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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Al final del otoño

Ni en el peor momento del otoño se cayeron las hojas de los móviles de Calder.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Gioconda Belli en el aire


Hemos visto a Gioconda Belli ayer en El País, ¡parece imposible que haya nacido en 1948 y que tenga 62 años!, ¡impresionante!, lo que hace la felicidad... y esa sonrisa extremadamente viva, ¿no debería ser el gran modelo a imitar?...
Habla de felicismo, alegrismo, placenterismo, hedonismo, utopismo... ¡qué prodigio de vitalidad sonriente!
¡Y el rojo!, ¡y el limón ingrávido!, ¡la fruta!, ¡siempre fruta!
Y qué deliciosa su mirada con la que parece decirnos a todos que el mundo y la vida no son tan difíciles, que -si quisiéramos- entre todos podríamos vivir felices; sólo tendríamos que acompañarnos, acogernos, alegrarnos, ampararnos... no debería ser tan complicado todo, hombres avaros de poder (como el dictador Somoza contra el que luchó) acaparando riquezas mientras otros se mueren de hambre, católicos que se olvidaron de ser cristianos, socialistas que renunciaron casi sin saberlo a la solidaridad, capitalistas capaces de vender a su madre si con eso aumentan su cuenta de resultados...
Y qué hermosa sería una vida así, en pleno felicismo, tan bien acompañados, el paraíso en las manos, en una sonrisa perfecta que celebra el cuerpo y el placer de vivir y de sentir la vida, una sonrisa en la que se adivina un volcán inmenso repleto de alegría.

martes, 2 de noviembre de 2010

La segunda inauguración

Tal vez sea necesario comunicar el día y la hora en que, por fin, podremos celebrar el vuelo de un nuevo deseo en el universo.

Esta vez parece que la inauguración de "El gran deseo Zen", esa especie de escultura (?) aérea (?) y cinética (?), no tiene que retrasarse más.

Hoy, martes día 2 de noviembre de 2010 a las 13,30 horas, será la inauguración oficial, con la presencia prevista del Concejal de Cultura de Avilés, el Director del Hotel y el representante de la empresa propietaria del edificio. El Presidente Obama ha excusado su asistencia porque tiene asuntos más urgentes (no más importantes) que resolver.

Como imagino que casi nadie podrá estar ese día a esa hora haremos una segunda inauguración el viernes 5 de noviembre a las 20 horas en el mismo Hotel de Ferrera (es mejor preguntar en Recepción para no perderse). Y tendremos que celebrarlo de alguna manera...

Lo primero que hay que indicar es que la escultura móvil está situada en el magnífico y maravilloso palacio del Hotel de Ferrera de Avilés. El espacio arquitectónico es maravilloso y perfecto, se trata del impresionante patio posterior del Hotel de Ferrera (que da al Jardín Francés del Parque de Ferrera) y cuenta, entre otras, con una pintura magnífica de Hugo Fontela.

La obra es complicada porque, para empezar, se titula:

"El gran deseo Zen"

El título pretende sugerir que seguramente no está a nuestro alcance ascender a lo más alto que los humanos podemos imaginar y que tampoco es fácil que exista una especie de mística materialista que nos facilite la tarea; si fuesen posibles tales prodigios llegaríamos a una sonrisa perfecta, ya que lo máximo que podemos lograr en esta vida es alegría.

Se han utilizado los materiales menos pesados, plásticos y varillas de acero inoxidable, para conseguir una sensación de nube flotante.

Apenas material, ligero, liviano, casi colibrí, casi ingrávido, el gran deseo -que va desde las formas alargadas a las redondeadas, circulares y esféricas y de éstas a las que tienen un círculo central vacío- se va liberando de su peso poco a poco, se hace circular, se vacía por dentro, se eleva hasta el centro del aire y construye su hogar en las alturas, casi vuela.

Para el budismo (y para muchas religiones) el origen del sufrimiento es el deseo. El Gran Deseo Zen sería liberarse del deseo, para eso intenta salirse por encima de esa paradoja; es como si se pudiera evaporar el deseo una vez que se ha ascendido a través de él.

