No todo tiene que transcurrir en el tiempo. Por ejemplo, aquella tarde sigue siendo infinita, el amor es más extenso que el espacio-universo y algunas montañas siguen ascendiendo con nosotros toda la vida.
No, no todo tiene que suceder a través del espacio y del tiempo, otros ámbitos se han abierto y la luz, la ilusión y la esperanza nos han mostrado caminos hasta ahora inéditos.
No, no todo puede medirse en laboratorios de precisión infinita; es suficiente un minuto de silencio y el mundo entero colapsa en una lágrima y el mar se extiende y no agoniza.
No, no todo está lleno de entropía ni es irreversible, hay sonrisas que crean dioses y reinos más grandes que planetas a la deriva.
No, no todo es inmenso e infinito, unas manos acarician otras manos, las palabras son música y el aire sinfonía.
No, afortunadamente no todo ocurre en la mente divina de los colibríes, hay cosas que se les escapan a los más sabios, cosas como una nube de oro disolviéndose en la Luna.
No, no todo es ahora y hace tiempo, también mañana será hoy y, como ayer, viviremos.
No, no todo es aquí o nosotros, por suerte en el cosmos hay bosques, montañas y una gran variedad de azules.
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