1- EN EL AIRE, etéreo, ingrávido, sutil, gaseoso, elevándose, liviano, incorpóreo, cinético, volátil, irreal, abstracto, vaporoso, colibrí, intangible, ligero, alegre, gozoso, anemófilo, feliz, casi inmaterial, grácil, atmosférico, aéreo, pero no airado, ni desairado...
La ESCULTURA CINÉTICA (en MOVIMIENTO) y el PLACER
Nos gusta, nos apetece y nos agrada, queremos que las esculturas también jueguen y se muevan, por eso los móviles parecen capaces de ser instrumentos para medir lo posible y lo imposible, no pretendemos ser poetas ni filósofos ni intelectuales ni sabios, sólo mostrar un mensaje de alegre armonía, un nuevo y feliz orden musical en el espacio.
¿Cómo se llega a hacer una escultura así? Eugenio Trías en El canto de las sirenas decía que “El seductor ha sido previamente seducido por su propia pasión, por la Pasión”; sin pasión, sin entusiasmo no podemos hacer nada, sólo lo razonable.
Existe en esta escultura un poder de afirmación fascinante, una especie de filosofía de la aurora y del mediodía (Nietzsche), en estas obras están presentes la mejor vida, la alegría, la danza, el placer, la invitación a la ligereza, a una sabiduría alegre, aérea y expansiva que bendice la vida...
Los móviles también son metáforas de todo lo que escapa a la voluntad humana: los vientos, las mareas, los innumerables movimientos estelares, y también son risas de simpatía por el Universo (Alain Jouffroy).
Y sabemos que todo podría ser más cinético, aéreo, ligero, ingrávido...
Érase una vez ... Así debería empezar este comentario. Érase una vez “el paraíso perdido”, donde están los colores de la vida, donde reside el secreto, el color y el calor, la mansedumbre y la naturaleza perfecta, la belleza humana y una disposición a la felicidad y a la sensualidad que produciría escándalo a tantos occidentales (Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina).
Las intenciones: agilidad, levedad, ligereza, lo ingrávido, el vuelo de un colibrí.
“¿Qué es la belleza?... La belleza es una sonrisa de la naturaleza, una sobreabundancia de fuerza y de sentimiento de placer de la existencia ... La meta de la belleza es la seducción a existir” (Nietzsche).
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