4701-4800
El
archipiélago es como un rompecabezas, un puzzle que podría encajar todas sus
piezas y formar un todo esférico, circular, armonioso, alegre y ordenado, de un
color amarillo dorado, oro amarillo, que irradiaría una vitalidad tan perfecta
que solo podría ser vida, gracia e ilusión.
Por
desgracia la realidad geológica y física produce tales tormentas que impiden
que se aprecie tal grado de perfección.
En la isla de los
Deseos Cumplidos se analiza todos los días hasta qué punto está confundida la
Humanidad persiguiendo apariencias e ilusiones de baja categoría, y por qué no
sabe o renuncia o le impiden perseguir la Belleza.
La llegada de Fabiano y
de Ángel no mejoró las cosas, los habitantes de DesCum no eran capaces de
ponerse de acuerdo en casi nada. De nada sirvieron los amenos y acertados
discursos de Fabiano ni los ejemplos apropiados de Ángel, seguían sin querer
ver lo fundamental.
Después de años de
disputas infructuosas Ángel y Fabiano entendieron que tal vez lo que les pasaba
es que algún deseo incumplido o insatisfecho les impedía salir de su altísimo
nivel de narcisismo mediocre, todos se creían interesantes, inteligentes y
capaces de entenderlo todo, incapaces de reconocerse limitados, de dudar.
4801-4900
Las
islas se dicen de muchas maneras, se presentan de muchos modos y todas parecen
accidentes geográficos, experimentos geológicos o pruebas de un mismo ejercicio
de perfección que busca la Isla por excelencia.
Ese
ejercicio es el que nos permite pensar o imaginar cualquier isla como una
búsqueda de las mil y una gracias derramadas.
Conocido
y sabido este número y estos datos cabe sospechar que cualquier variación en la
disposición de las playas, composición de la flora, altura de las montañas,
población humana y animal, número de
piedras, calidad de los manantiales, esplendor de las primaveras, relación de
árboles frutales, acciones previstas, pasiones desatadas, lugar geográfico que
ocupa en el espacio global, tiempo disponible desde su origen y cualquier otro
detalle, no sería más que la muestra agradecida y sonriente de lo que se puede
mostrar sin sobrepasar la capacidad de recepción estética de los seres humanos.
El
éxtasis de las islas es esta representación, esta muestra corregida por la
evolución estética y aumentada por la creación artística.
En la Isla Absoluta
sabían que el arte que se denominaba “abstracto” no te dice cómo seguir ni te
ayuda a saber si ya está acabado.
Saben que un cuadro que
parece abstracto, no figurativo ni realista, a veces no es más que una copia de
un fragmento de una vista de un recóndito lugar de un pequeño glaciar de
Groenlandia.
El pintor, el filósofo,
el escultor, el santo, el arquitecto, el
escritor, el que intenta hacer algo que
no sabe adónde va, debe ir por donde no sabe para llegar a donde no sabe,
como muy bien decía San Juan de la Cruz, que sabía caminar hacia donde nadie
sabe.
4901-5000
Lo
que nos pasa es que hemos perdido el hilo y no sabemos dónde están las islas
encantadas. Lo que nos sucede es que no podemos entender cómo y por qué cada
día la isla aparece en lugares diferentes y la que estaba en el Norte cerca del
continente europeo aparece ahora en medio del Océano Atlántico, en el Mar del
Caribe o cerca de cualquier punto cardinal desconocido y hasta inventado.
Lo
que nos ocurre es que sabemos que hemos nacido para la sonrisa y la alegría, y
vamos viendo que la vida nos trae grises y palabras vacías sin encanto. Lo que
valoramos es precisamente lo que éramos en la isla Paraíso y apenas podemos
seguir siendo.
Las
islas son tan caprichosas como el azar, sin necesidad alguna cambian y se
alejan o se aproximan o se transforman en arcoíris o se prolongan en la cola de
cada cometa. Las islas son así, como si lo hicieran sin querer, como si pasasen
por allí, como si su ser tan afortunadas no las convirtiese en un peligroso
foco de atracción.
La
Belleza es lo que tiene, a veces es isla, otras es nube o duna o jardín o viento
o flor invulnerable de un día.
Lo
que sí está claro es que todas las islas son islas a la vez.
En el Mar de las
Complacencias la navegación es un placer, todo es, aparece y se muestra como si
estuviera hecho a gusto del espectador, del observador, del consumidor o del vividor.
5001-5100
No
se sabe cuántas islas hay que situar en los océanos para que el archipiélago
pueda volver a tener sentido, ni siquiera si faltan o sobran islas.
