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jueves, 21 de junio de 2012

Nuestra omnipotencia


  Los dioses suelen abusar a menudo de nuestra omnipotencia, tal vez por eso la Belleza sea tan difícil de entender y tan rara la capacidad de dominar el deseo invencible de vivir por y para ella.

  La Belleza puede llegar a dominar el Absoluto, incluso es posible que Platón se equivocase al considerar que en la cúspide de su famoso mundo de las Ideas se podría llegar a la sublime contemplación de la Idea del Bien, cuando todo indica que la Belleza se situaría mucho mejor en esa cima y en esos cielos.

  Es rara la biografía humana que no haya rendido tributo, honor y reconocimiento a sus manifestaciones más elevadas o, incluso, a otros formas menos altivas, pero no por ello menos amables.

  Los humanos también suelen abusar de su  belleza, tal vez por eso la sonrisa omnipotente sea irresistible.

Sin luz


  Tal era la insuficiencia y escasez de luz que había días que los expertos dudaban de si aquel período de tiempo podía considerarse o no una jornada sin errar.

  Y así, entre fechas no contabilizadas ni vividas, con fragmentos de ausencia como soledades sin rumbo, se iba desvaneciendo la existencia y parecía que simplemente habían surgido de un error de iluminación.

  Algunos llegaron a creer que tanto improvisar en el diseño de cada mañana no podía ser muy conveniente para su ánimo.

  Pero alguien sabía lo que era bueno y miraba, en los momentos más obscuros, el recuerdo de la luz más dichosa.

  Así cualquiera.

martes, 19 de junio de 2012

Organizarse


  El testamento lo hizo para cuatro o cinco días, la vida perfecta no le duraría mucho más de seis o siete años, pero por un mundo a su lado sacrificaría diez eternidades -si existieran-, por eso prefería ser luz aquí que dios a la deriva.

El teórico


  Vivía como un nativo, directamente, con inocencia y alegría, con entusiasmo pleno, con dedicación exclusiva, sin intermediarios, vivía en grado sumo; sin necesidad de conceptos ni de palabras. Primitivo, jugando, con autenticidad. Amando, comiendo, pintando, adorando.

  El explorador intentaba descifrar el modo de vida del aborigen, anotaba todo lo que hacía y lo que a él le parecían sus reglas de comportamiento y de vida; pero el juego completo y la vitalidad dionisíaca se convertían en diagramas y razones apolíneas, en rectitud de líneas, en sistema cerrado y asfixiante.

  El teórico intentaba unificar las observaciones y las conclusiones de los exploradores, cada vez más lejos del juego y del origen, de la seguridad instintiva. Para avanzar sólo contaba con la coherencia, la lógica y el rechazo de las contradicciones.
 

Origen

Dicen que Aristóteles admiraba a su maestro Platón que, a su vez, echaba de menos la grandeza de Sócrates. De Sócrates se cuenta que añoraba a la generación de los grandes filósofos como Parménides y es posible que, también el gran Parménides, recordase con nostalgia a una generación anterior de sabios, como Solón, de los que es verosímil sospechar que muchas veces pensarían en sus orígenes míticos casi perdidos.

Materiales para un soneto


Pues no ha de ser, mi amor, la primavera,/ lugar de encuentro de amor y quimeras,/ exceso de equipaje, luz constante,/ cielo sin peaje, alas brillantes,

inolvidable ser cada mañana,/ tarde eterna que de la noche huye,/ llega a la luz sin unas coordenadas/ y es vida que por todas partes fluye;

alma del resplandor, vapor volante,/ que ama, ríe y vive sin consumo,/ como si todo fuese consonante.

No considera a la materia humo,/ superficie adorable o muy vacía,/ ni se aleja de la belleza más radiante.

martes, 12 de junio de 2012

No es posible



Aunque lo demuestren,
aunque lo prometan y lo juren,
aunque me lo aseguren (y lo aseguren por miles de millones de euros),
aunque lo repitan en todos y cada uno de los periódicos y noticiarios,
aunque sea verdad probada, histórica, verídica, real y cierta,
aunque lo declaren dogma de fe y lo consideren infalible,
aunque a todos les haya ocurrido y no existan excepciones,
aunque sea necesario y sea imposible imaginar alternativas,
aunque os empeñéis todos,
aunque todo me empuje a aceptarlo,
aunque todos afirmen que el sistema está así montado,
aunque afirmen que es irremediable, inevitable, necesario
...

no es posible que el dolor, el sufrimiento, la injusticia, la soledad, la ausencia, la muerte sean lo que hay que aceptar,
no es posible que la gravedad sea la última palabra.

martes, 5 de junio de 2012

Cálculos


Todo empezó cuando calculaba en la frase la posición del sustantivo, se detuvo para situar mejor el tiempo del verbo y, aunque no contaba con un sujeto adecuado, se atrevió a poner en marcha los puntos suspensivos.

