos, senderos, montañas y, sobre todo, tienen nombres para todas las cosas.

¡Qué maravilloso es que exista el mundo exterior, qué triste si sólo existiera la conciencia interior, el pennsamiento y la mente en soledad!

Mientras tanto espero la luz no emitida, la sonrisa que todavía está dormida, la vida que se prepara para dar, la alegría que se inventa, la belleza que se anuncia con el mismo amanecer.





martes, 16 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-16


Día 16      Martes 14-8-2012

10ª etapa     Saldang (4.200 m.)-Yangtsher Gumba (3.800 m.)-Saldang

Hemos dormido en nuestras tiendas instaladas en el patio de esta gran casa en lo más alto de Saldang, lejos del río, así no hemos tenido que oír esa especie de catarata contuinua e incómoda toda la noche. Nos han despertado los pájaros y, además, ha llovido poco. Un buen comienzo.
A las 6 nos traen el té y el agua caliente (tato pani) para lavarnos. Desayunamos en la casa del lama, donde merendamos y cenamos ayer.
Hemos decidido ahorrar una etapa de la programada (una era Saldang-Yangsther Gumba e pasar la noche alí, y otra era Yangsther Gumba-Saldang, e instalar la tienda de nuevo en Saldang) y hacer nosotros tres con el guía el camino de ida y vuelta, sin mulas y sin cambio de campamento. vamos a ahacer dos etapas en un día, unas 9 horas de caminata, con sol, con nublados, con lluvia...
Vemos valles espléndidos, montañas inmensas sometidas a un verdadero proceso de erosión (Mathiesen decía en 1977 en su libro que Nepal necesitaba una reforestación urgente), Antes de llegar a Yangsther Gumba  tuvimos que pasar por zonas difíciles, cruzar el río con terreno resbaladizo. Poco antes de llegar hay un puente viejo de piedras y vigas de madera que parece a punto de derrumbarse con la próxima crecida del río, al lado hay un puente nuevo con cables de acero.
Comimos antes de llegar al monasterio, contemplándolo desde una posición elevada; una verdadera maravilla, al lado está el pueblo de Shimengaon. El monasterio está a aunos 4.000 m. de altura. El lama no estaba, nos informan de que está en katmandú (¡qué raro!) y esperamos a que llegue la persona que tiene la llave; es una mujer muy guapa, con la cara quemada por el sol, llega del campo con la hierba que había segado; la esperaba un bebé de 2 meses -al que dio de mamar- y otros dos niños pequeños, descalzos, sucios y muy descuidados.
Abrieron el monasterio y vimos unas 10 estupas -donde se supone que se guerdan los restos mortales de los lamas- denntro de un edificio rectangular lleno de hermosas y coloridas pinturas budistas. En otra parte del monasterio está el templo y 28 esculturas de latón-bronce de Buda (algunas fueron robadas y llegaron hasta EEUU, pero alguien las reconoció, lo denunció y han regresado de su largo viaje. Ahora están en su sitio). El templo tiene su gong y sus libros sagrados en la biblioteca, todo muy descuidado y lleno de polvo, como si llevasen años sin limpiar ni adecentar nada.
El monasterio en su conjunto es precioso y tiene hacia el norte unos 10 molinillos de oración y unos 100 hacia el sur.
Regresamos a saldang (de 13,45 a 17,45) por el mismo camino, cansados, con lluvia, bastante agotados.Antes de llegar vimos una manada de bharales. La subida a aSaldang fue especialmente agotadora, unos barrancos enormes casi verticales, el terreno mojado, gangoso y resbaladizo por la lluvia.
Nos hemos cambiado de ropa u hemos subido a la casa a tomar el té con galletas de la tarde y, después de descansar, la cena. Los niños han vuelto a interpretar (como ayer por la tarde y hoy en el desayuno) las oraciones budistas con los platillos, el gong y la caracola marina.
Sobre las 7 de la tarde llegaron un grupo de norteamericanos (de EEUU) que recorren el Dolpo con sólo dos porteadores. Hablamos conn un hombre joven, de unos 40 años, había vivido y trabajado años en Hispanoamérica, 4 años en nepal y ahora en Mozambique. Gente interesante, estudiada y viajada. Llevaban unas mochilas grandísimas y pesadas. Son jóvenes.

Al ver la indiferencia, el abandono y la desidia que hay entre los que deberían cuidar estos templos y monasterios, me acuerdo de Nietzsche, cuando decía que las iglesias no son más que los mausoleos de Dios, que gritan y ponen de manifiesto la muerte de Dios. Estos lamas aparentemente tienen bastante descuidados los templos que, bien conservados y limpios, podrían ser museos maravillosos.