Sin
embargo sí se sabe que la isla más lejana está a unos 735 metros de distancia
en la escala de Richter.
Las
islas son un espejismo, una alucinación colectiva de viajeros, geógrafos y
turistas. Cuando millones de habitantes creen vivir en una isla a veces la
llaman habitable o habitada, lo que no quiere decir que sea paradisíaca o
afortunada, ni siquiera humana.
Los habitantes de la
isla de Vivaldi no están enfermos de actualidad como los de Cronia que solo
vivían el presente, desinteresándose del pasado ambiental y del futuro
imprevisible.
Los vivaldianos, en
otras ocasiones llamados monteverdianos, bachianos o haendelianos, son
intemporales, eternos y hasta necesarios. Todo lo que sucede o pueda suceder no
es más que una prolongada lista de anotaciones a pie de página de las obras de
la isla Bachaldi.
No se sabe cuántas
islas son imprescindibles y necesarias.
5101-5200
Las
islas son imprevisibles, a veces se acercan y es como un milagro. Un milagro es
que coincidan en sus perfiles y contornos, y encajen en cada uno de sus
salientes y entrantes. Un milagro es que las bañen las mismas olas, las visiten
las mismas mareas y las acaricien las mismas corrientes. Un milagro es que la
tectónica de esferas las haya aproximado y unido durante milenios. Un milagro
es que, cuando se alejan miles de kilómetros durante millones de años, sigan
recordándose. Un milagro haberse encontrado y un milagro guardarse eterno
reconocimiento.
La isla Limitada es
aquella en la que, si existe Dios y no es exactamente como lo has imaginado,
entonces no es creíble, no interesa, no es justo ni alegre ni bello ni bueno,
no es verdadero ni necesario.
Si existiese un Dios
que no fuese como lo has pensado. sería una falsificación absoluta, una creencia
vana, pura superstición, vacío total, nada disuelta en el olvido.
Solo quien cuida es
divino.
Solo si existes Dios es
posible, así se entiende que el universo haya necesitado tantos miles de
millones de años intentando formar tal maravilla, sin conseguirlo hasta ahora.
5201-5300
Todas
las islas son islas a la vez, compatibles, composibles. Una de cada diez islas
está encantada, una de cada cien islas encantadas es de una belleza tan increíble
que parece inexistente, una de cada mil islas inexistentes es irreal, una de
cada cien mil islas irreales es un puro sueño, una de cada millón de islas
soñadas es imaginaria, en una de cada cien mil millones de islas imaginarias es
donde quiero vivir.
La isla de Espinosa es
la más rigurosa en la vitalidad, por eso decía que “cuanto mayor es la alegría
que nos afecta, tanto mayor es la perfección a la que pasamos”.
Aquí todos los sueños
funcionan a la vez, todos son necesarios, todos completan el delirio extremo de
un universo que es Dios y de un Dios que
es cada partícula.
Por eso todos los
espejos forman parte del gran laberinto que precede a la Biblioteca que
formamos entre todos.
El mundo de la materia
visible se esconde en la niebla de la materia oscura que, a su vez, se pierde
en la sombra de la energía oscura que es capaz de esconderse detrás de la nada
imperceptible oscura que es parte del laberinto.
5300-5400
¿Cuál
es el objetivo de una isla?, ¿por qué una isla puede llegar a deprimirse, sumergirse y desaparecer?
Hay
una isla llena de gratitud que no odia a nadie, siempre está activa pero, en
alguno de sus géiseres emana toda su alegre melancolía.
Todo
está bien al salir de la naturaleza, pero es insuficiente. La cantante no es
calva, pero ya se ha alejado, ahora actúa en otra obra. Godot ha venido varias
veces y nadie lo ha reconocido.
La isla de Miguel Ángel
ha mejorado la realidad y la ha conducido hasta la perfección en la escultura,
en la pintura y la arquitectura.
Otras islas no quieren
aumentar el mundo real, prefieren disminuirlo, consideran que lo que hay que
aumentar es la mejor ficción.
La realidad a veces es
la mejor ficción, sobre todo si consideramos que mundos, universos, cosmos,
galaxias, estrellas, planetas, satélites, asteroides, cometas… son esculturas
móviles calderianas.
Lo decía Nietzsche: “La
verdad es un ejército móvil de metáforas”.
5401-5500
En
la isla Lentitud la ola de movimiento retenido avanza un metro cada día y llega
a cien metros de altura, el agua está como retenida en una imagen que al pasar
por encima no ahoga ni destruye ni inunda, solo llena de fulgor translúcido la playa
de los seres alados.
En
la isla Lluvia todos son melancólicos.