Ya que no vamos a poder liberarnos de nuestras apetencias, al menos podemos celebrar el vuelo de un nuevo deseo en el universo. Y es que en el fondo quisiéramos ser, como decía Nietzsche, verdaderos creadores, es decir, creadores de una fiesta nueva.

jueves, 14 de octubre de 2010

El Hedonismo Fénix

EL HEDONISMO FÉNIX

Estoy convencido de que todos los seres humanos nos sentimos emocionados y satisfechos al ver la salida feliz de los mineros de Chile, en el desierto de Atacama, en el bien denominado campamento Esperanza. Todo un alarde de generosidad, entrega y buena ingeniería para superar ese cúmulo de miseria, explotación y avaricia que ocasionaron algunos empresarios desaprensivos, únicamente preocupados por sus beneficios económicos.
También supongo, creo, pienso... estoy seguro de que todos los seres verdaderamente humanos nos sentiríamos mucho más emocionados y encantados de la vida cuando, una vez que ha concluido con éxito el rescate de Chile, comenzase la liberación del resto de la humanidad, la que vive incluso en peores condiciones que los mineros encerrados.
La mayoría de la humanidad se sentiría inmensamente alegre ante esta perspectiva, miles de nuevas taladradoras para perforar la inhumanidad de los acumuladores de poder y de riqueza y millones de nuevas cápsulas Fénix I, II... y MMM... que comenzarían hoy mismo a salvar y a rescatar de la pobreza, de la ignorancia, de la miseria, del hambre, de la enfermedades, de la soledad... a todos los que lo necesitasen y así nuestro esplendor material no se sentiría avergonzado ante tanta injusticia.

martes, 21 de septiembre de 2010

"El gran deseo Zen" en el aire



Ayer hemos instalado en el maravilloso e impresionante patio posterior del Hotel de Ferrera el móvil "El gran deseo Zen", del año 2009. El espacio es impresionante y maravilloso y cuenta con una pintura magnífica de Hugo Fontela.

Escultura móvil en suspensión.
Varillas de acero inoxidable, láminas de plástico.
(620 x 160 x 300 cm. aprox.)

Si estuviera a nuestro alcance ascender a lo más alto -el gran deseo que va desde las formas alargadas a las redondeadas, circulares y esféricas y de éstas a las que tienen un círculo vacío central...-, mediante una especie de mística materialista (?), llegaríamos a una sonrisa, ya que seguramente lo máximo que podemos lograr es alegría.

martes, 14 de septiembre de 2010

El aire y las alas

Para los que hemos acariciado el alma y las alas de un colibrí divino ya sólo nos queda mirar al cielo.

Juan de la Cruz en "Dichos de luz y amor" lo llamaba "Las condiciones del pájaro solitario":
"41. Las condiciones del pájaro solitario son cinco. La primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene determinado color; la quinta, que canta suavemente. Las cuales ha de tener el alma contemplativa: que se ha de subir sobre las cosas transitorias, no haciendo más caso de ellas que si no fuesen; y ha de ser tan amiga de la soledad y silencio, que no sufra compañía de otra criatura; ha de poner el pico al aire del espíritu ..., correspondiendo a sus inspiraciones, para que, haciéndolo así, se haga más digna de su compañía; no ha de tener determinado color, no teniendo determinación en ninguna cosa, sino en lo que es voluntad de" ...los dioses sonrientes; "ha de cantar suavemente en la contemplación y amor de su"... cosmos.

Mientras tanto seguimos siendo filosomatós, anemófilos, constructores de imaginarios puentes sonrientes y también esperamos la floración de los magnolios soulangiana y la evolución de la sonrisa de los dioses.

viernes, 23 de julio de 2010

"Hacia la máxima altura"


"Hacia la Máxima altura", 2010

6 x 5 x 9 metros aproximadamente

Varillas de acero inoxidable y de fibra de vidrio, tubos de aluminio, láminas recortadas de PVC y de plástico de diferentes colores, esferas de plástico.

Si empezamos por abajo podemos ver la representación de un atleta, de color rojo, es un corredor sobre el tartán, deja en el aire las huellas de su pisadas en las diferentes carreras. Quiere ser el más rápido.
Un poco más alto otro atleta, de color arena, realiza un salto de longitud y cae sobre arena, se divisan las huellas de sus trayectorias en el aire. Desea llegar más lejos.
Al otro lado, también sobre tartán, un tercer atleta rojo está en la carrera de vallas. Con más agilidad.
Un cuarto atleta verde hace sus lanzamientos de jabalina de plato, de peso y de martillo, sobre la hierba. Intenta ser el más fuerte.
Un quinto atleta realiza el salto de altura sobra la lona microperforada azul, quedan huellas de sus intentos de alcanzar la luna y las lunas. Quiere llegar más alto.
Un sexto atleta, azul más claro y celeste, se atreve con el gesto más surrealista y extraño, también sobre la lona azul microperforada, tres anillos o medallas sobrevuelan su intento, coge su pértiga y se dispone a llegar a la máxima altura..

