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domingo, 1 de septiembre de 2019

Las Islas Nómadas-X


6101-6200

Las islas superiores están superpuestas unas sobre otras. Son circulares, círculos perfectos y, además, son homocéntricas. Parecen sacadas de una enciclopedia escheriana y platónica más que de un atlas geográfico general.
Cuando repasamos lo que dan de sí las islas se entiende la necesidad de haber creado estas tan elevadas. No se sabe quién ni cómo ni por qué se descubrieron, se crearon o se inventaron, pero lo cierto es que ahora son necesarias. Todas las demás islas son fragmentos, pedazos sueltos de lo que pudieron haber sido si hubieran dejado hacer a la bondad, a la belleza, a la nobleza, a la ejemplaridad, a la verdad y a la gratitud.
Los mejores edificios de la Tierra, empezando por el Panteón de Roma, recuerdan con sus círculos superiores abiertos que aspiraban a divisar la isla Superior. También se recuerda en forma de cúpula, de plazas circulares o de atolones perfectos.

En la Isla del Sueño  se pueden y se deben escribir y leer todos los libros a la vez porque todas las letras forman palabras, todas las palabras forman frases y párrafos con sentido y todas las páginas pueden componer una obra. Todas las obras deberían descifrar el mejor sentido.
En esta isla se pueden vivir todos los días a la vez, todos los minutos tienen interés, todas las horas tienen vigor y vitalidad, todos los días forman parte del tiempo a través del espejo.
En el sueño imaginas todas las casas a la vez, puedes vivir todas las vidas a todas horas en todas partes, ya no eres limitado como en la realidad.




6201-6300

Los habitantes de la isla Saludo conocen desde hace siglos los rituales de acercamiento, saben que nada se da de inmediato y que todo lo que no se cuida desaparece. La vida en esta isla consiste en vivir cada día con su gracia y sabor, en acercarse a la alegría con prudencia y en saludarse como si todos fuesen poetas, santos, artistas o filósofos.
Todo el mundo es respetado en Saludo, todos los ciudadanos conocen los límites de su voz y de sus gestos; por eso no admiten más poder que el que ellos mismos eligen y no admiten corrupciones, mentiras, estafas, cinismos, hipocresías y santas desvergüenzas. En esta isla, también llamada Utopía, no admiten a los drogadictos del poder, a los adictos al gobierno, al éxito y al dinero, a los poderosos incurables, a esos seres despreciables que solo piensan en ascender, mandar y ostentar.
Son conscientes de su propia dignidad, se respetan y viven su vida como si todo fuera posible.

En la isla  de Voltaire el respeto y la tolerancia son signos de civilización.

La realidad superpuesta se amplía en todas las direcciones y en todos los sentidos.


6301-6400

“Los que van por ínsulas extrañas” son los pioneros exploradores, vanguardistas, siempre en peligro, siempre sorprendiéndose y admirándose de las maravillas que aparecen.
Y el caso es que no hay otro remedio que ir por ínsulas extrañas, las conocidas ya están visitadas.

En la isla de Bernini el movimiento está a punto de manifestarse y de estallar. De Bernini a Calder solo hay un paso.


6400-6501

La isla Actualidad solo existe ese día. Y ese mismo día queda desfasada.
La isla Eterna existe siempre. Y esa misma infinitud la deja anonadada. La eternidad es demasiado pesada para nosotros, pobres viajeros en el tiempo. ¿Quién podría sostenerla, quién sabría soportarla?

La isla  de la Serenidad está despojada de niebla y de adversidades, si llegan está preparada para soportar y aguantar todas las inclemencias.


6501-6600

Islas son también los Picos de Europa, los Pirineos, los Alpes, los Andes, los Himalayas y todas las montañas de más de dos mil metros.
Isla es lo que alguien destaca y llena de color porque el resto desaparece o pasa a un segundo plano o se desvanece o se hace directamente inexistente.
Las islas son los momentos que hemos seleccionado.
Las islas, lo que emerge y sobresale por encima de la superficie de las nubes, de la tierra, del cielo. Las que sitúan a la altura del aire, las que existen en la medida de lo imposible.
Las islas que no hablan demasiado conservan todas sus palabras y las ponen a disposición de los viajeros.

La isla de Stendhal y la de Marcel Proust están muy cerca, todas las montañas están muy cerca, todos los montañeros son el mismo esfuerzo, la misma ambición, la misma verticalidad, el mismo dios que aspira hacia arriba.


6601-6700

El archipiélago a veces es el preludio de la Isla que hay que adivinar y divisar. La Isla que ha logrado seducir y convencer al mar para que la rodee y la abrace.
Todas las islas están inventariadas, todas las islas son inventadas. Las islas y las verdades también se inventan (Antonio Machado), los poetas también se inventan y los poemas y las palabras… todo.
Las islas son el resultado de todo un proceso de composición, recombinación y descomposición.

La isla  de Garcilaso es sutil y delicada, vive la poesía amorosa como si fuese el Bien necesario.
Hay islas renacentistas y barrocas y, en todas ellas, se puede ser amigo de los amigos y de la verdad más bella, pero lo más honesto -como decía Aristóteles- es preferir la verdad.
Se podría añadir que lo mejor es preferir la bondad y la beldad.


6700-6800

La isla vertical tiene 7.771 metros de altura y sus acantilados, absolutamente verticales, aunque parezca imposible, tienen todavía una altura mayor.
Lo que es imposible en esta isla es acertar con lo que se debe hacer.

En la isla de Galileo se han dado cita todos los péndulos y todos los planes inclinados, aquí residen también Aristarco de Samos, Ptolomeo, Copérnico, Kepler, Newton, Einstein y otros físicos del mismo talento.
Se sabe que esta isla abarca todo el universo, que aquí todo lo que sucede ha de cumplir las leyes que ellos han descubierto y, si no lo hacen, peor para los hechos, sucesos y acontecimientos. Porque  es sabido que en el continente racional lo que se demuestra es tan exacto y se cumple con una exactitud de miles de decimales que perturba al más escéptico.


6801-6900

En la isla Hiperbórea todos los que llegan empiezan a crecer de inmediato hasta alcanzar alturas insospechadas, inverosímiles e inimaginables. No es fácil adaptarse a la situación. Crecer y seguir siendo el mismo que eras no permite coordinar ni encajar bien todas las articulaciones.
Si te acercas a la isla de los Bienaventurados atrévete a flotar, a volar, a bailar, sigue la órbita de los anillos de Saturno, embriágate y contempla todo lo que se ha hecho bien en la materia, en la energía y en la inmensidad del cosmos.