Caminando se aprende. En vez de buscar, se llega a encontrar; en vez de encontrar, se llega a valorar lo que se tiene; en vez de tener, se aprende a ser; en vez de ser, se limita a admirar.

Toba belleza, sea natural, humana o artística, debe ser reconocida, valorada, protegida y admirada.

Por la mañana, Jason, el americano con el que hablamos ayer por la tarde-noche, nos contó que su padre era ingeniero civil y que él había vivido y viajado de niño por muchos países del mundo y que eso le gusta. estudió Urbanismo, Relaciones Internacionales e Idiomas, ahora sigue con su mismo modelo de vida con su mujer chino-americana trabajando en una ONG.

lunes, 15 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-15

Día 15    lunes 13-8-2012

9ª etapa   Campamento del descenso del Sang-la (4.300 m)- Nando- Saldang (4.200 m)

Ha llovido toda la noche, el día empieza mal.
Salimos a las 8 con lluvia, con pantalones de agua, impermeable y capa de agua. A los 2  minutos tenemos que atravesar un río bastante caudaloso, crecido por las lluvias. Toca descalzarse, el agua helada, el guía y todos los que nos acompañan improvisaron un puente con una viga de madera. Los pies fríos. Seguimos con ánimo y hacia adelante.
Nos cruzamos con uan expedición francesa que iban a Jhonson, 7 personas, 11 mulas, 10 porteadores; algo más lujoso que nuestra humilde expedición.
Comemos en nando, en un colegio donde dan clase a los niños entre 7 y 13 años; al menos no nos mojamos bajo el porche. El profesor de inglés del colelgio nos dijo que trabajaban sólo 6 meses, los otros 6 meses de invierno hace demasiado frío y no se puede dar clase. Los niños que pueden van a Katmandú o a otro lugar para continuar sus estudios.
Seguimos caminando al lado del río Nangkong Chu, atravesamos pequeños pueblos que sobrevicen en condiciones durísimas.
Como el día está nublado no podemos más que adivinar unas inmensas montañas de casi 6.000 metros que tenemos al lado.
El delirio de las erosiones, ríos potentísimos, montañas arañadas por torrentes. Los materiales sedimentarios son fáciles de arrastrar por las aguas. Hay "chimeneas de brujas", formaciones de conglomerado muy altas que no se han erosionado porque han quedado protegidas por una piedra o roca más dura.
Llegamos a la parte más alta de Saldang, después de una agotadora subida, sobre las 16,29, se han montado las tiendas, tomamos el té de las 5 de la tarde y ahora estamos en una casa muy rica, en una habitación, protegidos de la lluvia y del frío.

Hermos pasado la tarde en la casa que acoge en su patio nuestras tiendas de campaña. En una sla de estar hemos visto un libro, "Caravanas del Himalaya", hemos leído, merendado y cenado.
También hemos tenido el placer de ver y escuchar a los niños de la casa recitando mantras budistas mientras tocaban los platillos, el gong y la acracola de mar. Como son parientes del lama tienen casi in monasterio en casa, con todo lo que contiene un templo y con una biblioteca biehn cuidada.
La casa es fría, pero la cocina -que debe medir 40 metros cuadrados- es acogedora, tiene una estufa-cocina alrededor de la cual hacen los deberes los niños y se ven armarios repletos decacharros de cocina. En la planta baja hay montones de cagadas secas de yaks y de vacas que se usan como combustible. No huelen al arder.

Estamos en el año 2.068 según el calendario nepalí y en un lugar que se encuentra a 10 kilómetros de la frontera con China-Tibet.

jueves, 11 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-14

Día 14    domingo 12-8-2012

8º día de expedición     Camp. base del Chang-la (4.700 m)- Chang-la (5.120 m)- Camp. río (4.300 m)

A las 6 nos levantamos y contemplamos hacia el sur uno de los más bellos paisajes imaginables, toda una colección de montaás de 6.000, 7.000 y 8.000 metros, las distintas cumbres del  Dhaulagiri (8.167 m). Esto es un espectáculo sublime.
Cuando parecía imposible que existieran más alturas, si a 5.000 metros en Europa ya se han acabado las montañas, aquí vemos este desfile de montañas de seis y siete mil metros nevadas y, por encima de todas, como si fuera imposible, surge el Dhaulagiri, un espectáculo único, necesario y perfecto.
Si los románticos europeos fueron los primeros en valorara estéticamente la belleza de las grandes montañas, aquí habrían sido hiperrománticos, excesivos, megalómanos hasta alcanzar proporciones inimaginables.