jueves, 22 de julio de 2010

El móvil del movimiento atlético

"Hacia la máxima altura", así he titulado el móvil que está en el vestíbulo del Centro deportivo del Quirinal, en Avilés; es un homenaje al atletismo y al Campeonato de España de Atletismo que se ha celebrado el 17 y 18 de julio de 2010 en Avilés.
Desde los atletas que corren, los más veloces; los hacen salto de longitud y caen sobre arena de la playa; los que corren enérgicamente con vallas y obstáculos; los que lanzan jabalinas, discos, martillos y pesos; los que hacen salto de altura hasta llegar a los que saltan con pértiga, los más surrealistas, poéticos y arriesgados.
Hacia la altura máxima que podamos conseguir.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Al menos nos oirán reír

Sea cual sea el final de nuestra vida, de los seres humanos, de la vida en la Tierra... sea cual sea el destino de nuestro planeta, del Sistema Solar, de la Vía Láctea y del Universo entero... aunque aumenten todos los niveles de entropía... que al menos hayamos sido portadores de alegría y de sentido, que la existencia humana señale algo extraordinariamente fructífero para el cosmos... y si hay otros seres inteligentes y si en alguna ocasión llegan a conocernos, es posible que no nos entiendan, pero al menos que nos oigan reír.

martes, 23 de marzo de 2010

CELEBRAR CADA DÍA

Que no celebremos cada día como se merece es algo propio de seres anodinos que ya se han resignado, que han cedido su vida a la costumbre, la costumbre a las rutinas y las rutinas al mas triste de los aburrimientos.
Que no estallemos de gozo y no nos digamos unos a otros: ¡mira: el sol, la luz!, ¡mira: la lluvia!, ¡mira: la risa!... es un síntoma de nuestro desencanto y de nuestra abandonada decadencia.
Que nuestra capacidad de admiración se apague tan pronto debería preocuparnos, que apenas nos asombremos de los más maravilloso: estar vivos, es algo más que inquietante.
Que pasen las horas y los días y nadie inaugure solemnemente cada instante como el espectáculo más maravilloso, es más propio de rocas del desierto que de seres humanos sensibles y conscientes.

Borges es su genial relato "la Biblioteca de babel" lo dejó escrito:

"No me parece inverosímil que en algún anaquel del universo haya un libro total; ruego a los dioses ignorados que un hombre - ¡uno solo, aunque sea, hace miles de años! - lo haya examinado y leído. Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno. Que yo sea ultrajado y aniquilado, pero que en un instante, en un ser, Tu enorme Biblioteca se justifique".

No quiero presumir, pero confieso que he leído el Libro Total, he conocido el Gran Honor, he sentido la inmensa Sabiduría, el Cielo más elevado existe, todo está justificado.

viernes, 12 de marzo de 2010

Los meses del aire



Pasan los meses y a veces no somos capaces de elevarnos hasta donde nuestras posibilidades, opciones, deseos y ambiciones nos dirigen.

La escultura móvil "6 cuervos y otros puntos suspensivos" está colocada desde el mes de diciembre de 2009 en el maravilloso patio del palacio del Ayuntamiento de Pravia (Asturias)y es hoy cuando he decidido ponerla en el blog.

viernes, 8 de enero de 2010

EL HEDONISMO UTÓPICO

“¡Y demos por perdido el día en que no hayamos bailado al menos una vez! ¡Y sea falsa para nosotros toda verdad en la que no haya habido una carcajada!”
Así habló Zaratustra

El Hedonismo es el engrandecimiento-esplendor-felicidad-expansión-alegría-gozo-placer de la vida. Está constituido por todas las personas que lo “desean” y que “prefieren”, “eligen” y “deciden” libre y voluntariamente respetar los principios que nos mueven e inspiran; por eso no será inoportuno recordar “aquí y ahora” nuestros fundamentos, que revisamos casi cada día, que pensamos, recreamos y en los que nos deleitamos constantemente.

I. Todas las personas inteligentes y sensibles, y hasta las que no lo son, tienen el derecho y el deber de vivir buscando y encontrando el placer, el gozo, el disfrute, la alegría, la felicidad, la serenidad, la armonía, la buena disposición... ya que son el Bien supremo de la vida, es decir, de la Belleza, de la Perfección y de la Verdad que reluce en nuestros asuntos terrenales. El deseo de placer como Sumo Bien no es, contra lo que algunos desean interpretar, una facultad inferior del deseo propia de los brutos, sino una facultad tan superior, racional e intelectual como la más elevada que podamos imaginar. Que los seres humanos vivan y mueran, si es que es inevitable, pero que sean felices. (Y que nadie desperdicie la vida, que nadie la abandone o la deje sin usar, que nadie se acobarde para utilizarla como mejor le convenga).