Estamos en la isla de
la Máxima Altura, la isla Vertical, la isla que asciende, la isla del Cielo, el
Monte Carmelo.
El Dios-Diosa cuántico
existe y no existe a la vez, los creyentes son ateos a la vez y en el mismo
instante y sentido, los agnósticos afirman y dudan simultáneamente, los ateos
confirman la existencia de los dioses inventados, los creyentes son escépticos
con los fanáticos del ser y del no ser. Los dioses no saben a qué atenerse.
5501-5600
La
isla Amarilla recibe ese nombre de las mariposas amarillas que la visitan,
millones de mariposas que logran así darle ese color a la tierra, a las rocas y
a todas las plantas. Todo es tan extraordinario que parece increíble y hasta
inimaginable. Alguna mariposa es blanca y también es bien recibida.
Ni Fabiano ni Ángel
olvidarán nunca la isla Vertical, isla de las Concordancias, isla de hielo,
isla que flotaba en medio del océano.
Mientras ascendían iban
sintiendo la delicadeza del esfuerzo, del agotamiento, de la fuerza de voluntad
empleada en cada paso.
Mientras llegaban a la
nieve no podían dejar de admirar la perfección de que existiese tal modalidad
de la materia, estaban fascinados, estaba nevando en la Luna, en Marte y en los
anillos de Saturno, en toda la galaxia Vía Nevada, en todo el universo blanco.
Podían descubrirlo,
pero todavía no lo sospechaban, los componentes más elementales de la materia
no eran los átomos ni los electrones ni los protones, no eran los quarks ni los
bosones, no eran los leptones ni los
gluones, eran todos y cada uno de los copos de nieve depositados con
delicadeza, con furia o con esmero en la tierra que merecía el gran premio y la
mejor recompensa.
5600-5700
La
isla de las Oropéndolas está abierta a todos los horizontes, se deja visitar
por águilas, cóndores, pelícanos, abubillas y albatros. Todas conviven y saben compartir colores y distancias.
En
esta isla siempre suena la música de Juan Sebastián Bach.
La isla de Dante es la
isla de la Divina Comedia, del divino don de la Alegría, de la prodigiosa
existencia de la Belleza sonriente.
Por eso vuelan los
poetas y escriben las aves en el aire y la luz juega con todos nosotros.
Por eso la vida es
bella, tan bella que nos excede y obliga a la mayoría a acostumbrarse para no
perecer de inanición contemplándola.
Ángel y Fabiano,
acostumbrados como están a ver maravillas, advierten el privilegio y el honor
de encontrarse en la isla divina, en la comedia alada, en el vuelo inaugural.
5701-5800
La
isla Verdad es la más alejada, la que tiene el acceso más difícil, siempre
parece fundirse en niebla o desvanecerse, o cambiar o complicarse. Cuando crees
conocer sus accidentes, cuando estás seguro de haber completado la carta
geográfica y de navegación que te permitiría orientarte, la isla te sorprende
con un hallazgo nuevo, con una erupción de nuevas playas, con una marea de
nuevos arrecifes y acantilados. Es una isla esquiva a la que ningún navegante
sincero se ha atrevido a decir que ha llegado, lo que siempre permite mantener
la ilusión de seguir navegando.
Ni Fabiano ni Ángel
podían creer lo que estaban viendo, una isla que era una columna vertical de
hielo que se perdía en las alturas, a la que no se adivinaba el final. Hielo
azul, hielo verde, blanco y transparente.
No había costa ni
playas, solo ese inmenso acantilado de cristal helado sobre el que volaban en
círculos gaviotas, pelícanos y cormoranes que no podían anidar en sus paredes
verticales porque no había grietas ni resquicios en los que apoyarse. Las aves
procedían de las islas más cercanas.
Esta isla también se
llamaba Isla de la Armonía porque, al parecer, el viento, al rodearla, emitía
una vibración que fascinaba a las aves, a los marineros y hasta a las mismas
sirenas. Muchas aves, encantadas por la dulzura del sonido, se olvidaban de
regresar a sus nidos, de comer y hasta de descansar, y desfallecían en pleno
vuelo; pasando sin transición así del éxtasis divino a la muerte más dulce, tan
suave que pasaba inadvertida.
Muchos barcos y
tripulaciones sufrieron la misma suerte ya que se sabe que agotaron su
combustible, sus víveres y su existencia girando una y otra vez alrededor de la
isla sin encontrar manera de acceder ni de alejarse. La isla Inaccesible era
Invulnerable, ni siquiera el calor fundía el hielo, al contrario, era el fuego
el que se helaba y quedaba congelado como si lo parasen.