A las 8 salimos y, sin muchas dificultades, coronamos el paso de Chabg-la, de 5.120 metros y así entramos y comenzamos el descenso hacia el Alto Dolpo. Un terreno duro y difícil, montañas peladas, al principio poca vegetación, algunas marmotas a 5.000 metros, después al bajar a los valles se ven arbustos.
Cuando paramos a comer empezóa  llover y casi no descansamos. La etapa de hoy ha sido larga y cansada, agotadora. Uno se imagina a los del GHT (Great Himalaya Trail o Gran Tour del Himalaya, cinco meses y medio, más de 2.000 kilómetros recorridos a pie...) y podría parecernos una condena y un suplicio.
Después de quitarnos las botas y los calcetines tres veces para cruzar distintos ríos, hemos llegado a las 16,30 a este campamento cerca de una casa y del único árbol que hemos visto desde que superamos el Chang-la.
Ahora descansamos en las tiendas. Algo que nos hemos merecido después de más de seis horas y media de recorrido por duras montañas y cárcabas (el agua produce muchos procesos de erosión verticales).

Como recuerda Montaigne, ese verso salvado del olvido por Estabeo, "NO ES NADA EL APRENDER SI NO CRECE EL ESPÍRITU". Podríamos decir que ni viajar ni amar, ni vivir ni soñar, nada llega a ser interesante sin crecimiento del espíritu.

Ha llovido toda la tarde y sigue lloviendo. No parece que tengamos mucha suerte con el tiempo ni con los animales que esperábamos ver. De todos modos el conjunto de montañas es impresionante.

Sin duda, con una gran ingenuidad, a algunos siempre nos ha dado por sostener que el optimismo, la felicidad, la vitalidad y la alegría son el destino de todas las personas.
Para sostener estas ideas no hemos contado con grandes apoyos, por eso cuando ahora sostenemos que estas montañas del Himalaya poseen tanta grandeza como las mejores creaciones humanas sabemos que casi nadie nos va a creer. No importa, estas grandes alturas nos permiten entender la humildad de nuestra naturaleza y nos sirven para soñar, entre otras cosas.
Hace ya más de 30 años que algunos pensamos que el movimiento podía expresar la alegría de vivir, aunque siempre existan nubes obscuras y cielos demasiado aficionados a la noche.
"lAS DIOSAS DE LA MONTAÑA SABEN DECIR MENTIRAS IDÉNTICAS A LAS VERDADES, PERO SABEN TAMBIÉN, SI LO DESEAN, REVELAR AL DESNUDO LA VERDAD". Pedro Olalla, "Historia menor de Grecia", un libro extraordinario.

Según lo que nunca acordamos podíamos hacer cualquier cosa, tal era la insustancialidad de nuestro compromiso, pero lo insistancial también debe ser expresado.

Hoy podrían invitarme al PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL DE VIAJEROS PERDIDOS sin indicarme ni cuándo ni dónde se celebrará. Así empezaríamos bien y siempre sabríamos a qué atenernos.

Aquí, en el Himalaya, los ríos son potentes, de noche el ruido que producen parece el de unas cataratas; las noches se hacen largas, entramos en la tienda a las 8 de la tarde y salimos a las 6 de la mañana, 10 largas horas. Aquí podemos repetir: "Amanece que no es poco".

miércoles, 10 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-13


Día 13    Sábado 11-8-2012

7ª etapa de expedición   Dho Tarap (4.050 m)- Campamento base del Chang-la o Shang-la (4.750 m.)

Como siempre nos hemos levantado a las 6 de la mañana, a las 8 estábamos en marcha, recorrimos el valle de tarap y visitamos un templo muy interesante y bien conservado, estaba abierto y lleno de todos los objetos ceremoniales que, aquí, nadie parece robar.
Con un aire cada vez menos "oxigenado", hemos caminado unas 4,5 horas hasta el lugar del campamento. Hemos visto una comadreja, varias marmotas y un grupo de 13 bharales corriendo, descendiendo por el monte que subíamos, atravesando el río y ascendiendo por la ladera de enfrente.
La caminata ha sido agotadora, las subidas se notan, los 4.700 metros se notan.
La gran lástima es que siempre haya rastros de presencia humana, me refiero a los envases industriales de zumos, gominolas  y latas de cerveza y de refrescos... realmente triste. Si alguien es montañero y sube a estas alturas y es capaz de dejar algo sucio es que no tiene la más mínima sensibilidad.
Comimos y seguimos cansados, cuesta respirar. Ahora descansaremos un poco.