Así siguió todo hasta que salieron a saludarlo una miríada de signos de admiración.

La cosa se puso tan fea que tuvo que abandonarlo todo por una avalancha de subordinadas demasiado adjetivadas con las que no contaba.

Desde entonces, antes de empezar a escribir, a leer, a pensar o a hablar, se encomendaba a todos los sonidos y a todos los dioses del sentido.

viernes, 1 de junio de 2012

Escultores

El encargo inicial al primer grupo de escultores había llevado a crear un planeta con una forma perfecta. Una inmensa esfera estática en el espacio.

Millones de años más tarde, un demiurgo, cansado ya de tanta perfección geométrica, imaginó la posibilidad de imprimirle algo de movimiento.

Las siguientes generaciones de escultores que se dedicaron a la tarea, unos más barrocos y otros más cinéticos, después de muchas cavilaciones, errores y ensayos, acertaron a dar con los movimientos de rotación y traslación, con lo que la Tierra ya casi parecía algo.

Pero los representantes de los dioses no quedaron muy convencidos del invento y esta nueva creación les pareció de nuevo insuficiente.

Otra nueva escuela de escultores, más dinámicos que las anteriores, consideró que le vendría bien al astro una actividad interior, una especie de vida geológica; así añadieron placas tectónicas deslizantes, terremotos, cordilleras y montañas gigantescas, volcanes, océanos, mares, continentes, islas y archipiélagos; incorporaron también atmósferas y gases, vientos y brisas del este, erosiones y nubes de todos los tipos afortunados; incluso incluyeron deliciosos arcoiris que, seguro, tenían que gustarles a los nuevos asesores de los dioses,

No fue así y una nueva corriente de escultores vitalistas encargada de la obra decidió que la vida tenía que aparecer en el planeta, que debía evolucionar y que todo debería interactuar simultáneamente a todos los niveles, tanto físico como químico, biológico, geológico…

Pero tampoco convenció esto a los dioses, preocupados como estaban más por el porvenir de sus deseos que por el diseño acertado de un planeta habitable.

Una corriente de escultores, los más atrevidos que encontraron, imaginaron la posibilidad de introducir seres humanos por todas partes y el resultado empezó a gustar a todo el mundo; incluso los dioses estaban más entretenidos, algunos parecían asombrados, admirados por tanto atrevimiento, intrigados.

El movimiento de escultores del humanismo avanzado recomendó introducir útiles y herramientas y así empezaron los humanos a recolectar, a cazar, a pescar, a vivir en cavernas y a pintar maravillas, a construir chozas, a crear poblados, después domesticaron animales y sembraron plantas y ya llegó el turno de las ciudades, de las monedas y de la escritura, de contemplar colibríes, de navegar, de fabricar ruedas, de explorar territorios, de escribir y leer, de imprimir, de entender el mundo y también llegó el tiempo de las máquinas, de los viajes y de las comunicaciones.

Los dioses, algo asustados, no sabían cómo parar estas tendencias tan atrevidas de un arte tan contemporáneo.

Encargaron entonces la empresa a algunos representantes de las últimas corrientes más experimentales en escultura, que se atrevieron a destruir ecosistemas, seres vivos, humanos e ilusiones; lo llamaron sistema escultórico inhumano, arte de libre creación de obras y mensajes, de aceptación de anticonceptos, de antitierras, de ansiarte, de antiescultura antiplanetaria…

Y los dioses, obras de otros escultores y arquitectos, a los que a lo largo de la historia antigua se les había llamado filósofos y teólogos, decidieron con buen criterio, suspender el experimento y dejar las cosas como estaban.
Y estaban bien la forma esférica, los movimientos astronómicos y algunos geológicos, la multiplicidad de la vida, la diversidad de la naturaleza humana, la increíble generación de hiperculturas conectadas; también estaban bien el amor y el cuidado, la atención y la alegría, la risa, la inteligencia y, sobre todo, que nadie sufriera.