La isla de Venecia ha sido declarada Patrimonio Mundial de la Hiperhumanidad por la Confederación de Paraísos Cósmicos Intergalácticos.
Sabemos que Venecia es imposible y, por eso Marco Polo busca otras ciudades y se las cuenta a Kublai Khan, Italo Calvino escucha atentamente estas conversaciones e intenta hacerse una idea de todas las posibilidades que ofrece viajar y conocer tanto si uno es un viajero intrépido e inteligente.
Sabemos todos que Venecia no existe y que, cuando Fabiano y Ángel la visitaron, estuvieron de acuerdo en que algo así, tan directamente irreal e improbable, no debería existir ni ser materialmente de piedra y ladrillo, que debería haberse construido de nieblas ensambladas con sueños, de vapores de la laguna unidos al encanto de la vida que nunca muere en Venecia.


6901-7000

En la isla Música suena la Esperanza y se dan cita las islas Alegría, Entusiasmo, Vitalidad, Ritmo y Felicidad. Casi todos los que visitan esta isla desean quedarse a vivir en ella.
Cuando todo sale bien son las islas Bienaventuradas las que van a visitar a los seres más humanos que se hayan preparado convenientemente. Ellos las llaman Musas pero, en realidad, son las islas Apropiadas, las más indicadas para descubrir todo lo que debe ser contemplado en silencio con el máximo respeto y como con una reverencia.
Hay quien les niega a estas islas perfectas cualquier virtud y mejora para el espíritu humano, sostienen que llenan la cabeza de idealismos, aves, sueños, pájaros, mariposas y quimeras y que no van a producir a la larga más que melancolía, desilusión y desengaño. Razones no les faltan, más bien les sobran; lo que les falta es agradecimiento, gracia, gratitud áurea, benevolencia y cierta soltura para ser algo más que un obstáculo sólido para el desarrollo humano de las islas Encantadas.

En el Mar de las Alegrías están desterradas todas las tristezas, pretenden que en su gran abrazo se diluyan, que se disuelvan en nada, que lleguen a una inexistencia perfecta.
En el Mar de las Alegrías se necesitan mil espíritus inundados de Nietzsche, de Lorca, de Walt Whitman, de Neruda, de Platón, de J. S. Bach, de Calder, de San Juan de la Cruz y de otros artistas del reino del delirio para mostrar su riqueza y extraer un pequeño kril poético de su inmenso abrazo marino.
En el Mar de las Alegrías las islas cantan, los barcos flotan, los amores son eternos y los viajeros no perciben el paso del tiempo porque no hay tiempo en la alegría, no hay transcurrir en el gozo.




7001-7100

Las islas giran en todos los sentidos, sean horizontales, verticales o con cualquier inclinación; lo que hace especialmente difícil conocer tanto su naturaleza como su composición y estado.
A veces se muestran como islas de las columnas, a veces aparecen como auroras. Lo cierto es que hay tantas islas como horizontes y que la isla del viento está donde quiere, el viento sopla como el espíritu y se multiplica.
Las islas se siguen unas a otras y podrían contarnos sus anécdotas. Por eso hay una isla múltiple, la isla que sigue al Ser a todas partes y persevera.
Otra cosa muy distinta es conocer la forma y la intención de las islas, sobre todo cuando se han intervenido con tanto acierto como las Sorrounded Islands que los artistas Christo y Jeanne-Claude rodearon de un tejido de polipropileno rosa flotante.
Las islas no tienen fronteras, pero siempre hay alguna isla Problema, en la que llueve sin parar hasta que la isla se disuelve.

La isla de Haendel es aproximadamente un milímetro más pequeña que la de Juan Sebastián Bach, entre las dos islas forman la dimensión más amplia del Cosmos.
La música gira en todos los sentidos, el espíritu sopla donde quiere, la belleza aparece en cualquier parte, la alegría se sitúa por encima del dolor y del mal, la luz recorre todos el laberinto de espejos del que nadie recuerda entradas ni salidas de emergencia.
El torbellino inicial es el comienzo.


7101-7200

La isla Arte es la más anhelada, aumentar la belleza del mundo debería estar premiado con la inmortalidad.
La belleza es esa promesa que hemos esperado tanto tiempo, que ahora aparece de repente y, en una especie de epifanía elocuente, se dirige a nosotros como si no tuviera otra cosa mejor que hacer.
El arte, la belleza, la vida, tres personas distintas y una sola divinidad verdadera.

La Isla del Encuentro es la más apropiada para la supervivencia, en ella la luz se las arregla para crear recuerdos eternos que ningún deterioro neuronal podrá sumergir en el olvido.
Es la más adecuada para hacer posible que el mar y las montañas de miles de metros de altura convivan en el mismo abrazo.


7201-7300

Dicen que la isla Superflua sobra, que está de más, que es innecesaria, que repite lo que son otras islas, que no aporta nada nuevo, que es como todas, que no es original en nada, que muy bien podríamos pasar sin ella, que una isla menos como una hoja menos de un árbol no se notaría…
No han entendido nada, esto es todo lo que hay, ni una isla más ni una menos, ni un grano de arena de playa más ni uno menos, ningún átomo sobra, ningún electrón es innecesario, ningún quark encanto es superfluo, ni una sombra ni un paso ni una duda ni una vacilación, son, han sido, eran, han de ser necesariamente así…
La isla Necesidad es la misma isla Superflua, la misma isla Contingente, la misma Innecesaria, la misma isla Casualidad. La línea que une y separa azar y necesidad no existe, son una y la misma cosa vistas y pensadas desde distintos puntos de vista. Azar y azahar.

La isla de Nietzsche es la más inverosímil de todas las islas imaginables, en ella se dan cita las mayores vitalidades y las mejores contradicciones capaces de generar una estrella.
Si quieres saber lo que es la vida superlativa debes atreverte a explorar esta isla hasta sus últimas consecuencias. Que tu vida sea minúscula, concreta, particular, limitada, finita y débil no hace imposible que puedas adivinar parte del infinito que se alberga en cada uno de los espíritus humanos.
Como si se hubieran encontrado y mezclado Heráclito y Espinosa en el Jardín de las Delicias, como si alguien fuese capaz de trazar el mapa que componen todas las filosofías y fuesen ciertas a la vez y escondiesen cada una un punto de luz más poderoso que el de una luciérnaga que quisiera iluminar el universo entero, como si todos los esfuerzos de todos los humanos nos condujesen a la superación de nosotros mismos.
El más cultivado de los artistas filósofos, el más elevado de los filósofos artistas, el más poético entre los grandes admiradores de una humanidad que ha superado a los dioses monótonos. Como el gran filósofo que habita en el eterno retorno de los anillos de Saturno.
7301-7400

Las islas no tienen que justificarse, son, están ahí, existen, tienen toda la contundencia de lo que se impone y es evidente por su propio peso, y la rotundidad de lo que no necesita ser interpretado.
Hay observadores que han asegurado que las islas son aves y que todas las aves han sido islas. La teoría no está confirmada, pero no es descartable.

