1-8-2016
Cuando vueles hacia Venecia verás sucesos extraordinarios, pasarás por encima de los Picos de Europa, poco después los Pirineos y los Alpes. Eso parece una contradicción, las montañas más elevadas de Europa y la ciudad que se hunde lentamente en su laguna. Pero no es más que el principio. Más tarde varios aviones se cruzarán contigo en el aire para mostrarte que también otros saben sobrevolar el mundo y sus dificultades, que hay otras direcciones, otros sentidos y otros puntos cardinales; algunos incluso mostrarán en colores sus chorros de gases aerodinámicos. Vas a Venecia y vas volando, eso es lo importante.
2-8-2016
Cuando llegues a Venecia descubrirás una ciudad para la vida celeste, ya que no es necesario vivir siempre en el nivel utilitario, eficaz, normal, usual y cotidiano de la existencia. Venecia te enseñará otros niveles más altos, ya que desde aquí se puede ascender al nivel de las atenciones extraordinarias.
Si te fijas bien observarás que hay calles y canales, aunque lo más interesante tarda en mostrarse. Mil gracias se han derramado por esta ciudad y han logrado mantenerla elevada, también han generado formas de iglesias, palacios, cúpulas, torres, puentes, estilos, olas... Hasta las fachadas han querido jugar con sus arcos a impresionar al visitante desprevenido. Si te descuidas te convertirás en león alado.
Si te fías de su elegancia verás que no se han conformado con navegar con barcos normales y corrientes, por eso sus góndolas son irregulares, asimétricas y, sin embargo, perfectas.
Pasea, cruza los puentes, camina hasta la siguiente sorpresa y mira como todo cambia y permanece, como Heráclito y Parménides siguen teniendo razón al mismo tiempo e indicando lo mismo.
Aquí se cruzan y se unen la realidad y los sueños, lo real y lo ideal, y uno se siente mejor rodeado de tantos esplendores.
Los habitantes de la ciudad aspiran a algo más que a calles, canales y lagunas, por eso hacen terrazas y azoteas de madera en los tejados de sus casas para cenar en lo más alto y acercarse así un poco más a las estrellas.
El problema más difícil de resolver es saber si el número de puentes es suficiente. Nadie sabe si debería construirse un puente para cada casa, piso y habitante de la ciudad, aunque algunos calculan que tal exceso provocaría que los canales fuesen casi túneles. Otros sospechan que los puentes son los adecuados para producir y mantener todo el encanto de este laberinto acuático.
3-8-2016
El visitante que llegue a Venecia no debe dejarse abrumar por el exceso de arte, de belleza y de impresiones hermosas. Todo son apariencias, la realidad es más bella todavía para el que sepa contemplarla. Si le das tiempo la ciudad te ofrecerá todo su esplendor y su pasado con la sonrisa más elocuente.
Si te pierdes por la zona de la Iglesia de San Pantalone, entra y contempla "El martirio y la apoteosis de San Pantalón", de Giovanni Antonio Fumiani, que pintó entre 1680 y 1704 esta maravilla de trampantojos, escorzos sobre cuarenta lienzos cosidos y enlazados de unos 440 metros cuadrados. Dicen que es la pintura sobre lienzo más grande que se ha realizado para un techo, un techo plano.
4-8-2016
Venecia te curará definitivamente y te protegerá contra el escepticismo y el nihilismo. Venecia existe y mientras se mantenga en pie todos los ideales de belleza, perfección y armonía te acompañarán y harán posible tu salvación.
Las góndolas, con su asimetría y su aparente fragilidad, son el símbolo perfecto de la elegancia inútil e ineficaz. Demasiado grandes para maniobrar entre estrechos canales, demasiado delicadas para los rozamientos, demasiado negras para mantenerse en la elegancia, demasiado extravagantes para el transporte de personas y, precisamente por eso, perfectas, inseguras de su propia realidad, sueños de un viajero que quiere aproximarse a la vida a una velocidad humana, deslizándose por la superficie de las aguas y de los canales con esa maravillosa elegancia, soberbia y perfección.
Y cuando te insistan en la simetría recuerda que el Campanile de San marcos es uno solo, no hay dos. En realidad la simetría es una de las primeras maneras de aproximarse a la belleza y a la perfección. Por encima y por debajo hay otros niveles igual o más explicativos.
Es posible que los habitantes de las islas más próximas a Venecia (Murano, Burano, Mazzorbo, Torcello, Lido) tengan costumbres y profesiones excepcionales. En Murano se han especializado en dar los más hermosos colores a los cristales fundidos y hacen con ellos maravillas y lámparas, en Torcello conservan todavía una iglesia bizantina, en Burano pintan las casas de tan hermosos y variados colores que es normal que hagan encajes con su alegría. En la Giudecca mantienen iglesias de Palladio con su estilo perfecto y en el Lido siguen jugando a que no llegue la muerte a Venecia.
También es normal que haya embarcaciones para los bomberos y para las ambulancias, para los helados y los turistas, para los albañiles y para la policía, para recoger la basuras y para recoger cualquier cosa, es posible que haya góndolas solo para transportar las palabras de los poetas enamorados.
5-8-2016
No dejes que la realidad te estropee una buena teoría. Seguro que Venecia tiene mosquitos, malos olores, ruidos de las estaciones de los vaporetos, oleajes inoportunos, mareas altas... pero si interpretas todo eso con encanto te saldrá una ciudad que flota sobre la laguna, el mar y los asuntos humanos, que está por encima del movimiento imprevisto de las aguas, del sonido de lo que fluye, de la conciencia del paso del tiempo y de la convivencia con todas las cosas vivas.