II. Los hedonistas no son inconscientes ni irracionales, ni locos ni exagerados, no son fanáticos de la razón ni del placer; simplemente eligen, después de profundas y largas meditaciones (?), según un cálculo feliz, el principio que consideran más afortunado, el que proporciona más y mayor felicidad-placer-alegría-gozo (tanto placeres materiales, físicos, sensibles y actuales, como espirituales, artísticos, culturales...) a más personas y menos infelicidad-dolor-desgracia-sufrimiento a los seres humanos. (El placer hay que agradecerlo y compartirlo, porque nos complace, nos da satisfacción, diversión y entretenimiento, sin impedimento ni embarazo alguno).

III. El Hedonismo es, por tanto, pacifista, pacífico y antimilitarista, ¿cómo va a desear la guerra, el sufrimiento, el dolor, la destrucción y la desolación alguien que “quiere” para todos los seres humanos las mismas oportunidades de felicidad, placer y entusiasmo? (También es “placer”, según el Diccionario de la Real Academia Española: 1. Un banco de arena o piedra en el fondo del mar, llano y de bastante extensión; 2. Un arenal donde la corriente de las aguas depositó partículas de oro y 3. La pesquería de perlas en las costas de América. Es decir, una duna marina, una duna que es un tesoro y unas perlas.)

IV. El Hedonismo es, por tanto, humanista y se mueve para conseguir la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia y la fraternidad para y entre todos los seres humanos. (Y mira que podría ser fácil, si quisiéramos).

V. El Hedonismo busca y practica la libertad con, por y para todos los seres humanos (como no podría ser de otra manera dado que intenta ser coherente con sus principios); libres, libres de ataduras, de compromisos, de contratos, de anillos y de normas, sin indicar con esto que no haya que respetar lo que se “quiera”, “ame”, “necesite” o se “desee” respetar. (Respetemos tus deseos y los míos, respetemos la pasión).

VI. El Hedonismo cree, sostiene y vive de acuerdo al principio de igualdad entre los seres humanos y esto quiere decir que el hedonista no es fascista ni machista ni dictador, no es imperialista ni colonialista, no es egoísta ni acaparador, no es violento ni agresivo, no es clasista ni racista; por eso es tan generoso como desprendido, tan diplomático como dionisíaco, tan divertido como enigmático y simpático, tan elegante como embriagado y hasta tan delicado como exagerado. El hedonista trata a los demás como le gusta y le encanta que lo traten a él, como le gustaría y le encantaría ser tratado, con amabilidad, con placer y con encanto.

VII. El hedonismo no es egoísta, es partidario de la fraternidad universal y de la participación en los placeres (los mejores son los compartidos), del acercamiento de y entre los seres humanos, del amor (en todos sus sentidos), de la amistad (desde la más tímida a la más exagerada), de la camaradería (desde los buenos compañeros a los más fascinantes y divertidos crápulas), de la solidaridad, de las mejores ideas y sentimientos de la Historia de la Humanidad (“Amaos los unos a los otros”, en eso estamos). Faltar a la fraternidad es un grave pecado, por eso el Hedonismo es pacifista, pacífico y antimilitarista (III). (El Hedonismo dice: “Haz el amor y no la guerra”. ¡Adelante!).

VIII. El Hedonismo no es el disfrute de todos los placeres sin medida, de cualquier manera y sin atender a las consecuencias. Al contrario, el hedonista goza y disfruta mucho más en los placeres merecidos, maduros, sensatos, convenientes y prudentes (sin despreciar los inmerecidos, los inmaduros, los insensatos, los inconvenientes y hasta los imprudentes; y si alguien disfruta ascendiendo el K-2, ¡que lo disfrute!, y si sufre un accidente o se muere, ¡feliz intento, feliz ascenso¡, ¿acaso hubiese sido más feliz en el sofá de su casa rumiando eternamente su insatisfacción?); disfruta con la medida y la proporción adecuadas, es decir, sin abandonarlo todo por la excitación placentera de la mente y de los sentidos (pero sin despreciarlos de ninguna manera, ¡benditos sean todos los sentidos y hasta bienaventurados!) y atendiendo a los modos y maneras, tanto naturales como refinados, que aseguren el placer sin desvirtuar ni pervertir la condición de seres humanos, y atendiendo a las consecuencias de los actos presentes, pasados y futuros (placeres actuales, recuerdos agradables y planes de futuro, ¡¡¡qué planes!!!)