Esta isla, también llamada y conocida como la isla Calder o isla de Calder es la que les va indicando a Fabiano y a Ángel que sus investigaciones pueden llegar a buen puerto.
Para empezar la isla es tan móvil como cambiante, tan ligera como liviana, tiene vocación de ingravidez y no alberga en su interior ni un miligramo de maldad, ni de rencor ni de soberbia ni de resentimiento.
La isla se desplaza lentamente y a veces es roja, a veces azul, amarilla, negra o blanca. Cuando quiere flota y vuela, cuando lo desea descansa sobre su propia base, cuando duerme se eleva a las alturas y sueña que es una nube sin destino que puede ilusionar a todos los habitantes.
La isla está habitada por seres inocentes, niños que juegan sin miedo al futuro, como colibríes que coleccionan rutas para acercarse a las flores más hermosas.
Cuando todo sale bien esta isla es la mejor colección del mundo de arte cinético contemporáneo.


7401-7500

Las islas no son bacterias dañinas ni virus infecciosos, son ligeras incertidumbres que se han dispuesto al azar, como si dejasen su destino a su propio albur.
Las islas más raras son las islas Eolias, hijas del aire y del viento, no saben que los dioses apenas pueden hacer algo para que dure y permanezca la ilusión. Apolo es Apoliso y Apoloniso. Dioniso es Diopolo y Dionolo.
La isla Apolisa no se entiende, apenas se sostiene en el mar y ya se está cayendo, apenas flota y se mantiene como isla enmascarada.
La isla Dionolia sin embargo sabe lo que hace, se sostiene a sí misma, es una columna dórica vertical que surge desde el fondo del mar y solo se necesita a sí misma para ser, no molesta a nadie y apenas muestra el capitel-isla como la música que se renueva y no confunde. Nadie se ahoga en sus costas y en sus playas. Todo se sostiene.

La isla Invulnerable está rodeada de dunas, en su interior atesora el jardín tropical más frondoso. Está rodeada por el Mar de la Felicidad y, seguramente, esas aguas deben realizar algún que otro milagro.
Con una facilidad pasmosa pasa el tiempo, como si nada ni nadie le opusiera resistencia.
7501-7600

Nadie sabe ni conoce la fuente de la alegre juventud, nadie sospecha el origen de todas las palabras, tantas palabras que podrían nombrarlo casi todo, tantas desaprovechadas como islas abandonadas a la deriva, como mares abandonados a su suerte oceánica, como océanos plastificados de espanto.
La libertad de las islas móviles se corresponde con su agilidad para remontar mareas y corrientes, para reponerse del cansancio del incesante devenir del ser, para mantenerse a la deriva como si no importase nada, como si el rumbo fuese libre y ágil a la vez, predestinado e improvisado simultáneamente.
La isla Solitaria no aparece en los mapas ni ha sido fotografiada por los satélites más precisos. No hay manera de acercarse a tanta perfección.

En la isla del Reino de Polombia (isla conocida también como la isla de la Torre de  Babel porque en la antigüedad se construyó una torre elevadísima que llegaba hasta el cielo y que se ha ido erosionando un poco con el paso de los milenios) permanece solo lo mejor.
Ni Ángel ni Fabiano saben que se desplazarán todas las islas actuales, que se hundirán todas las que han conocido, que aparecerán otras nuevas y que solo una isla permanecerá, esta isla, la isla Polombia.



7601-7700

La última isla no se ha descubierto ni se ha formado todavía. Simplemente aparece a su antojo. Puro capricho.
Al final todas las islas desaparecen. Se disuelven en el mar y el mar se disuelve en islas de acero.
Las islas se disuelven y son provisionales, su destino es mantenerse siempre encendidas.
El archipiélago de las islas solubles se convierte en la solución de la ausencia. Algún día todas se disolverán, pero no todavía; los otros días no somos mortales y, por esos días sonrientes, mereceremos sobrevivir a todos los percances.
La isla de las simplificaciones, de las incoherencias, de las incompetencias, de las inconsecuencias.

A veces ninguno de los dos sabía explicar si la Belleza es una forma espléndida de la inteligencia y el orden o si es al revés, la inteligencia la que es una forma de Belleza neuronal.
Les pasa lo mismo con la Bondad, no saben si es una manera hermosa con la que se presenta la verdad o si, que también es posible, es la verdad una de las mejores manifestaciones de lo bueno y de lo bello.
Saben que lo están mezclando todo y que todo, de forma imprevista, aparece radiante. Como si se estrenase el universo sin maldad.


7771

En la última isla, también llamada isla de Johan Sebastian Bach, hasta los sonidos son esculturas aéreas y móviles, se descubre que todas las islas han sido creadas, formadas, hechas y elaboradas por un escultor.
Las islas son esculturas, esculturas móviles, nómadas, no definitivas. Son islas vivas, cambiantes, cinéticas, alegres, deslizantes como patinadoras seguras de su pericia.
Ahora Ángel y Fabiano saben que todas las islas son esculturas, que también lo son los continentes, que el mismo planeta Tierra es una hermosísima escultura esférica, como la Luna, los planetas, los satélites, los cometas y los asteroides. Escultura es el preciosísimo planeta Saturno y sus anillos y todo el Sistema Solar. Una valiosísima y gigantesca escultura es la galaxia Vía Láctea, así como los miles de millones de estrellas que la componen. Astronómicas e inacabables esculturas son los miles de millones de galaxias que conocemos, así como serían esculturas todos los cosmos, mundos, universos o multiversos que haya habido, existan o puedan llegar a ser reales. Desde las más humildes partículas elementales, desde los quarks con más encanto, hasta todo el cúmulo de totalidades del ser.
Incluso su humildad actual es un gesto de asombro escultórico. Entonces los anillos de Saturno se trasladan a la Tierra y se sitúan sobre las islas nómadas. Un anillo sobre cada isla. Una isla para cada esfera.























PRINCIPIO


Las Islas Nómadas-IX


4701-4800

El archipiélago es como un rompecabezas, un puzzle que podría encajar todas sus piezas y formar un todo esférico, circular, armonioso, alegre y ordenado, de un color amarillo dorado, oro amarillo, que irradiaría una vitalidad tan perfecta que solo podría ser vida, gracia e ilusión.
Por desgracia la realidad geológica y física produce tales tormentas que impiden que se aprecie tal grado de perfección.

