Algunos cómplices del mal

Cómplices del mal son esos millones de ciudadanos que confían en partidos, gobernantes y políticos que sólo quieren privatizar (a su favor), los mismos que con la excusa de la eficacia en la gestión pretenden matar cualquier esperanza de un uso racional del Estado. Por un lado desvían los ingresos públicos, obtenidos en forma de impuestos y tasas, hacia algunas empresas privadas de sus amigos y socios, cuyo principal y único objetivo es obtener beneficios económicos a costa de oprimir, explotar y aterrorizar si es necesario a los trabajadores y ciudadanos de a pie.
Por otro lado, al disminuir el número de funcionarios que trabajan para el Estado y que garantizan su continuidad e independencia, logran aumentar el número de asesores, consultores y personas contratadas que están por completo a su servicio y deben someterse a su poder si quieren mantener su trabajo. No pueden oponerse a sus caprichos y deseos.
Cualquier ciudadano que confíe en partidos semejantes es cómplice del mal, por más que lo disimule con su libertad de elección. Por supuesto que puede usar su libertad, pero la están usando para elegir el mal para la mayoría de los ciudadanos. Tal vez carecen de conciencia moral y social.
Dicen que por sus hechos los conoceréis; pues eso, los vamos conociendo.