Parefraseando a Rousseau podríamos decir que todo está bien en la naturaleza del Himalaya y que todo se estropea en manos del ser humano.

A las 16,30 queremos salir a una "espera" a ver animales, pero ha empezado a llover. El guía, el mulero y los cocineros están jugando a las cartas, nosotros esperamos a ver qué pasa.
Hemos salido con algo de lluvia y hemos llegado a 4.850 metros, como el Mont Blanc, pero aquí sin rastro de nieve o de hielo; en Europa a estas alturas hay glaciares perpetuos.
Algún bharal de lejos, una marmota y un paisaje grandioso, excepcional, ajeno a casi todo lo humano. Si alguien puede y si su cuerpo resiste, admirar estos lugares es un privilegio de un valor incalculable.
Llegamos cuando ya obscurecía y ya estaba preparada la cena en la tienda de la cocina, donde ellos duermen. A las 8, después de cenar, hemos regresado a las tiendas.

He recogido flores rosas y un edelweis que llevará la señal de su origen, a acsi 5.000 m. de altura, paso deChang-la, Alto Dolpo, Nepal, Himalaya.

Quería seguir la recomendación del "Juan de Mairena", de Antonio Machado, no se trata sólo de ver mejor, sino de ver lo mejor.
Está claro que se puede venir a Nepal para conocer esta naturaleza, los bharales, el leopardo de las nieves, las aves, las marmotas, los biólogos se aproximan perfectamente a esta grandeza.
Hoy, en la espera fría, a 4.850 m. de altura, aquí, al lado del Shang-la, en el Alto Dolpo, se puede meditar sobre el motivo de nuestra presencia aquí.
No es sólo salir de casa, viajar, conocer el mundo, es que esta naturalezamparece estar en el límite de lo imposible. Es la grandeza de lo sublime en estado puro, el poder absoluto de los ríos, valles y montañas cada vez más altas y resplandecientes.
Lo absoluto en la naturaleza, lo inacabable, el desafío de recorrer estas alturas, la belleza que se arriesga hasta superar todas las barreras de la normalidad.
A un romásntico, a cualquier ser excesivo, a un nietzscheano le tiene que gustar este reino de cimas, cumbres y alturas, este inabarcable mundo de catálogos de altas montañas, nubes, valles, erosiones... que parecen haber surgido de una gran explosión y todo sin apenas vestigios humanos.
Tal vez sigamos buscando indicios de inteligencia, de belleza y de sensibilidad en el planeta Tierra
El lenguaje secreto de los líquenes.
Algunas piedras a estas alturas del Himalaya se han llenado de unos líquenes que parecen transmitir un mensaje en un código secreto. A veces son rojos,a  veces amarillos, siempre componen dibujos abstractos, algunas veces parece que quieren ser entendidos y componen letras sencillas o dobles. Es posible que a lo largo de todas estas montañas se esté componiendo el más bello de los poemas, pero no sabemos leerlo, no sabemos si deben seguirse los senderos, los ríos, las curvas de nivel, los valles o las marcas que dejan los bharales, tampoco sabemos si habría que interpretar el vuelo de las aves y anotar sus trayectorias.