En la isla de los Deseos Cumplidos se analiza todos los días hasta qué punto está confundida la Humanidad persiguiendo apariencias e ilusiones de baja categoría, y por qué no sabe o renuncia o le impiden perseguir la Belleza.
La llegada de Fabiano y de Ángel no mejoró las cosas, los habitantes de DesCum no eran capaces de ponerse de acuerdo en casi nada. De nada sirvieron los amenos y acertados discursos de Fabiano ni los ejemplos apropiados de Ángel, seguían sin querer ver lo fundamental.
Después de años de disputas infructuosas Ángel y Fabiano entendieron que tal vez lo que les pasaba es que algún deseo incumplido o insatisfecho les impedía salir de su altísimo nivel de narcisismo mediocre, todos se creían interesantes, inteligentes y capaces de entenderlo todo, incapaces de reconocerse limitados, de dudar.




4801-4900

Las islas se dicen de muchas maneras, se presentan de muchos modos y todas parecen accidentes geográficos, experimentos geológicos o pruebas de un mismo ejercicio de perfección que busca la Isla por excelencia.
Ese ejercicio es el que nos permite pensar o imaginar cualquier isla como una búsqueda de las mil y una gracias derramadas.
Conocido y sabido este número y estos datos cabe sospechar que cualquier variación en la disposición de las playas, composición de la flora, altura de las montañas, población humana y animal, número  de piedras, calidad de los manantiales, esplendor de las primaveras, relación de árboles frutales, acciones previstas, pasiones desatadas, lugar geográfico que ocupa en el espacio global, tiempo disponible desde su origen y cualquier otro detalle, no sería más que la muestra agradecida y sonriente de lo que se puede mostrar sin sobrepasar la capacidad de recepción estética de los seres humanos.
El éxtasis de las islas es esta representación, esta muestra corregida por la evolución estética y aumentada por la creación artística.

En la Isla Absoluta sabían que el arte que se denominaba “abstracto” no te dice cómo seguir ni te ayuda a saber si ya está acabado.
Saben que un cuadro que parece abstracto, no figurativo ni realista, a veces no es más que una copia de un fragmento de una vista de un recóndito lugar de un pequeño glaciar de Groenlandia.
El pintor, el filósofo, el escultor, el santo,  el arquitecto, el escritor, el que intenta hacer algo que  no sabe adónde va, debe ir por donde no sabe para llegar a donde no sabe, como muy bien decía San Juan de la Cruz, que sabía caminar hacia donde nadie sabe.


4901-5000

Lo que nos pasa es que hemos perdido el hilo y no sabemos dónde están las islas encantadas. Lo que nos sucede es que no podemos entender cómo y por qué cada día la isla aparece en lugares diferentes y la que estaba en el Norte cerca del continente europeo aparece ahora en medio del Océano Atlántico, en el Mar del Caribe o cerca de cualquier punto cardinal desconocido y hasta inventado.
Lo que nos ocurre es que sabemos que hemos nacido para la sonrisa y la alegría, y vamos viendo que la vida nos trae grises y palabras vacías sin encanto. Lo que valoramos es precisamente lo que éramos en la isla Paraíso y apenas podemos seguir siendo.
Las islas son tan caprichosas como el azar, sin necesidad alguna cambian y se alejan o se aproximan o se transforman en arcoíris o se prolongan en la cola de cada cometa. Las islas son así, como si lo hicieran sin querer, como si pasasen por allí, como si su ser tan afortunadas no las convirtiese en un peligroso foco de atracción.
La Belleza es lo que tiene, a veces es isla, otras es nube o duna o jardín o viento o flor invulnerable de un día.
Lo que sí está claro es que todas las islas son islas a la vez.

En el Mar de las Complacencias la navegación es un placer, todo es, aparece y se muestra como si estuviera hecho a gusto del espectador, del observador, del consumidor o del vividor.


5001-5100

No se sabe cuántas islas hay que situar en los océanos para que el archipiélago pueda volver a tener sentido, ni siquiera si faltan o sobran islas.
Sin embargo sí se sabe que la isla más lejana está a unos 735 metros de distancia en la escala de Richter.
Las islas son un espejismo, una alucinación colectiva de viajeros, geógrafos y turistas. Cuando millones de habitantes creen vivir en una isla a veces la llaman habitable o habitada, lo que no quiere decir que sea paradisíaca o afortunada, ni siquiera humana.

Los habitantes de la isla de Vivaldi no están enfermos de actualidad como los de Cronia que solo vivían el presente, desinteresándose del pasado ambiental y del futuro imprevisible.
Los vivaldianos, en otras ocasiones llamados monteverdianos, bachianos o haendelianos, son intemporales, eternos y hasta necesarios. Todo lo que sucede o pueda suceder no es más que una prolongada lista de anotaciones a pie de página de las obras de la isla Bachaldi.
No se sabe cuántas islas son imprescindibles y necesarias.


5101-5200

Las islas son imprevisibles, a veces se acercan y es como un milagro. Un milagro es que coincidan en sus perfiles y contornos, y encajen en cada uno de sus salientes y entrantes. Un milagro es que las bañen las mismas olas, las visiten las mismas mareas y las acaricien las mismas corrientes. Un milagro es que la tectónica de esferas las haya aproximado y unido durante milenios. Un milagro es que, cuando se alejan miles de kilómetros durante millones de años, sigan recordándose. Un milagro haberse encontrado y un milagro guardarse eterno reconocimiento.

La isla Limitada es aquella en la que, si existe Dios y no es exactamente como lo has imaginado, entonces no es creíble, no interesa, no es justo ni alegre ni bello ni bueno, no es verdadero ni necesario.
Si existiese un Dios que no fuese como lo has pensado. sería una falsificación absoluta, una creencia vana, pura superstición, vacío total, nada disuelta en el olvido.
Solo quien cuida es divino.
Solo si existes Dios es posible, así se entiende que el universo haya necesitado tantos miles de millones de años intentando formar tal maravilla, sin conseguirlo hasta ahora.


5201-5300

Todas las islas son islas a la vez, compatibles, composibles. Una de cada diez islas está encantada, una de cada cien islas encantadas es de una belleza tan increíble que parece inexistente, una de cada mil islas inexistentes es irreal, una de cada cien mil islas irreales es un puro sueño, una de cada millón de islas soñadas es imaginaria, en una de cada cien mil millones de islas imaginarias es donde quiero vivir.