IX. Ningún hedonista “desea-quiere-procura” el mal, el dolor y el sufrimiento a otro, a ningún otro. (Y cuando digo a ningún otro me refiero a ningún otro). No es libertino en el sentido que podría tener en las obras del Marqués de Sade y del Barón de Masoch. El hedonismo es responsable. Desear algo es esperar con entusiasmo que sea alegre, gozar de algo es encontrarlo fascinantemente placentero.

X. “Un día sin risa es un día perdido”. Hay que bendecir el sano, divertido, diáfano, y resplandeciente buen humor, también la alegre y risueña amistad, la alegría confiada, el respeto a los placeres de los demás, la tolerancia infinita hacia todas las formas de vivir (no de morir), el cosmopolitismo sagrado. (Reírse hasta del comentario que dice: ¡total todo para un “segundo”!).

XI. Una vida sin alegría no merece la pena ser vivida. (Pero mejor una alegría superlativa -“mejor estar locos de felicidad”- la mejor, la que nos une y, lamentablemente, a veces nos separa).

XII. La felicidad es un don divino que nadie debería desperdiciar. (Que nadie caiga en la tentación de ser serio, de ser exclusivamente racional, de controlarse, de reprimirse, de bloquearse, de “renunciar a sí mismo”). Decía Montaigne que en la misma virtud la meta última de nuestro empeño es el placer.

XIII. Tanto vive el hombre alegre como el hombre triste y hasta un día más. Seres divertidos, desenfadados, mordaces, alegres, excéntricos, a veces inmorales, a veces amorales, a veces frívolos, a veces nihilistas, pero siempre inteligentes y risueños. (Hay informes médicos que aseguran que hasta doce años más). Por eso los buenos amigos que ríen son una bendición.

XIV. Si alguien desea abandonar el Hedonismo al menos que lo haga por lo más alto, con nivel y con categoría, que salga por arriba, por el éxtasis, por la embriaguez, por el júbilo, por el placer superlativo, por el nirvana de los sentidos, por las anatomías excelentemente bien comparadas, por el orgasmo cósmico de un segundo (?), de un minuto (?), de una hora (?), de un día (??), de una semana (???), de un mes (????), de una año(?????), de una vida (??????), de una eternidad (???????). (¡Uff!, ¡qué cansancio!, pero después te repones y a por la segunda eternidad, ¡la tercera!, ¡la cuarta!, ¡Pociolo es tremendo!).

XV. Según Epicuro, los dioses son buenos y felices pero no se preocupan mucho por nosotros; por eso sabemos que los seres humanos también deben vivir y sentir como dioses, ser felices y vivir despreocupados del más allá, de la conciencia pequeño-burguesa, del súper yo o de las limitaciones impuestas por la sociedad al gesto heroico de disfrutar de la vida. Los humanos debemos, por así decirlo, ser buenos y felices y no preocuparnos por los dioses. De todos modos debemos aceptar el cielo de “arriba” y el cielo que vivimos en esta vida, que no está más abajo, aceptemos los dos cielos, o tres, o mil, o todos, o los que sean; aceptémoslos sin despreciar ninguno. ¡Bienvenidos sean todos los cielos! (¿Por qué tantos límites al placer y tan pocos a la rutina y al trabajo inhumano y a la explotación, al aburrimiento y a la falta de pasión y a la guerra y al fascismo diarios?)

XVI. Dice Groucho Marx: “Estos son mis principios y, si no le gustan, tengo otros”; lo que quiere decir sin duda que todos los principios son buenos para obtener el goce, el placer, la alegría, la felicidad, el entusiasmo, la vitalidad, el éxtasis, pero que no deben emplearse nunca para lo contrario y que hasta se deben cambiar si es necesario para lograr tan buenos propósitos. (¿Se entiende?).

XVII. El Hedonismo es antiimperialista, lucha contra la injusticia, la explotación, la miseria y la pobreza; el mejor hedonismo es de izquierdas porque para un hedonista todos los seres humanos son hermanos en el deber de sonreír, de disfrutar y de ensanchar el sutil territorio de la felicidad y del placer absolutamente alegre, por eso es insoportable saber que todavía existen guerras, violencias, millones de refugiados... No se trata de una forma de despotismo hedonista, sino del hedonismo ilustrado. (Por eso existen los “Payasos sin fronteras”, los “Amantes sin fronteras” -¡qué suerte!- y los “Hedonistas sin fronteras”).