martes, 9 de octubre de 2012

Un sueño en el Himalaya


El hombre llegó a la gran construcción a última hora, unos segundos antes de la hora del cierre. El vigilante, en vez de levantarse para empujar la gran puerta de acceso, le dio la llave para que él mismo cerrase desde el interior. La fortaleza quedaba clausurada.
Se suponía que deberían estar esperándolo pero, en aquel laberinto de salas y de pasillos sin indicaciones, sólo encontró a otro invitado tan desorientado y perdido como él.
Después de perderse por varias salas llegó a una donde se estaba proyectando una película desconocida que le recordó vagamente a "La dama de Sanghai", de Orson Welles. Lo curioso es que la gran sala de cine, inmensa, estaba vacía, ni un espectador.
Salió con intención de encontrar a alguien que le llevase a su habitación o le explicase tanta soledad y silencio, pero sólo vio desde una ventana que por el gran patio central de la gran edificación se acercaba el Presidente, el Director y otros dirigentes. Quiso acercarse a ellos bajando algunas escaleras y lo único que conseguía era confundirse más.
Entró en una sala en la que coincidió de nuevo con el invitado que estaba perdido pero, cuando iba a hablarle, se dio cuenta de que lo que veía formaba parte de una proyección cinematográfica y que el proyector estaba a su espalda; el invitado no era real, sólo una imagen proyectada.
Algo aturdido y  confuso, regresó sin saber cómo al cine donde, evidentemente, seguían proyectando una película de espejos y de reflejos.
Al salir de la sala de cine vio que, por el ancho pasillo, se acercaban los directores; apresuró el paso para acercarse a ellos y se encontró con otra pantalla, esta vez mejor disimulada y dispuesta. Desde detrás o desde el techo se proyectaba la escena en la que se aproximaban. Por miedo a verse a sí mismo en la escena abrió una puerta lateral y entró en otra gran sala que parecía dedicada a las recepciones.
Como ya casi no se sorprendía por nada, no se asustó al comprobar que todo era una proyección, que en realidad todo estaba vacío, excepto la pantalla o el velo en la que se proyectaba la sala que parecía ocupar ahora.
Salió por otra puerta y se vio a sí mismo buscando a una mujer muy hermosa, también una apariencia, un hermoso espejismo proyectado por ese delirio panóptico de proyecciones que no lograba entender.
Cuando ya todo le parecía un sinsentido, observó con asombro que él m ismo aparecía representado como un personaje más que deambulaba por el Palacio vacío, que el palacio a su vez era una proyección que procedía de la Capital de la provincia, que la capital era un simulacro emitido desde el Centro de la provincia, que la provincia era una aparición proyectada desde el Estado, que el estado mismo era una quimera visual creada desde el Imperio, que el imperio era una imagen filamada y emitida desde el Continente, que el continente entero procedía del Planeta que habitaba, que todo el planeta no era más que una imagen llena de luces y de sombras que procedía de la estrella más cercana, que todo el sistema de estrellas y de planetas era una proyección alucinada que venía de los confines de la galaxia, que la galaxia no era otra cosa que una forma emitida desde desde el Universo, que el universo entero era una luz que emenaba de la mirada más sonriente.
No había dudas, las dudas también estaban proyectadas.

viernes, 5 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-12


Día 12        viernes 10-8-2012

6º día de expedición     Dho Tarap (4.050 m)-Valle de Tarap (4.107 m) Jornada de descanso

Hoy nos levantamos más tarde. Después de una noche de lluvia, sale el sol y se ve casi todo despejado, al Norte y al Sur unas montañas nevadas espléndidas de unos 6.000 metros de altura nos saludan. esto es impresionante.
Es una suerte estar aquí, aunque el pueblo de Dho sea tan pequeño está lleno de banderas de colores, banderas de plegarias, de buenos deseos, como cintas enormes de cientos de metros recorren el pueblo; desde la estupa más alta todavía continúan las banderas dibujando una línea ascendente. es como si quisieran festejar la altura, todas las alturas.
Aquí el tiempo parece transcurrir lentamente, señalado siempre por el sonido profundo de las aguas del río, afortunadamente alejado de nuestro campamento.
Heráclito estaría encantado, todo cambia, todo fluye, nadie se baña dos veces en el mismo río (sobre todo por la potencia y la velocidad con la que descienden estas aguas); los torrentes de las montañas, incluso los que ahora están secos, dejan constancia de cómo se arrastran las piedras, de cómo se rehace el paisaje, de cómo se transforma todo.
Ya se han despertado en todas las casas, han encendido los fuegos, el humo sale por las chimeneas como otro homenaje al viento y a la altura. El humo sintoniza con las banderas de colores, es una armonía entre seres ingrávidos. Es verdad, hay que calentarse.
después de sayunar y de hacer la colada hemos ido con nuestro guía a ver tres estupas budistas; dos de ellas muy bien conservadas y una llena de humedad y en un estado lamentable. En esta última el lama budista nos ha pedido un donativo para la restauración de la estupa y por la visita, pero le parecieron poco 200 rupias. Todos los intermediarios religiosos (sean lamas o sacerdotes) se parecen bastante en su afición por el dinero. Como curiosidad se podría añadir que por encima de la túnica de color rojo anaranjado llevaba un polar de la marca The North Face de Nepal. Sin comentarios.
Por la tarde dimos un paseo por el valle de tarap hasta el Colegio de la Montaña de Cristal, por el que continuaremos al día siguiente nuestra marcha. estamos a 4.100 metros y el guía está vigilante, preocupado porque por si aparece el mal de altura.

Para los post-nietzscheanos, que ya sabemos vivir sin ese tipo de mentiras que algunos llaman verdad, encontrarnos en todas las culturas tanta religión y tan poca espiritualidad nos sorprende y casi nos desagrada. la única religión deseaible debería ser la que mantuviese encendido en los humanos un sentido poético profundo, una comunión con la naturaleza, un respeto reverencial por la seres humanos y por la vida.