La isla de Espinosa es la más rigurosa en la vitalidad, por eso decía que “cuanto mayor es la alegría que nos afecta, tanto mayor es la perfección a la que pasamos”.
Aquí todos los sueños funcionan a la vez, todos son necesarios, todos completan el delirio extremo de un  universo que es Dios y de un Dios que es cada partícula.
Por eso todos los espejos forman parte del gran laberinto que precede a la Biblioteca que formamos entre todos.
El mundo de la materia visible se esconde en la niebla de la materia oscura que, a su vez, se pierde en la sombra de la energía oscura que es capaz de esconderse detrás de la nada imperceptible oscura que es parte del laberinto.


5300-5400

¿Cuál es el objetivo de una isla?, ¿por qué una isla puede llegar a  deprimirse, sumergirse y desaparecer?
Hay una isla llena de gratitud que no odia a nadie, siempre está activa pero, en alguno de sus géiseres emana toda su alegre melancolía.
Todo está bien al salir de la naturaleza, pero es insuficiente. La cantante no es calva, pero ya se ha alejado, ahora actúa en otra obra. Godot ha venido varias veces y nadie lo ha reconocido.

La isla de Miguel Ángel ha mejorado la realidad y la ha conducido hasta la perfección en la escultura, en la pintura y la arquitectura.
Otras islas no quieren aumentar el mundo real, prefieren disminuirlo, consideran que lo que hay que aumentar es la mejor ficción.
La realidad a veces es la mejor ficción, sobre todo si consideramos que mundos, universos, cosmos, galaxias, estrellas, planetas, satélites, asteroides, cometas… son esculturas móviles calderianas.
Lo decía Nietzsche: “La verdad es un ejército móvil de metáforas”.



5401-5500

En la isla Lentitud la ola de movimiento retenido avanza un metro cada día y llega a cien metros de altura, el agua está como retenida en una imagen que al pasar por encima no ahoga ni destruye ni inunda, solo llena de fulgor translúcido la playa de los seres alados.

En la isla Lluvia todos son melancólicos.

Estamos en la isla de la Máxima Altura, la isla Vertical, la isla que asciende, la isla del Cielo, el Monte Carmelo.
El Dios-Diosa cuántico existe y no existe a la vez, los creyentes son ateos a la vez y en el mismo instante y sentido, los agnósticos afirman y dudan simultáneamente, los ateos confirman la existencia de los dioses inventados, los creyentes son escépticos con los fanáticos del ser y del no ser. Los dioses no saben a qué atenerse.



5501-5600

La isla Amarilla recibe ese nombre de las mariposas amarillas que la visitan, millones de mariposas que logran así darle ese color a la tierra, a las rocas y a todas las plantas. Todo es tan extraordinario que parece increíble y hasta inimaginable. Alguna mariposa es blanca y también es bien recibida.

Ni Fabiano ni Ángel olvidarán nunca la isla Vertical, isla de las Concordancias, isla de hielo, isla que flotaba en medio del océano.
Mientras ascendían iban sintiendo la delicadeza del esfuerzo, del agotamiento, de la fuerza de voluntad empleada en cada paso.
Mientras llegaban a la nieve no podían dejar de admirar la perfección de que existiese tal modalidad de la materia, estaban fascinados, estaba nevando en la Luna, en Marte y en los anillos de Saturno, en toda la galaxia Vía Nevada, en todo el universo blanco.
Podían descubrirlo, pero todavía no lo sospechaban, los componentes más elementales de la materia no eran los átomos ni los electrones ni los protones, no eran los quarks ni los bosones, no eran los leptones  ni los gluones, eran todos y cada uno de los copos de nieve depositados con delicadeza, con furia o con esmero en la tierra que merecía el gran premio y la mejor recompensa.


5600-5700

La isla de las Oropéndolas está abierta a todos los horizontes, se deja visitar por águilas, cóndores, pelícanos, abubillas y albatros. Todas conviven y  saben compartir colores y distancias.
En esta isla siempre suena la música de Juan Sebastián Bach.

La isla de Dante es la isla de la Divina Comedia, del divino don de la Alegría, de la prodigiosa existencia de la Belleza sonriente.
Por eso vuelan los poetas y escriben las aves en el aire y la luz juega con todos nosotros.
Por eso la vida es bella, tan bella que nos excede y obliga a la mayoría a acostumbrarse para no perecer de inanición contemplándola.
Ángel y Fabiano, acostumbrados como están a ver maravillas, advierten el privilegio y el honor de encontrarse en la isla divina, en la comedia alada, en el vuelo inaugural.


5701-5800

La isla Verdad es la más alejada, la que tiene el acceso más difícil, siempre parece fundirse en niebla o desvanecerse, o cambiar o complicarse. Cuando crees conocer sus accidentes, cuando estás seguro de haber completado la carta geográfica y de navegación que te permitiría orientarte, la isla te sorprende con un hallazgo nuevo, con una erupción de nuevas playas, con una marea de nuevos arrecifes y acantilados. Es una isla esquiva a la que ningún navegante sincero se ha atrevido a decir que ha llegado, lo que siempre permite mantener la ilusión de seguir navegando.

Ni Fabiano ni Ángel podían creer lo que estaban viendo, una isla que era una columna vertical de hielo que se perdía en las alturas, a la que no se adivinaba el final. Hielo azul, hielo verde, blanco y transparente.
No había costa ni playas, solo ese inmenso acantilado de cristal helado sobre el que volaban en círculos gaviotas, pelícanos y cormoranes que no podían anidar en sus paredes verticales porque no había grietas ni resquicios en los que apoyarse. Las aves procedían de las islas más cercanas.
Esta isla también se llamaba Isla de la Armonía porque, al parecer, el viento, al rodearla, emitía una vibración que fascinaba a las aves, a los marineros y hasta a las mismas sirenas. Muchas aves, encantadas por la dulzura del sonido, se olvidaban de regresar a sus nidos, de comer y hasta de descansar, y desfallecían en pleno vuelo; pasando sin transición así del éxtasis divino a la muerte más dulce, tan suave que pasaba inadvertida.
Muchos barcos y tripulaciones sufrieron la misma suerte ya que se sabe que agotaron su combustible, sus víveres y su existencia girando una y otra vez alrededor de la isla sin encontrar manera de acceder ni de alejarse. La isla Inaccesible era Invulnerable, ni siquiera el calor fundía el hielo, al contrario, era el fuego el que se helaba y quedaba congelado como si lo parasen.
Dicen algunos geógrafos que la Montaña de Cristal, situada en el Alto Dolpo, Nepal, es una ruta de aproximación a esta isla. Por eso los monjes budistas una vez al año hacen un recorrido ceremonial circular alrededor de la montaña que no parece de cristal.


