"Si esto es un hombre"

Primo Levi.

Ubicación: Universidad de Oviedo

Facultad de Medicina, 7ª planta,

Despacho nº 13.

18 de Abril 2013

“Si esto es un hombre”

Escultura cinética apoyada

220 x 190 x 120 cms. aproximadamente

El título es un homenaje a nuestro querido Primo Levi y a la parte más noble de la especie humana que merece vivir y sobrevivir.

Y si fuera alegre se cumpliría lo que dijo Spinoza: “La alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor”.

También podría haberse titulado “Si esto es una escultura”, “si esto es un móvil” o “¿qué demonios es esto?”

-En el nivel inferior están los seres aparentemente humanos. Desde este nivel las fórmulas bioquímicas parecen estrellas. También hay células vegetales. No falta un cloroplasto, ni siquiera dos ramas de mimosa. También aparecen y un colibrí naranja al que creo que le falta ligereza.

-En el segundo nivel aparecen los órganos del cuerpo: riñón, hígado, corazón, útero, pulmón y ojos: tres, “el tercer ojo” más místico y budista, para ver lo esencial.

-En el tercer nivel las formas celulares, adipocitos, una célula muscular, hepatocritos, muchos glóbulos rojos para caminar y tres neuronas (no es fácil que usemos muchas más visto como está el mundo exterior) que además se enreden en todo.

-En el cuarto nivel están las estructuras internas de la célula, mitocondrias (amarillas) y ribosomas (piedra). Seguramente aparecen otras estructuras esféricas y redondeadas cuya única virtud es que no tienen aristas.

-Y en el quinto nivel aparecen los potentes confusores con su belleza bioquímica, la dopamina y la oxitocina; otras fórmulas bioquímicas y nuestro querido ADN, de composición tan escultórica, armoniosa y elegante.

 Cada uno de los estratos tiene a un lado unas piezas más grandes azules y naranjas, pretenden ser partes de la anatomía de un pobre humanoide, ya sin pretensiones, sobre todo sin pretensión de que sean partes de su anatomía, sin pretensiones de representar casi nada.

De abajo hacia arriba tendríamos: en la parte inferior un pie azul en forma de puente y la parte inferior de la pierna en rojo, el cúbito o el radio; en el 2º nivel estaría el fémur o el muslo en rojo y la estructura de la cadera en azul; en el tercer nivel la columna vertebral en azul y en rojo; en el 4º más estructuras de la columna vertebral que sostiene esa cabeza demasiado aligerada; en el 5º estaría la cabeza, bastante hueca, con un signo de admiración (¿se admira, se interroga, se asombra, se pregunta…?) y unos ojos extraviados que observan el mundo sin que nadie sepa muy bien para qué, o tal vez sí.

Y todo apoyado y sustentado en un atril musical, tal vez insinuando que un ser humano puede ser una especie de partitura que debe ser interpretada.

Raquitismo político

Lo peor del gobernante raquítico, como el de cualquier tipo de reduccionismo mental, es que llega a creer que sus pobres, torpes, grises, mortecinas y cortas ideas son las únicas posibles. Por eso intenta reducir el mundo a su mínimo nivel.
Aunque se miente a sí mismo, es posible que a veces se dé cuenta de que su desvergüenza está llegando al máximo, igual que su beneficio personal.

En todos los casos

En cualquier caos.

Historia

Al fin se publicó el volumen tan esperado de aquella nueva colección de Historia. 
El título era significativo: "Historia de las ideas perdidas" y, en efecto, era coherente, estaba en blanco.

Ajustes y recortes

Aquel día amaneció, pero sólo sobre un barrio determinado de la ciudad, los ajustes habían llegado también a la luz y el cielo se había reducido a unos pocos metros cuadrados.

A veces la verdad

Nunca decía lo que pensaba, tal vez porque eso que algunos denominarían su "actividad mental" no era pensar, ni siquiera sentir, sólo un sucederse de ideas, recuerdos, deseos, sensaciones, imágenes...

Nunca decía la verdad ni lo contrario, para mentir se necesita algún tipo de acceso a la verdad y ese no era su caso.

Nunca decía, para decir hay que creer que el lenguaje sirve para comunicarnos.

Nunca estaba en silencio, por su mente pasaban alegrías, pululaban libélulas, volaban sonrisas y ocurrencias, flotaban formas redondeadas...

Consistencia

Abelardo le dice a Eloisa, y Tristán a Isolda, Orfeo a Eurídice, Romeo a Julieta y Don Quijote a su soñada Dulcinea:

"Creaste en mí tales recuerdos, imprimiste en mí tales sensaciones, que ahora los dioses me persiguen y exigen de mí aunque sea unas palabras.
 Ellos, me dicen, siendo dioses, que nunca vivieron tales gestas y, envidiosos o no, quieren saber lo que se siente al ser elegido desde la máxima altura.
 Y si les cuento que esperaba el ser y me llegó el tiempo, que deseaba disolverme en la esencia y la substancia y me quedé en simples accidentes y en meras circunstancias, y si les digo que ahora nada sé, que casi todo se ha perdido, no me creen.  
 Para ellos, y para mí también, es imposible que el ser se disuelva en el devenir temporal, que quien era esencial ahora sea poco más que un esqueleto, o que quien vivió la substancia de la vida y del mundo ahora sólo sea un yo envuelto en pobres circunstancias.
 Se lo digo y no me creen, y si fuera un dios actuaría como ellos, iría de hombre en hombre y de mujer en mujer espiando, acechando, descubriendo sus más íntimas felicidades, aunque fueran pasajeras; la eternidad no garantiza nada, es el alma sonriente, lúcida y hermosa la que da consistencia al infinito".

Alegre

Y si fuera verdaderamente alegre se cumpliría lo que dijo Spinoza: 

“La alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor”.