XVIII. El mayor honor de un hedonista es descubrir, crear, inventar y experimentar nuevos usos de la felicidad, del placer generoso, del goce compartido, del agrado festivo, del bienestar galopante. Para los más geniales está reservada la máxima alegría: ser nombrados Hedonistas Mayores del Reino de la Felicidad en el país de las Dunas. (En los mapas suele aparecer por el Sur del Norte, ¿o era por el Norte del Sur?, ¡tendré que buscarlo!).

XIX. El Gran Hedonismo, como decía Nietzsche, es atreverse a decir “¡SÍ y adelante!”. “¿Esto es la vida?, repitámosla”. ¿Esto es vivir?, ¡vivamos! Si eres y estás bien acompañado la vida es ligera, vivaz, brillante, confiada, saltarina, danzante, pizpireta, pero también estudiosa y trabajadora, diplomada, licenciada y doctora en felicidad. (Vivamos apurando los placeres hasta el último aliento, hasta saciarnos, sin demasiados problemas, después descansamos y seguiremos y seguimos).

XX. “Sólo se vive una vez”. “Hay que probarlo todo” (sobre todo lo bueno, lo bello, lo verdadero, lo auténtico, lo generoso, los bombones). ¡Sólo se disfruta en el presente¡, ¡qué pena haber dejado pasar la oportunidad! (¡qué imbéciles!), ¡qué pena dejar el placer para el futuro!, (¿y qué ha hecho el futuro por nosotros?).

XXI. No confundir nunca la elegancia, la delicadeza y los buenos sentimientos de los hedonistas más refinados con la falta de decisión, de vitalidad, de entusiasmo o de alegría. (El que respeta tanto a los demás no es necesariamente tonto, espero).

XXII. Es necesario ser felices y alegres, si no lo hacemos mereceremos ser juzgados por incumplimiento de contrato, denegación de placeres humanos y por haber desilusionado al mundo que ha puesto en nosotros tantas ilusiones, complacencias y esperanzas. (Todos los padres quieren que sus hijos sean felices, me parece).

XXIII. El Hedonismo Superior es el humanismo de los seres más afortunados y gozosos. (Sobre todo de los que irradian el vértigo de la felicidad).

XXIV. Todo lo que atente contra el Hedonismo está contra la vida efervescente. Qué nunca tengamos que preguntarnos: ¿cuándo dejamos de vivir? (Por eso se debe respetar tanto el placer, por algo la evolución de la vida nos lo ha dejado, regalado y puesto tan cerca).

XXV. El Hedonismo es ecologista y protector de la Naturaleza, de toda la Naturaleza y de todos los seres naturales (a excepción de algunos virus y bacterias, del cáncer que produce la muerte precipitada, pero que, afortunadamente, no nos deja sin ganas de hablar).

XXVI. El Hedonismo es la forma felizmente radical de expresar los mejores deseos fosforescentes de la Humanidad. (¡Feliz día nuevo!, ¡Feliz semana nueva!, ¡Feliz mes y “mesario”!, ¡Feliz año nuevo y feliz aniversario!, ¡Feliz siglo nuevo!, ¡Feliz milenio!, ¡Feliz eternidad nueva!).

XXVII. El hedonista puede ser amorosamente fiel o infiel, si entendemos que la fidelidad y la lealtad se deben a un principio superior: que es mejor ser felices que desgraciados. Dejar de vivir sólo nos hace resentidos, pesarosos, enojosos, molestos, rencorosos, tristes y perversos; no podemos pasar el resto de la vida diciendo “si hubiera, si hubiéramos ...” y, si sale mal, tampoco vamos a arrojarnos arena ni a rasgarnos las vestiduras, no va a ser el crujir de dientes ni vamos a arrancarnos el pelo. Es mejor vivir lo posible que renunciar al alma de los besos. (No hay que renunciar a lo mejor).

XXVIII. El Hedonismo de Gran Nivel es Universal, como las mejores intenciones de las mejores Declaraciones Universales de los Derechos Humanos Hedonistas (tanto Derechos Hedonistas como humanos hedonistas, como hedonistas derechos...).

XXIX. La muerte, la enfermedad, el dolor y el sufrimiento multiplicados (y aquí entran terremotos y maremotos y actos terroristas y guerras) son graves errores en la construcción-creación de la realidad mundana, pruebas constantes de la inexistencia de un dios bondadoso. Por eso el hedonismo valora, lucha y trabaja por un mundo mejor, por vencer a la muerte (por vivir más y mejor, y con más intensidad, para dar más vida a los años y más años a la vida, hasta conseguir la eterna juventud para el espíritu y el cuerpo entusiasmados), por eliminar toda enfermedad (más salud por y para todos para que realicen todos sus proyectos de alegría, placer y felicidad), por superar y evitar el dolor (bienvenidas las unidades médicas contra el dolor y las futuras unidades médicas para el placer) y por vivir sin sufrimientos (luchando contra todas las causas sicológicas, familiares, sociales, económicas, políticas, históricas, religiosas, filosóficas... que provoquen algún tipo de sufrimiento que, siempre, es inútil).