5801-5900

En la isla Clásica llueve los miércoles por la tarde, la longitud está sometida a medida y regularidad y pocos se atreven a hacer experimentos.

En la isla del Color sucedía algo extraordinario, todo estaba elevado dos metros por encima de su posición habitual en cualquier otra isla dominada, gobernada y controlada  por la Ley de la Gravedad.
No era fácil entender por qué aquel rojo era tan intenso ni por qué esos amarillos, azules, verdes o naranjas eran tan completos.
Ángel sospechaba que en aquella selva alucinante de colores y formas tenía que haber un misterio descifrable que les permitiese entender el brillo, la intensidad, la luminosidad y hasta la inocencia de las cosas.
Fabiano, sin embargo, no estaba tan seguro, un poco más escéptico imaginaba que la isla y sus árboles eran así y que no había manera de entender el esplendor de la coloración de tucanes, colibríes, guacamayos y abubillas. Simplemente el mundo era así, maravilloso, encantador, espléndido y divino, y no era muy razonable buscar otra explicación ya que cualquier razón exigiría otra anterior o posterior y esa, a su vez, una previa y así hasta la vejez y el agotamiento.
Consideradas así las cosas, los dos llegaron al acuerdo de escribir en su informe que, dada la calidad y cantidad de colores presentes en la isla, habría que considerarla una parte fundamental del Paraíso o el Paraíso mismo de la Ingravidez incipiente.
Los dos se guardaron muy mucho de escribir ciertas suspicacias que les había producido tanto exhibicionismo, galantería y derroche de colores. En cualquier caso preferían ese exceso y sobreabundancia de colores que un  mundo en gris y en negro.



5901-6000

En la isla que habla se dicen cosas maravillosas, te hablan al oído y solo se hacen planes fascinantes para caminar juntos y creer en lo que puede salir bien. En esta isla el silencio complementa a las palabras y las miradas son inacabables.

El Mar del Gozo es el preferido por casi todos los navegantes, lo que no quiere decir que los más intrépidos no se atrevan a dirigirse hacia el Norte o hacia el gran Sur para verse rodeados por icebergs resplandecientes. En realidad el Mar del Gozo es cualquier mar favorable en el que te encuentres, cualquier circunstancia amable, cualquier mundo acogedor, toda santidad que acoge, cuida y abraza.
Debería ser obligatorio navegar por estas aguas al menos una vez en la vida; debería ser necesario vivir así, rodeado por la sonrisa más libre y más amable, debería ser una exigencia racional componer el mundo de tal modo que llegar a él fuese una fiesta, una bienvenida solar, una invitación a la Alegría. Desde este punto de vista todas las vidas son la vida de Ángel y de Fabiano y los millones de vidas de todos los habitantes del planeta son las realizaciones de una vida tan elocuente como disparatada.
Según los calendarios oficiales el barco que los trasladaba solo pasó un día en este mar, aunque todos sabían que ese día había durado años y que seguiría acompañándolos toda su vida. Tal era la intensidad del gozo recibido que el agradecimiento solo podía ser eterno. Quien ha merecido ese encuentro no puedo esperar más porque no hay más ni mejor ni de mayor duración, porque ese es el Mar que hay que navegar. Platón decía que es “el preludio del aire que hay que respirar”.


6001-6100

La isla Realidad dicen que está poblada por casi siete mil millones de habitantes, de los cuales poco más que la mitad son humanos.
Es la isla más difícil de soportar, quien llega a Realidad normalmente sale frustrado, agotado o decepcionado. Pocas veces se cumplen los sueños en esa isla, para eso es mejor ir a las Islas Superiores.

La isla de Henry Purcell no se había visitado desde el 21 de noviembre de 1695. Muchos habían oído y escuchado sus músicas y cantos, pero ninguno se había detenido verdaderamente a sentir la maravillosa levedad del ser y del existir de un músico que, viviendo tan solo 36 años, compuso músicas celestiales y amistosas que ahora dirigían el movimiento de las olas, indicaban la marcha de las mareas y la dirección de las corrientes.
Ningún barco se atrevía a desobedecer las leyes de la hidrodinámica purcelliana ni las de la alegría cuántica.



Las Islas Nómadas-VIII


3501-3600

En el principio fue la isla del Círculo Perfecto, poco después llegó el aire y se renovó la vida hasta llegar a ser tal y como la conocemos hoy.
En esa isla no hay semáforos.
Antes de la primera isla estaba la singularidad y antes el deseo.
Y antes del deseo existía un plan para que se encontrasen círculos y cuadrados y viviesen la cuadratura del círculo.

En la isla de García Márquez, como en el resto de los mundos, en pocas ocasiones los seres humanos son capaces de sacar lo mejor de sí mismos,  de florecer desplegando sus mejores intenciones y de mostrar todas las maravillas que guardan en su interior. Pocas personas se atreven a ser divinas, a emprender el largo camino del acceso a la luz.
La luz, esa luz caprichosa que instantáneamente va y llega y se dirige a todos los rincones del mundo y cuando quiere no va y es penumbra, sombra, obscuridad, extravío, confusión sin alas ni ángeles.
Esa obscuridad que algunos dejan que se instale en su interior y que devora su ilusión. Qué poco les sirve a algunos todo el bien recibido.



3601-3700

En las islas del Norte no se acostumbra a decir la verdad sobre ningún asunto, mucho menos sobre las fiestas de las islas del Sur.
Las islas intermedias, más templadas en sus juicios, hacen lo que pueden para sobrevivir entre los dos extremos, pero su virtud no reside ahí sino en saber que las apariencias existen y que los simulacros también son reales. La sabiduría en este caso consiste en aceptarlas y asumirlos y así residir con alegría en todas las indefiniciones.

La isla de Parménides está construida para el orden. Casi siempre se construye para el orden, casi todo se destruye con el tiempo, algunas cosas se rehacen para darle una nueva oportunidad al cosmos, algunas veces el cosmos es capaz de empezar de nuevo.
El orden del tiempo es ingobernable.
El mundo es independiente de mi voluntad, de toda voluntad. El mundo es independiente de Wittgenstein.


3701-3800

En la isla Continua no se admiten relojes ni pasa el tiempo ni a nadie se le ocurre decir ayer, hoy o mañana. Todo es un presente o pasado o futuro continuo. No hay definiciones ni distinciones.
Al que se atreve a insinuar que antes o después las cosas cambiarán se le considera un ser continental, caído en el tiempo, rendido a la realidad, perdido para la vida tal y como se la concibe en el Ecuador de los anillos.

