Los náufragos no están siempre deprimidos, a veces es cierto que piden ayuda y hasta una intervención definitiva de las diosas y los dioses; otras veces buscan por las playas restos de madera erosionados por las tormentas y las olas, incluso algunas rocas los saludan, las aves vuelan a su alrededor y eso parece que es todo lo que pueden hacer para seguir participando en la construcción del Cielo.
También hay días que se les hacen largos y de alguna manera interminables, pero amanece y prosigue su dura tarea de reconstruirse por dentro, de darse por completo, aunque sólo reciban viento, desolación y frío.
Saben que casi todo carece de sentido, por eso algunos prefieren más estar absurdamente alegres que absurdamente tirados en la prolongada tristeza.
Les den lo que les den harán algo con su vida, modificarán una piedra, cambiarán de lugar una nube, removerán la arena con algún acierto, lo que sea con tal de poder seguir subiendo a los árboles del Cielo para abrazar a los colibríes.
Y es casi seguro que llorarán cada vez que vean morir a un pobre pajarillo.
De esa condición ya no hay traslado.
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Hola Faustino, soy Daniel el hermano de Raquel Díaz que va a 2ºK. Quería recomendarte el documental Maybe Logic, que trata sobre la vida e ideas del, entre otras cosas, filósofo Robert Anton Wilson: http://youtu.be/fg98SFfBUHY Sus libros son mejores jeje
ResponderEliminarSaludos. Te dejo mi email por si te apetece hablar o lo que sea: daniazco@gmail.com