Si acercas tus inseguridades a sus incertidumbres es posible que ocurran sucesos improbables.

Julieta según Augusto Monterroso: "Despertó y él ya no seguía allí".

jueves, 4 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-11


Día 11   jueves 9-8-2012

5º día de expedición      Pigo Phu Cave (3.650 m.)- Dho (4.050 m)

Nos hemos levantado, como siempre, a las 6 y a las 8 estábamos en marcha. El estruendo del agua del río ha vuelto a molestarme y no me impedido dormir bien.
El recorrido hacia el Norte sigue siendo espectacular, valles en V de pura erosión fluvial, montañas imponentes, caminos que suben por las laderas y bajan a la ribera del río, puentes colgantes deliciosos que parecen necesarios en todos los sentidos.
Lo mejor de la mañana es que hemos visto dos grupos de bharales (llamados corderos azules, en realidad son grises) corriendo, jugando y pastando por la montaña. Hemos quedado fascinados por el espectáculo de vida en libertad. Con los prismáticos y con el catalejo montado sobre el trípode todos pudimos disfrutar de unas imágenes sorprendentemente cercanas de los bharales.
Cuando llegamos al lugar de la comida nos quedamos algo dormidos, tal es el cansancio a estas alturas que rondan los 4.000 metros. Después empezó a llover de forma intermitente.
Hemos llegado a Dho a las 4,15 de la tarde, es un pueblo de piedra con casas bien hechas, con 4 estupas en lo que podrían considerarse límites o puntos cardinales. Llueve.
Tomamos un té en el lodge, que es muy confortable, tiene un televisor de pantalla plana y una cocina que hace de calefacción central.
Salimos a dar una vuelta por el pueblo, aunque es bastante incómodo porque llueve mucho. Dho apenas tendrá 40 casas rectangulares de piedra, ventanas pequeñas y techos planos donde colocan la leña para el invierno a modo de cornisas.
Gomé, nuestro guía, nos ha explicado el significado de las banderolas verticales y horizontales de 5 colores que llenan Nepal y recorren todo el pueblo de Dho, en el valle de Tarap:
-Azul, la más elevada, simboliza el cielo.
-Blanco, más abajo, simboliza las nubes (a mí me gustaría que fuese la nieve).
-Rojo, la del medio, la pasión y la fuerza, el viento (para mí también es la vitalidad).
-Verde, más abajo, simboliza el bosque.
-Amarillo, la más baja, simboliza la tierra.
Los cinco colores tienen inscripciones de mantras budistas y son banderolas de oraciones que se van deshaciendo en el viento, que van llevando paz y buenas intenciones por el mundo. Se colocan en todos los pasos elevados, en los pueblos y en muchas casas.
También nos cuenta que en invierno sólo quedan una o dos personas de cada familia en cada casa, los demás se van a nepalgunj o a Katmandú. Se quedan para atender al ganado y para retirar la nieve de los techos de las casas, ya que pueden acumular más de dos o tres metros.
El sistema de vida en Dho debe ser medieval (con algún elemento moderno, como las placas solares, la televisión y los teléfonos móviles), ganadería, agricultura (hemos visto un tipo de trigo de alta montaña), vimos un carpintero, unos canteros arrancando rocas más o menos cuadradas de la ladera de una montaña, porteadores...
Algún hombre nos llegó a parecer de aspecto infrahumano, descuidado, sucio, sin protegerse de la lluvia ni de nada, demasiado acostumbrado a la intemperie.

miércoles, 3 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-10

10º día  miércoles 8-8-2012

4º jornada de expedición        Lahini (3.475 m.)- Pigo Phu Cave (3.650 m.)

Nos despertamos, como siempre, a las 6, con un té y con "TATO PANI" (agua caliente. para lavarnos). Como señores.
Empezamos a tomar Edemox para prevenir el mal de altura.
Salimos a las 8 y caminamos más de 3 horas por senderos de vértigo, al lado de desfiladeros angostos por donde circula un río impetuoso. Montañas de más de 5.000 metros aparecen por todas partes. Bosques de abetos, paisajes espectaculares, es como si al terminar un valle empezase otro más elevado.
A las 15,15 llegamos a Pigo Phu, montamos las tiendas y, mientras algunos descansan, uno decide subir unos 500 metros de altura por el cauce seco de un riachuelo. La roca es metamórfica, suelta y difícil. A las 17,15 se encontraran todos, los que descansaban y el que había subido, todos deciden hacer una "espera", una observación silenciosa de los animales que puedan aparecer por la zona. Buscamos un promontorio para mirar y vemos en la cornisa de la montaña de enfrente los primeros bharales.
Escribimos desde el lugar de observación, divisamos desde aquí a la izquierda el campamento unos 200 metros más abajo, el río que desciende y unas montañas escarpadas con poca vegetación. Lentamente el río, justamente debajo de donde estamos, ha ido d ejando durante miles de años millones de piedras como sedimentos, como regalos redondeados.
Seguimos encontrando mucha suciedad, envoltorios de plástico, de papel de todos los productos industriales de consumo (zumos, chicles, caramelos...).