Y no te olvides de anotar que los grandes edificios de Venecia se sostienen sobre millones de troncos (pilotes, por ejemplo Santa María de la Salute dicen que se sostiene sobre 100.000 de estos pilotes) clavados sobre el lecho de la laguna. Hacer de un terreno pantanoso una ciudad perfecta tiene su mérito. Pocos lo han conseguido.
Y los troncos que emergen pintados en espirales de colores para indicar que son los lugares idóneos para que se aproximen las góndolas, siempre tan exageradas y largas que el gondolero se sitúa en un lugar tan elevado que en su vertical no toca el agua. La elegancia en el remo, el arte de deslizarse sobre el agua.
Tampoco es extraño que todas las artes se quieran dar cita simultáneamente en Venecia (en su famosa Bienale). Mientras se celebra la XV edición de la Bienal de Arquitectura se presenta la Bienal de Teatro, de Danza y de Música, además del Festival de Cine. Otros años se dedican a la pintura y a la escultura, de hecho a Calder en 1952 le concedieron el Premio de Escultura de la Bienal y estos días hay un "stabile" rojo asomado al Gran canal desde el Museo de Peggy Guggenheim.
6-8-2016
De todos los delirios imaginables uno de los mejores es el de Venecia. Aunque insistan en que la ciudad se hunde, aunque haya incomodidades, los habitantes de Venecia saben al menos dos cosas; que todo puede hundirse y perderse y, por eso, están preparados para entender la finitud de todos los empeños humanos; la otra cosa es que, puestos a hundirse en algo, mejor hundirse rodeados de belleza y magnificencia que en otras corrupciones, desigualdades e injusticias menos elegantes.
Nadie sabe cuántos puentes hay en Venecia ni si deben hacerse más, pero todos reconocen la bondad de esta solución. Además así se evitan tener coches, atascos y mil otros inconvenientes derivados de la industria de los automóviles.
Nadie debe perderse los tres móviles de Calder que vuelan dentro del Museo de Peggy Guggenheim. Las obras de Calder necesariamente congenian con el espíritu veneciano de ligereza, levedad, alegría, hedonismo visual, disfrute de la vida, optimismo y vitalidad. No son menos venecianas las obras de la aqrquitecta Zaha Hadid, sensual y sensible, sensorial y con las curvas más femeninas de la arquitectura actual, delicadeza en sus diseños, impacto visual.
Si Félix de Azúa en su obra "La Venecia de Casanova" insinúa que los venecianos pensaban con los ojos, Nietzsche (gran amante de Venecia) pensaba que si alguien era artista tenía que gustarle Venecia y que los artistas no debían ser eruditos, sino hacer fiestas para los ojos. Eso es Venecia, una fiesta total y absoluta para los ojos, la felicidad en forma de ciudad, el placer del lujo, el escenario del placer, los palacios del gozo, la acumulación de belleza, arte e ingenio, las atrevidas combinaciones de arcos, puentes, canales, estatuas y pinturas. El delirio de un geómetra que ve en iglesias y palacios rectángulos, triángulos, círculos, semiesferas o cúpulas, armonías, proporciones, simetrías, órdenes y cálculos, aproximaciones y líneas equilibradas.
7-8-2016
El lujo es el esplendor de toda una historia del arte acumulada durante siglos. El esplendor del Teatro de la Fenice resucitando de los incendios, el ave fénix. Paolo Veronese y su enorme cuadro "El banquete en la casa de Levi" (1573) en la Galería de la Academia. Grandeza y maravilla, la envidia de cualquier pintor de todos los tiempos.
Y las maravillosas vistas desde el Campanile de San marcos. Excepto el paso de los enormes cruceros que no necesitan para nada cruzar tan cerca de esta maravilla.
Si antes del siglo XV clavando pilotes de un metro de longitud ya eran capaces de hacer edificaciones de estilo bizantino y gótico; y si a partir del siglo XV, clavando pilotes de roble o de alerce de cuatro metros de longitud y veinte centímetros de diámetro, unos nueve pilotes por metro cuadrado, fueron capaces de sostener estas maravillas, es que estos venecianos nacieron para soñar. Si llegan a tener una roca tan sólida como la de Manhattan, qué construcciones habrían levantado, a qué alturas habrían llegado, qué soluciones habrían adoptado.
8-8-2016
Venecia es un laberinto infinito de canales, de fondamente (paseos, aceras), de iglesias y palacios, de lagunas y campanas, de torres y campaniles, de máscaras y vaporetos, de góndolas y esplendores, de leones alados y visitantes.
Si paseas por el Canareggio verás una auténtica colección de obras arte, de pinturas y esculturas y buen gusto. En el patio de la iglesia de San Giovanni y San Paolo está esa maravilla escultórica que es la estatua ecuestre del Condotiero Bartolomeo Colleoni, de Andrea Verrochio, apoyado el caballo sobre tres patas. Todavía impresiona.
Venecia es infinita. Días, semanas, meses y años más tarde entenderás que las calles de tu ciudad no son canales y que no circulan vaporetos. Poco a poco entenderás la exclusividad de la obra, la suma de cuidados, atenciones y gracias que hay que sumar para hacer una ciudad así.
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