"Al principio distribuyeron al azar las luces, una farola quedó colocada en el centro geométrico del desierto, una estrella se acercaba desde muy lejos a la Tierra, los faros de un coche iluminaban una casa hasta entonces deshabitada, en el monte una luciérnaga observaba la fogata que un pastor había encendido para calentarse, la Luna llena se acercaba un poco más al horizonte, la aurora boreal por primera vez llegó hasta el viernes, el faro del puerto giraba invitando al Sol a amanecer ocho veces por minuto; entonces una mujer dio a luz y se reordenaron todas las luces del universo".
Atribuido a Luciano de Samosata (s. II): "Emporio celestial de conocimientos benévolos". Tomo I. Libro I. Cap I. 1. a
Felices luces de Navidad.