XXX. La educación es la oportunidad de avanzar, desde la plastilina hasta Wittgenstein, por la maravillosa senda del placer, de la alegría y de la felicidad que nos proporcionan viajar y conocer, conversar, estudiar y leer, gozar del arte y disfrutar de la literatura, del cine, de la música, del teatro, de la pintura, de la escultura, de la danza, de la arquitectura, de la ciencia... (de las dunas, de J. S. Bach y de los móviles de Calder). Se trata de educar para conseguir hedonistas de mayor nivel.

XXXI. El hedonista es viajero y turista y caminante en el mejor de los sentidos, le gusta conocer, valorar, disfrutar, paladear, gozar cada una de las formas de placer que va descubriendo, ¡y nuestro planeta es tan generoso en formas, en sugerencias, en paisajes, en placeres, en sabores, en lecturas, en músicas, en fluorescencias, en vidas y en culturas! (¡Interesantísimo!)

XXXII. “No hay nada malo en mejorar, lo malo es creerse mejores”, decía Rousseau; no hay nada malo en disfrutar de la vida, lo malo es creerse con más derecho a disfrutar que los demás. (“Gocémonos, amado-a”, dice San Juan de la Cruz en el “Cántico Hedonista Espiritual”).

XXXIII. Todos los principios de la presente declaración deben ser interpretados siempre a favor de la alegría de la humanidad, “tanto en tu persona como en cualquier otra”, que diría Kant. (Siempre hay que darle una oportunidad a la alegría).

XXXIV.”Escribo para que me quieran más”, decía Gabriel García Márquez. Vivo para querer y para que me quieran, dice el hedonista. (Mejor no digo nada, que luego todo se sabe).

XXXV. “Lo máximo que se puede sacar –obtener y conseguir- sea de lo que sea, es alegría”, dice Fernando Savater en su “Ética para Amador”. Amador, el que ama. (Alegría, uno de tus nombres).

XXXVI. “Es un capitalista puritano y yo siempre he sido un socialista voluptuoso”, de la película “Las invasiones bárbaras”. (El socialismo alegre y voluptuoso, concupiscente y festivo también es hedonismo).

XXXVII. Todos los placeres deben distribuirse entre todos, para que lleguen a todos los sentidos, para que se disfrute de todas las riquezas, para que se desarrollen todas las habilidades humanas y divinas, para que sean posibles todas las amistades, para que todos sean reconocidos, para que existan en todos la compasión, la benevolencia, la inteligencia, la generosidad, la memoria, el altruismo, la imaginación, la belleza, la voluntad, el arte, la esperanza y todas las cosas positivas y espléndidas para la humanidad. (Y distribuir bien el amor, la pasión, el cariño, la ternura, la piedad ...).

XXXVIII. Podemos ir y estar “más allá del bien y del mal”, pero no más allá del placer, de la alegría, de la felicidad, de la euforia del gozo, de la risa esperanzadora. (Y quedarnos allí, es decir, aquí).

XXXIX. O, como decía Catulo: “Vivamos, querida .., y amémonos,/ y las habladurías de los viejos puritanos/ nos importen todas un bledo./ Los soles pueden salir y ponerse:/ nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,/ tendremos que dormir una noche sin fin./ Dame mil besos, después cien,/ luego otros mil, luego otros cien,/ después hasta dos mil, después otra vez cien;/ luego, cuando lleguemos a muchos miles,/ perderemos la cuenta para ignorarla/ y para que ningún malvado pueda dañarnos,/ cuando se entere del total de nuestros besos.” (Amémonos, vivamos, démonos millones de besos y, esto es seguro, el mundo sólo mejorará por ello.)

XL. ¡Háganse el placer, la sonrisa, la alegría y la felicidad!, ¡cúmplase el hedonismo desde el cuerpo placentero hasta la mística más gozosa!, ¡hasta conseguir la alegría sagrada, resplandeciente para todos!

XLI. El hedonismo utópico también se tiñe de espiritualidad laica y es el deseo de que todos los seres, humanos y no humanos, encuentren la felicidad y las causas de la felicidad, y que sean eternamente felices. En este sentido el budismo también es un hedonismo elevado de gran estilo, sonriente y pacífico, que practica la dulzura y la benevolencia; en este mismo sentido el hedonismo no es sólo el nirvana como placer egoísta indiferente a todo, una preocupación exclusiva por el propio placer, sino como compasión y amor infinitos hacia todos los seres.