¿Qué es necesario para ser una montaña del Himalaya?
Sobre todo no tener vértigo, querer ascender a la máxima altura, desafiar todas las leyes de la gravedad, atreverse a erguirse, desafiar los límites de la resistencia geológica y de la imaginación. estas montañas son el mayor museo de escultura al aire libre de este planeta, el más grandioso, el más espectacular. Y, por encima de todo, siempre hay que seguir subiendo y amar la nieve y el hielo y jugar con los glaciares y sentir que toda erosión es una cosquilla graciosa que embellece más todavía la vida de las alturas.

Para los que no posean ninguna belleza ni atractivo especial, para los que no son artistas ni se sienten especialmente interesantes, para los que aburren a las piedras con su propia mediocridad... es necesario tener un tesoro (de oro) en su interior, o una montaña elevándose.

El sacrificio:
En el lugar que comimos vimos a unos hombres que cargaban con unas vigas de madera de 4 o de 5 metros de longitud, que pesarían unos 70-80 kilos. Por subirlas a Tarap, a 15 kilómetros de distancia, les dan 400 rupias. Nos dicen que el sueldo medio en Nepal es de 900 rupias (9 euros). Daba pena y dolor ver a aquellos pobres hombres sacrificados bajo aquellos pesos imposibles de soportar, haciendo equilibrios imposibles para llevar a la espalda esas vigas, sujetando todo el peso desde la frente -como se hace aquí, en Nepal-. Si existe un trabajo inhumano, este es un buen ejemplo. Parece ser que, cuanto mayores son las cargas, más les pagan; pero deben ir inclinando las vigas hacia arriba o hacia abajo para que no choquen contra las paredes de estos estrechos caminos de montaña.
Me temo que deben sufrir más que lo que cuentan de Jesucristo llevando su cruz. Este parece un calvario más largo y prolongado, unos Sísifos nepalíes.

El Himalaya como obra de arte
Dos mil kilómetros de longitud, decenas de miles de montañas, las más altas, las más peligrosas, las más bellas y vertiginosas. Aquí se puede decir con razón lo que afirmaba Rilke sobre la belleza (de los dioses, de los ángeles)... "la belleza es el comienzo de lo terrible, que apenas conseguimos soportar, y la admiramos tanto porque, serenamente, desdeña destruirnos".

martes, 2 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-9

9º día     Martes 7-8-2012

Día 3º de la expedición                   Tarakot (2.600 m.)- Lahini (3.475 m.)

Amanece antes de las 6 de la mañana, hacia el sur las nubes se van levantando lentamente, se nota la luz del sol incendiando las más altas. Al Norte, a unos 5.000 metros, se divisan unas cumbres magníficas con unos glaciares maravillosos. El reino de la pureza es el más alto y el más difícil de alcanzar y conseguir, la excelencia es casi inaccesible; en las cumbres nevadas ya no hay aglomeraciones urbanas.

El blanco, todos los colores, en lo más alto, en la mayor elevación, siempre espléndido.

Ayer el guía Gomé volvió a Dunai para buscar el equipaje perdido, pero no se ha encontrado. Comprará un saco, ropa y una tienda grande para la cena de todos y para que pase la noche todo el equipo nepalí.

