miércoles, 22 de junio de 2011
El sol eufórico
Entusiasmado por el solsticio de verano, el Sol decidió desobedecer los atinados cálculos de los mejores astrónomos y ensanchó su espíritu, estiró sus rayos y, pleno de entusiasmo, irradió su luz como bálsamo del universo. Ya no volvieron a verse días grises ni estrechos y, desde que apareció la nueva estrella solar a compartir su órbita y nacieron nuevas, relucientes y jovencísimas estrellas, se llegó a estos tiempos de luminosidad eufórica en los que estamos ahora.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHasta que la niebla amordazó los rayos inclementes y envejeció las cumbres con deshilachadas y evanescentes barbas luengas, deshechas en microgótulas refrescantes y piadosas para con la piel humana y el pasto de las camperas.La alternancia entre el ardor y el rocío, pensar y sentir, creer y dudar, ir y volver de la pasión al desasimiento, del todo a la nada. ¡Bien está este multifacético y entretenido vivir!
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