XLII. El hedonismo no es un apego pueril y egocéntrico a la fascinación que nos producen las pasiones exaltantes, los placeres hirvientes, los bienes superlativos, el placer no pasma ni paraliza ni atonta ni relaja tanto que nos aleje de los objetivos, la alegría nos proporciona otros nuevos en cada instante, la felicidad nos da cada día nuevas metas, el placer nos regala delectaciones inesperadas. El hedonismo es un apego superior que, sin renunciar a la superficie, espera alcanzar las máximas alturas de los Cielos . Se puede desear ardientemente y estar libre a la vez de ese deseo, disfrutar de la belleza sin ser una marioneta emocional manejada exclusivamente por las pasiones. Por eso debe existir una educación hedonista, para luchar contra la ignorancia y la superstición puritana de que la represión siempre es superior, para llegar a ser mejor persona, para curar mediante la sonrisa.

XLIII. Incluso un amor, un deseo, una vida, que no espera recibir tanto como da o como cree que da.

XLIV. Alegrarse de la felicidad de los demás, alegrarse con la felicidad de todos. Nadie se equivoca cuando sonríe, nadie se confunde cuando se ríe.

XLV. El hedonismo exige amplitud de espíritu, magnanimidad, no necesita mucha tecnología. El placer de los Mares del Sur, de las Islas Afortunadas, del paraíso Terrenal...

XLVI. Se puede y se debe hacer poesía después de Auswich, se debe y se puede ser hedonista después de todos los Auswich. Los placeres y los goces espirituales, mentales, sensuales, físicos... superan el sufrimiento inhumano.

XLVII. La naturaleza de la vida es esencialmente perfecta, aunque la vida no quiere ser mortal ni efímera ni alejarse del deseo de perfección. Que el placer sea como la vida, ni corto ni perezoso.

XLVIII. Deberíamos vivir en una eterna “guerra de convites”, en una dulce competición de agrados y de regalos, de presentes y de fascinaciones, deberíamos vivir en una interminable disputa de bondades, bienes, bellezas y verdades.

XLIX. El hedonismo, aunque sea escéptico, siempre es hedonista porque, como ya decía Aristóteles, todos los seres humanos quieren-queremos ser felices, porque la gente, todo el mundo, cada uno quiere más vida y menos muerte, más salud y menos enfermedad, más placer y menos desgracias, más bienestar y menos perturbaciones mentales, más alegría y menos desasosiego, más fiesta (cada uno la que quiera) y menos enojos, hasta los suicidas quisieran o hubieran querido vivir mejor, con más aciertos y menos fracasos, más logros y menos pesadillas, más felicidad y menos complicaciones, más gozo y menos dolor, más diversión y menos aburrimiento, más risas y menos represión, más libertad y permisividad y menos restricciones puritanas, más aleluyas y menos cantos de requien, más entusiasmo y menos sufrimiento, más amor correspondido y menos distancias, más realidad ideal conseguida y menos ideales irreales, más sabiduría y conocimiento y menos ignorancia y superstición, más belleza y menos fealdad y abandono, más paisajes armoniosos y menos incendios, más aire puro y menos contaminación, más complicidad y menos silencios violentos, más tiempo libre y menos trabajos pesados, más creatividad y menos pesadez trivializada, más cielos y menos infiernos, más inteligencia y menos estulticia, más Tierra y menos vidas después de la muerte, más amor exagerado y menos límites.

La nieve flotando

Se equivoca la enfermedad cuando llega a la ilusión y la reemplaza, se confunde el dolor si se acerca a la vida que sentimos, nos miente la muerte cuando se aproxima, es cobarde la tristeza si perdura, lo que debería ser nuestro y para siempre es la revelación de la Belleza, la apertura desde la magia a los placeres divinos, que se acerque la luz y tiemble nervioso el arcoiris y casi no acierte a disponer en orden sus colores, que llegue un colibrí y oscilen todas las partículas que componen los anillos de Saturno, que sonría un puente y se amplíen los momentos disponibles en este encuentro, que hablemos y ya queden perfectamente nombrados los nuevos sentidos de la vida.
Es torpe la soledad, es casi un error, lo que es nuestro para siempre es el reconocimiento de esas alturas nuevas que descubrimos en sueños, que perseguimos y a veces alcanzamos despiertos; tal vez no parezca mucho, pero seguro que es ahora mismo cuando, estando juntos, se produce la alegría.
Que nos ilumine el sol, la alegría, la nieve y la ilusión.


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