Salimos a las 9, después de poner la denuncia en la Policía por la pérdida del equipaje, caminamos más de tres horas por un valle himalayo-alpino espléndido. Ríos furiosos, puentes colgantes dignos de un elogio del horizonte... todos los deleites de la montaña para quien no tenga vértigo.
Comemos en KHANIGAON (2.600 m.), el río impresionante, nos quedan 800 metros de ascenso hasta LAHINI. El paisaje es de gigantes, el río atronador va provocando derrumbes, árboles (cedros, abetos del Hiamalaya que parecen cipreses), subida agotadora. Ya se empieza a notar que superamos los 3.000 metros.
Hay montañas y montañas, cuando crees que ya has llegado a la cima, se abre otro alle más alto que conduce a otras nuevas montañas piramidales de más de 5.000, 6.000 metros. Todo espectacular.
Hemos montado el campamento al lado del río, en Lahini, esperamos que no nos dé el mal de altura. Lahini son dos tiendas de campaña (casi militares) enclavadas en un lugar pintoresco, un valle fluvial. tenemos el río a pocos metros y montañas por todos los puntos cardinales.
Durante la cena ha llegado el guía, que le ha traído a nuestra compañera ropa, saco de dormir y otra tienda grande. es un tipo fuerte, ha hecho en un día dos jornadas de marcha, desde Dunai son 21 kilómetros.
Hemos hecho un fuego durante el comienzo de la noche y nos hemos ido a dormir.
La fiesta del agua ha durado toda la noche. Podría haber bajado el volumen, pero no lo ha hecho.

¿Qué es necesario para ser un río del Himalaya?
Para ser un río así sólo es necesario llevar muchísima agua, también es importante que haya grandes desniveles, desprendimientos, rocas para erosionar, árboles en las montañas y algunos atravesados en el agua, alturas de vértigo... pero lo más importante, lo más difícil de conseguir, es saber obedecer a la gravedad con tanta gracia, es esa alegría para sortear todos los desniveles, para que parezca que el agua que desciende tiene mil dimensiones, para jugar a todos los delirios, para atreverse con todo, para quer la fiesta acuática dure millones de años. Para ser un río aquí tienes que sentir el placer de bajar, ya subirás más tarde; ahora toca el fluir universal incesante.

lunes, 1 de octubre de 2012

El Himalaya y otras alturas superiores-8


Día 8º         Lunes 6-8-2010

2º día de expedición              Dunai (2.150 m.)- Lingdo (2.391)- Tarakot (2.600)

Empezamos a las 6 de la mañana, desayuino, preparar equipaje, desmontar campamento.
A las 8,20 salimos detrás de los cocineros, el guía vendría detrás con las mulas y el mulero.
Caminamos por valles impresionantes en forma de V, el río Thuli Bheri es muy caudaloso, puede llevarse por delante el  mundo entero, tal es su energía y su potencia. Seguimos hasta las 11 y paramos para hacer la comida, descansar y comer.
Continuamos el camino y, cuando todo parecía apacible, soleado y tranquilo, en uno de los pasos difíciles que debería estar reforzado con piedras que la fuerza del agua se ha llevado, una mula -de las cinco que llevamos-  se cae con toda su carga. La mula se ha ahogado en esta cantidad abrumadora de agua en movimiento tan enérgico y se ha perdido la bolsa del equipaje de nuestra compañera con todas sus ropas y pertenencias personales; también se ha perdido la tienda comedor grande para desayunar y cenar.
Hemos tenido que rellenar con piedras el paso del río y en otro lugar hemos tenido que descalzarnos. El guía ha regresado a Dunai para conseguir y comprar ropa, saco de dormir, tienda de campaña... y nosotros hemos seguido hasta el llano de Tarakot (2.350 m.), hemos acampado y, después, hemos subido hasta el pueblo de Tarakot (2.600 m.), pocas casas, algunos niños y la revelación de que se puede serguir viviendo en la Edad Media, con muy poco desarrollo y mucha pobreza.
Está claro que el desarrollo de los pueblos ha llegado por los puertos, caminos, calzadas, puentes, calles, carreteras, autovías, aeropuertos... y que estas aldeas de las altas montañas de la región del Dolpo de Nepal están desprovistas de cualquier tipo de acceso y comunicación fácil, sólo senderos. Una vida difícil.

Al contemplar la potencia infinita de estos paisajes se puede llegar a la conclusión de que el Universo tenía y tiene que existir, igual que las galaxias y los mundos estelares; también es imprescindible que exista nuestra estrella soleada y es necesario que giren a su alrededor todos sus planetas. La Tierra también tenía y tiene que ser y evolucionar y dar vida para llegar a ser vertebrados y mamíferos y primates. Y todo eso para que exista algún ser humano y todo quede, por fin, justificado.

Si supieras entonces o ahora lo que quieres, me crearía a tu imagen y semajanza, sólo por la alegría de ver sonreír a la diosa Himalaya.

¡Qué lástima que estos valles y pueblos se vean invadidos por papeles, bolsas y plásticos de las golosinas que se venden en los quioscos de Nepal!, ¡qué pena que la civilización entre en este paraíso de una forma tan tosca!

Y algún día veremos derrumbarse todas las montañas y no seremos más felices.