Como buen hedonista rechazó ser Dios cuando le ofrecieron el puesto, no podía justificar ni creer que tantos dolores, sufrimientos, guerras, injusticias, explotaciones y calamidades fuesen buenas.
Se pusieran cono se pusieran los teólogos y los expertos en teodicea, un Dios como Dios manda no debería justificar el mal en el mundo ni mantenerse sin protestar, en silencio.
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