5º día.
3-8-2010 Segundo intento, segundo fracaso... Nepalgung-Jupal
A las 4,20 de la mañana llueve a mares, una tormenta monzónica en toda regla, mayúscula y exagerada como pocas. Rayos y truenos, lluvia incesante. mal tiempo para volar, nos tememeos lo peor para nuestro desplazamiento en avióna Jupal. Si tenemos que seguir aquí otro día va a ser desesperante. No hemos tenido en cuenta al dios Monzón.
Después de estar cinco horas en el aeropuerto han vuelto a cancelar el vuelo. Otro día perdido en esta población casim inundada por las lluvias y la falta de alcantarillado y desarrollo.
Nuestro guía se llama Gomé Gurung, de la etnia gurung, al oeste de Katmandú, cerca del Manaslu.
En el aeropuerto coincidimos y hablamos con una enfermera que va a Jupal a seguir con un proyecto de una ONG que ha colaborado en la fundación de un hospital. Es de San Francisco, la aacompaña su marido, que es alemán, y dos chicas que son estudiantes de ginecología y obstetricia (una es MIR); una es de Haway y otra alemana, las dos son habladoras, simpáticas y entusiastas. No salen de su hotel, suponemos que todo esto les debe parecer un país que sólo necesita su ayuda, no su mirada. Pero el mundo también se puede ver así: todo Nepalgunj -y hasta nepal- puede parecer un lugar y un país subdesarrollado, necesitado de ayuda.
No salimos del hotel en toda la tarde, la lluvia monzónica no nos lo permite.
Tanto en Katmandú como en Nepalgunj hemos visto musulmanes por la calle, pocos, y me han parecido fanáticos; parecían desaprobarnos con su mirada de odio, de no aceptación de las libertades contemporáneas.
Nuestra pequeña vida no nos impide apreciar la magnificencia de la belleza de las grandes montañas ni nos esconde ni nos oculta la luz, tanta luz... afortunadamente.
No estoy convencido de que el secreto sea "!Ahora!", ni siquiera "¡Ahora o nunca!", tampoco soy partidario del ayer y del mañana. Me tienta más la posibilidad de "!Siempre!", claro que ese "siempre" tal vez nosotros sólo lo podamos vivir en cada ahora.
"El hecho de que muchas personas que siguen su camino terminen en ruinas no significa nada... Tienen que obedecer su ley personal, como si hubiera un espíritu que, en susurros, les hablara de nuevos y maravillososo caminos... No son pocos los que se despiertan al ser." Jung
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