La isla de la Alegría a veces es incompatible con el tiempo.
Con demasiada frecuencia es domingo y llegan los jueves como si cualquier cosa. Es enero hoy y mañana noviembre como si todo fuera posible. Tienes ahora veinte años y pasado mañana sesenta. Has nacido y ya quieren jubilarte. El desorden del tiempo es imparable.
El tiempo menos pensado se cuela por las aristas de cada momento, con absoluta facilidad llega el lunes y no sabes lo que te espera el miércoles siguiente. Es abril y llega la primavera y no quieres enterarte. Tienes toda la vida por delante y te detienes como si no fuera contigo.
Es posible que Ángel y Fabiano sintieran y supieran que los martes son dichosos, que febrero o junio son alegres y capaces de ejercitarse en proyectos y viajes de extraordinaria elegancia, que el ayer era divino, que hoy es fabuloso y humano, que mañana es y será y era extraordinario.
A Ángel nunca se le olvidará la sonrisa que lo ilumina todo ni a Fabiano el honor de mirarla. Los dos saben que la alegría produce sonrisas, que sonreír alegra la mente, que el cerebro acaricia los músculos, que la vida imita al arte más elevado.
No es transfiguración ni elevación, no son mariposas. No es epifanía ni descubrimiento, no son los anillos de Saturno. No es invención ni hallazgo, no es el interior de la luz. No es ni creación ni inspiración, no es lo sagrado. Se parecería más a esa galantería con el cielo, de la que hablaba Lorca.
Más arriba y más abajo, como en cualquier escalera. Sin flotar y sin pesar, como una conformidad serena con el mundo, pero sin llegar al “Extasis de Santa Teresa” de Bernini. Como si los dos hubieran ya aceptado lo que son y hubieran sintonizado con la más pequeña de las vibraciones, pero sin darse importancia.
Tal vez era aquello de lo que no se podía hablar en tiempos de Wittgenstein y de lo que hoy ya no podemos si sabemos callar. Fabiano y Ángel siguen viajando y todos los relatos que les cuentan son parte del camino; tampoco saben si hay o no hay camino ni si se hace, se descubre, se inaugura, se inventa o se crea al andar, como sugería Machado.
No saben, pero tampoco ignoran. No exigen, pero tampoco se conforman. No se adaptan ni son inconformistas. Leen sin llegar a ser eruditos, se informan sin querer ser bibliotecarios, piensan pero no quieren que les den siempre la razón ni tener “la cara del que sabe”, que cantaba Amancio Prada.
La isla de la Alegría es el sentido de todas las existencias.



3801-3900

La primera isla, según los expertos, es la que reúne la altura de la más elevada, la elegancia de la más bella, el encanto de la más Graciosa, la serenidad de la más elaborada y hasta el escepticismo de la más alejada de todas las rutas marítimas conocidas.
Iniciar una ruta desconocida, esa sí que es una tarea ilusionante.
Hay islas para todo. De hecho hay islas que parecen continentes, otras parecen planetas, incluso hay archipiélagos que toman la forma de galaxias.

La isla que está a la mitad del recorrido (ya que hay 38 islas hacia el oeste y 38 hacia el este), se conoce como Isla del Amor. Muchos son los llamados y pocos los elegidos, muchos los que se creen artistas en lo que hacen y muy pocos los que llegan verdaderamente a serlo, demasiados los que ignoran los peligros de las islas enamoradas y muy pocos los que saben navegar con calma por aguas procelosas, muchos los que dicen que han oído que han dicho y pocos los que han escuchado, muchos los que se mueven y viajan y muy pocos los que llegan, y menos los que llegan a sí mismos.
Cuando Ángel y Fabiano llegan a la isla Mitad del Recorrido saben que han olvidado algo; aquí debían esperar algo, pero no saben qué. Algo tenía que ocurrir, pero no aciertan a reconocerlo ni a recordarlo. Tal vez era que ya habían pasado por la mitad de su itinerario y que, por tanto, ya solo les quedaba la mitad de su peregrinación circular. Tal vez era otro asunto el que los había llevado hasta allí.
Tendrían que poner más atención y fijarse en todos los detalles.
La isla era una corona circular perfecta y es posible que eso significase algo. Incluso una vez desvelados todos los significados, cabe pensar que no todo estará resuelto.


3901-4000

Las islas intermitentes son y no son, existen durante un tiempo y dejan de existir durante otro, están en su localización durante meses y desaparecen durante unas semanas, son materiales en ciertos períodos y referencias geográficas otros.
Nadie sabe a qué atenerse con ellas. En general, si fuéramos sinceros, tendríamos que reconocer que nadie sabe a qué atenerse sobre casi nada.

Todo ha salido mal y, a pesar de todo, siguen sonriendo. Todo es absurdo, pero absurdamente alegre. Estamos en el Mar de la Satisfacción.
Hay excepciones, hay embajadores, enviados del Cielo que nos hacen ver la verdadera Belleza y el inmenso esplendor de lo que es.
A veces eso es suficiente, como un cuerpo vivo y feliz que tiene, sin embargo, ciertas limitaciones; una cicatriz, un grano, una mala digestión, un dolor de cabeza.


4001-4100

Las islas Afortunadas son las que no conocen el tiempo ni la ausencia, aquellas donde se ignora lo que son las fronteras, las banderas, los independentismos, los egoísmos y las mezquindades, los nacionalismos, los provincianismos, los localismos….
Los primeros exploradores de estas islas las llamaron así porque estaban libres de todos los males, ambiciones e injusticias que inundan las islas y las sociedades humanas.

Atravesar un espejo y ver otro espejo y después otro.
Mirarse en un espejo y ver tu propia espalda, como pintó René Magritte escuchando la Obertura del Orfeo de Claudio Monteverdi.
Mirar a un espejo y ver a tu alrededor toda la belleza disponible de los laberintos.
Atravesar todos los espejos y sentir lo que decía Espinosa: “Cuanto mayor es la alegría que nos afecta, tanto mayor es la perfección a la que pasamos”.
Y, al final, mirar en un espejo para formar parte del Cosmos.
Cuando Ángel se miraba al espejo veía a Fabiano, cuando Fabiano se miraba en un espejo veía a Ángel.
Cuando Dios se hace visible es el Cosmos, cuando el Cosmos se hace invisible es Dios.
Cuando Dios se mira al espejo aparece el Cosmos Universo Mundo, cuando el Cosmos ve su propio reflejo aparecen los dioses, las leyes de la Naturaleza, los principios fundamentales,


4101-4200

No hay noticias de la isla Maravillosa, la que producía fascinación y éxtasis a partes iguales a todos los navegantes, desde Ulises hasta el más humilde de los marineros de cualquier barco poco inquietante.
Según algunos geógrafos se ha podido divisarla por última vez en unas coordenadas inciertas e inseguras de imposible localización. Tal vez sea eso lo que hace que sea tan interesante.
Se ha intentado localizarla con Sistemas de Posición Global, satélites espías y mapas antiguos. De momento sigue en paradero desconocido.