Dicen algunos geógrafos
que la Montaña de Cristal, situada en el Alto Dolpo, Nepal, es una ruta de
aproximación a esta isla. Por eso los monjes budistas una vez al año hacen un
recorrido ceremonial circular alrededor de la montaña que no parece de cristal.
5801-5900
En
la isla Clásica llueve los miércoles por la tarde, la longitud está sometida a
medida y regularidad y pocos se atreven a hacer experimentos.
En la isla del Color
sucedía algo extraordinario, todo estaba elevado dos metros por encima de su
posición habitual en cualquier otra isla dominada, gobernada y controlada por la Ley de la Gravedad.
No era fácil entender
por qué aquel rojo era tan intenso ni por qué esos amarillos, azules, verdes o
naranjas eran tan completos.
Ángel sospechaba que en
aquella selva alucinante de colores y formas tenía que haber un misterio
descifrable que les permitiese entender el brillo, la intensidad, la
luminosidad y hasta la inocencia de las cosas.
Fabiano, sin embargo,
no estaba tan seguro, un poco más escéptico imaginaba que la isla y sus árboles
eran así y que no había manera de entender el esplendor de la coloración de
tucanes, colibríes, guacamayos y abubillas. Simplemente el mundo era así,
maravilloso, encantador, espléndido y divino, y no era muy razonable buscar
otra explicación ya que cualquier razón exigiría otra anterior o posterior y
esa, a su vez, una previa y así hasta la vejez y el agotamiento.
Consideradas así las
cosas, los dos llegaron al acuerdo de escribir en su informe que, dada la
calidad y cantidad de colores presentes en la isla, habría que considerarla una
parte fundamental del Paraíso o el Paraíso mismo de la Ingravidez incipiente.
Los dos se guardaron
muy mucho de escribir ciertas suspicacias que les había producido tanto
exhibicionismo, galantería y derroche de colores. En cualquier caso preferían
ese exceso y sobreabundancia de colores que un
mundo en gris y en negro.
5901-6000
En
la isla que habla se dicen cosas maravillosas, te hablan al oído y solo se
hacen planes fascinantes para caminar juntos y creer en lo que puede salir
bien. En esta isla el silencio complementa a las palabras y las miradas son
inacabables.
El Mar del Gozo es el
preferido por casi todos los navegantes, lo que no quiere decir que los más
intrépidos no se atrevan a dirigirse hacia el Norte o hacia el gran Sur para
verse rodeados por icebergs resplandecientes. En realidad el Mar del Gozo es
cualquier mar favorable en el que te encuentres, cualquier circunstancia
amable, cualquier mundo acogedor, toda santidad que acoge, cuida y abraza.
Debería ser obligatorio
navegar por estas aguas al menos una vez en la vida; debería ser necesario
vivir así, rodeado por la sonrisa más libre y más amable, debería ser una
exigencia racional componer el mundo de tal modo que llegar a él fuese una
fiesta, una bienvenida solar, una invitación a la Alegría. Desde este punto de
vista todas las vidas son la vida de Ángel y de Fabiano y los millones de vidas
de todos los habitantes del planeta son las realizaciones de una vida tan
elocuente como disparatada.
Según los calendarios
oficiales el barco que los trasladaba solo pasó un día en este mar, aunque
todos sabían que ese día había durado años y que seguiría acompañándolos toda
su vida. Tal era la intensidad del gozo recibido que el agradecimiento solo
podía ser eterno. Quien ha merecido ese encuentro no puedo esperar más porque
no hay más ni mejor ni de mayor duración, porque ese es el Mar que hay que
navegar. Platón decía que es “el preludio del aire que hay que respirar”.
6001-6100
La
isla Realidad dicen que está poblada por casi siete mil millones de habitantes,
de los cuales poco más que la mitad son humanos.
Es
la isla más difícil de soportar, quien llega a Realidad normalmente sale
frustrado, agotado o decepcionado. Pocas veces se cumplen los sueños en esa
isla, para eso es mejor ir a las Islas Superiores.
La isla de Henry
Purcell no se había visitado desde el 21 de noviembre de 1695. Muchos habían
oído y escuchado sus músicas y cantos, pero ninguno se había detenido
verdaderamente a sentir la maravillosa levedad del ser y del existir de un
músico que, viviendo tan solo 36 años, compuso músicas celestiales y amistosas
que ahora dirigían el movimiento de las olas, indicaban la marcha de las mareas
y la dirección de las corrientes.
Ningún barco se atrevía
a desobedecer las leyes de la hidrodinámica purcelliana ni las de la alegría
cuántica.
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