Decía Rousseau:
"No es malo mejorar, lo malo es creerse mejores".
Los nacionalismos tiene mucho de soberbia, de desmesura, de creerse distintos y mejores.
¡Y qué poco me importan ya los que se sienten menos que seres humanos, cosmopolitas o europeos!, ¡qué pereza da saber que todavía hay españoles, italianos, alemanes y franceses... asturianos, gallegos, catalanes y extremeños... avilesinos, ovetenses, gijoneses...!
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