Aunque a veces puede parecernos que el silencio oculta lo mismo que esconden las palabras, en algunas ocasiones el problema no es de proporción y armonía, ni se pueden resolver las dudas diciendo que ya se ha conseguido casi el 50% de las posibilidades de la vida.
La cuestión parece consistir en que una vez que alguien se ha acercado a la perfección ya está "logrado" para siempre, ya ha sido redimido de cualquier insuficiencia y sufrimiento y -aunque estas jornadas que atravesamos nos muestren de vez en cuando su peor neglilencia- sabemos que más abajo el fundamento de la existencia es el don resplandeciente, la vida como experiencia interminable que sana, limpia e ilumina el corazón y estamos seguros de que todo eso no puede ser negado por ninguna realidad, por cruel que sea.
Tal vez no podamos perdonar todavía al espacio que crea distancias ni al tiempo que se empeña en generar días sin sentido, pero está claro que no hay manera de envejecer cuando el alma está tan bien habitada.
Desde lo más profundo de cada ser, allí donde habita la sonrisa más perfecta y alegre, sólo podemos desear a todos la más hermosa de las felicidades para que sigan completando ese espléndido recorrido por una vida convertida desde hace tiempo en una obra de arte sublime.
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