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miércoles, 2 de marzo de 2011

La posibilidad de un arte hedonista utópico

1- No sé a "estética cierta" ni a ciencia cierta qué grados de fealdad son tolerables ni si la habilidad del artista logra que lo feo y desagradable nos produzca placer. Dudo que se logre algo más que una buena composición, una escena adecuada. Si existe placer estético de "altura" debería estar en consonancia con la obra y el objeto artístico de la misma altura. Las teorías, teodiceas y mitos que justifican la existencia del mal en el mundo me producen una gran insatisfacción intelectual, estética y moral.

2- Tener 500 sentidos para sentir 100 veces más, para ser más sensibles a lo bueno, a lo bello, a lo verdadero y también a lo placentero. Ser más vulnerables puede ser el precio que hay que pagar por ser mucho más felices. ¿Sería mejor encerrarse en uno mismo para evitar frustraciones, desengaños y desilusiones? Tenemos que vivir y sentirnos vivos, renunciar a lo mejor por evitar complicaciones parece demasiado prudente.

3- "La belleza es una promesa de felicidad", de placer estético y sensual; no creo que sea una trampa para los sentidos, un engaño. Que existan plantas venenosas que atraen por sus colores no me parece mal, al menos atraen, peor sería no atraer nada. Ese arte hedonista de belleza sublime tan difícil de alcanzar no esconde trampas ni maldades, sólo indica duras condiciones, riesgos, decisiones valientes... pero lo que se consigue al final de la ascensión es tan sobresaliente que no hay palabras para describirlo, pero te lo puedes imaginar.

4-El mundo del padre de Buda es mucho mejor que el de los 4,7 millones de parados, que el de los 1.000 millones de subalimentados que hay en el mundo, que los millones de refugiados que protege el ACNUR y la ONU, mejor que los que mueren bajo las dictaduras (Libia...). No se trata de eliminar, se trata de mejorar, de superar esos bajos niveles. Respecto a que ciertas partes de la vida nos hagan crecer y madurar, bien, pero todavía nos harían crecer mucho más los dioses y las diosas, los seres perfectos y felices, los sabios, los artistas, los poetas, los enamorados...

En fin, todo es complicado.

3 comentarios:

  1. Mientras queden faustinos, pilus, marisas y otros muchos diosecillos anónimos, locos y bondadosos, inmersos entre los casi 7 mil millones de proyectos biológicos latientes en el momento actual, el hedonismo utópico no sólo es posible sino evidente. ¡Empujemos al conjunto con coraje de parturienta!¡Contagiemos al mundo hasta que la pandemia de bondad y belleza haga saltar todas las alarmas del cosmos!

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  2. ¿Y qué pasa cuando el conjunto milemillonario empuja, se avalancha, pisa y aplasta a alguno de esos 3 diosecillos anónimos, locos y bondadosos? Afortunadamente subsistirá algún resto de la belleza que hayan aprehendido y construido, que les energetice y reconduzca hacia la buena vida…

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  3. Para Sarima: Mientras nos quede un solo latido estamos vivos, después -si ponemos bastante empeño- también. A través del mundo de las comunicaciones electrónicos deberíamos extender todos los proyectos de bondad. de verdad y de belleza que sean posibles. Y espero que el cosmos se sienta encantado y que no se disparen las alarmas; si lo hacen es fácil que los dioses se acerquen a contemplar tanta grandeza.

    Para Pilu: sin pisar, sin empujar, sin aplastar y sin ser pisados, empujados y aplastados. Tenemos que hacer lo que hemos proyectado, digan lo que digan los críticos. Si lo hacemos bien, todos encantados y, si no sale perfecto, tampoco pasa nada, es lo que hemos intentado.

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