Nada más llegar a la Isla de lo Posible Ángel y Fabiano fueron juzgados y sentenciados:
–Han sido condenados a Pasión Permanente Revisable.
–¡No, por favor, no nos hagan eso!, dijo Ángel.
–Es la condena que merece su conducta inconsciente.
–¿Quién podrá soportar vivir toda una vida apasionada?, comentó Fabiano.
–Eso tenían que haberlo pensado antes.
–Es posible que alguien pueda intentarlo, pensó Ángel. Peor sería vivir sin motivo.




4201-4300

Las islas que saben deberían ayudar a las que no saben y están perdidas en la niebla, ayudarlas a valorarse y a descubrir su lugar en el mundo.
Aunque tal vez eso sea mucho pedir, mucho más que lo que están dispuestas a dar.
La isla Invulnerable es aquella en la que todos los seres no son el esperado, en la que todas las personas no son la deseada.

La isla de Heráclito cambia de lugar constantemente. En cualquier caso eso no implica desconcierto ni desencanto.
Ángel y Fabiano, después de haber visitado y vivido la vida incesante, decidieron quedarse con los aciertos de la vida, con la salud de las nubes, con la sonrisa del descanso, con la tarde arreglada, con las palabras delicadas y con la justicia poética.
Apreciaron la risa acompañada, la madurez sonriente. Aceptaron al que hace la fotografía y sabe y conoce que es afortunado, al que convierte cada paso en celeste, al que pronuncia cada palabra con amor y respeto.
Disfrutaron con las letras y las personas que se atreven a ser divinas, con las pinturas que se acercan a la perfección, con las miradas que sanan, con la vida que no ofende, con el trato delicado.
4301-4400

Hay una isla con un volcán de gran altitud en su centro, raro es el día que no hay una erupción de un líquido espeso que parece compuesto de cera y lágrimas, se mueve como si fuera lava y desciende con lentitud hasta acabar solidificándose en una especie de ámbar semitransparente que contiene en su interior todo el entusiasmo de la vida y la melancolía de perderla.
A esta isla solo se puede llegar tras un proceso de iniciación ritual tan largo como extraño, hacen falta años de pacientes recorridos por los propios recuerdos para llegar a entender y a sentir la verdad de las altas palabras que allí se contienen.
Toda la isla está llena, sea cual sea la dirección hacia la que se camine. De esas inmensas lomas redondeadas que parecen y son a veces lágrimas petrificadas, transparentes joyas del mejor pasado que pudo haber sido.
No es posible saber todo lo que allí se encuentra.

La isla de Leonardo da Vinci está llena de ingenios. De todos modos en ella también el amor es tan fácil como la vida. El amor puede imaginarse, pero cómo se imagina una vida desplegada en cada momento.
A su lado está una isla, aunque se encuentra a cientos o a miles de kilómetros de distancia. Hay una vida mejor, pero es más elevada y pocos consiguen mantenerse a la altura y con el equilibrio necesarios para merecerla.


4401-4500

En la isla Nolanda no se pueden hacer fotografías, no salen, no aparecen, allí todas las cámaras fallan. Algún misterio indescifrable hasta el momento impide que las imágenes se fijen en algún soporte, que los recuerdos aniden en alguna memoria, que las apariencias engañen de alguna manera.
Los que alguna vez han estado allí, o de eso presumen, sugieren que algo parecido a un sueño los ha perturbado, que la isla en realidad no existe, que allí nada es real, ni siquiera el mar que todo lo llena.

La Isla del Encanto es el territorio preferido de todas las exploraciones. De la alegría hacia arriba, del gozo hacia el Norte, del contento hacia los trópicos, de lo que vive y respira y es bello, de lo feliz hacia todas partes.
En esta isla, de apenas un kilómetro de diámetro en su base, emergen las montañas más altas de la tierra y, cuando toda va bien, por un proceso que los meteorólogos denominan inversión térmica, en las alturas máximas hay una temperatura primaveral exquisita. Es el paraíso vertical de todos los montañeros.
4501-4600

En la isla Gran Mentira nunca se decía la verdad, Epiménides -que en el pasado había sido cretense- afirmaba que todos los habitantes de esa isla eran mentirosos y que, por eso mismo, decían siempre la verdad.
Lo que parecía una paradoja lo era y no lo era. Si todos eran mentirosos al menos se sabía que lo eran y eso sería verdad. Pero nadie sabía el alcance de esa verdad ya que si eran buenos mintiendo es posible que mintiesen también sobre la isla y que no fuese una isla, que no existiese la mentira, que Epiménides no fuese el que decía ser y que ni siquiera lo que decían tuviera sentido.

La isla de Douglas R. Hofstadter es una de las más interesantes de todo el archipiélago Desconocido, en ella la luz de velocidad infinita ilumina y muestra el universo entero en este mismo instante, no hay que  esperar miles de millones de años terrestres para conocer el devenir del Todo.
Otras veces la luz, casi siempre caprichosa, avanza muy despacio y un simple ser humano con una linterna en la mano avanza en las tinieblas, a la intemperie, mientras su pequeño haz de luz se queda atrás, perezoso, sin ánimo.
La luz, tantas veces usada para ver mentiras y miserias, a veces se niega a obedecer a sus propias leyes y no quiere iluminar las vidas desatentas.


4601-4700

Las islas afortunadas son las que se tienen a sí mismas y no necesitan ni desean nada más que todos los océanos y universos a su alrededor.
La isla de los 1.000 faros está muy cerca de la isla que no tiene faros ni luces de señalización marítima, a cambio la isla sin señales luminosas es redondeada, no tiene olas bravas y su mar es tranquilo.

La isla de Demócrito es la más atomizada, está compuesta por miles de trillones de islas infinitesimales y se sabe que las islas no saben leer.
La isla, como las galaxias, no saben leer ni escribir ni dar sentido a las necedades.
Las galaxias, islas de otro archipiélago que se ha dado en considerar de mayores dimensiones y llamar, no sin razón, Cosmos, no se imaginan lo que ha ido pasando en su interior, como las palabras que componen el libro cerrado de Don Quijote no se imaginan las hazañas y los sentidos que contienen y se despliegan en su interior.