Los buscadores de internet tenían unos índices que apenas le interesaban: empleo, coches, motos, casas, mascotas, deportes... pero ninguno incluía lo que estaba buscando: infinito, belleza, pasión, sonrisa, maravilla, serenidad...
Entre todas las clases de serenidad la que más le gustaba era la más maravillosa, de todas las maravillas desplegadas elegía siempre la más duradera, de todas las duraciones temporales la más alegre, de las alegrías escogía la más bella, de las bellezas la más exquisita y expresiva, de las expresiones la más elevada...
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Dónde está el buscador que contenga en su índice serenidad, alegría, maravilla... Dichoso quien lo guarde en su rutina...
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