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viernes, 28 de octubre de 2011

La superficie de las nubes- y 30

28. Y... LA VIDA SIEMPRE SE LO PASA BIEN.

“La vida es un manantial de placer” (Así habló Zaratustra)

Sebastián siguió caminando hasta encontrarse con un enorme iceberg, el denominado 10A, que se desprendió de la plataforma de hielo de Ross y avanzó hacia el norte, después salió del mar de Ross y siguió a la deriva hacia el este en la corriente circumpolar, el que estaba cerca de la isla Georgia del Sur; era verde y azul turquesa y “flotaba” entre las dunas enfrente de la pasarela, para continuar debería ascender y atravesarlo. Parecía que no se terminaba nunca, tendría unos cien kilómetros de longitud y unos 48 kilómetros de ancho, y una altura de unos cien metros sobre el nivel del mar de las dunas. Sebastián no tenía frío mientras caminaba por encima y a través del iceberg del sur, el sur existe realmente y debe ser recorrido, reconocido y recuperado.
Se sentía satisfecho, siempre le habían fascinado los icebergs y las zonas del mundo donde los hielos flotantes son y están tan presentes que se imponen a los humanos, por fin un lugar donde la prepotencia de algunos representantes de su especie no podía manifestarse demasiado. Al fin y al cabo no era más que otro desierto, otras dunas fascinantes, otras temperaturas y otras formas solidificadas con colores azules y verdes emocionantes.
Después de unos días descendió del iceberg y llegó a la costa de las dunas en un país muy cálido. Ascendió a la duna más alta y más inmensa y, desde allí, contempló lo que parecía un inmenso continente de hielo, el que había atravesado. Se sentía feliz, alegre, tranquilo, casi realizado.

Viviría en las nubes, entre las dunas, se dejaría inundar por su afectuosa arena, ya no habría más tormentas en el desierto, ya no habría desierto, ahora estaba dulcemente habitado. Nubes de hedonismo recorrían el cielo, olas y ondas de felicidad dibujaban la superficie marina, las dunas de la alegría se encontraban con él definitivamente. Vivirían eternamente juntos.

(...
—¿Y así acaba la historia?
—¿Cómo quieres que acabe?
—No sé, ¿no se van a encontrar?
—Sí, por supuesto.
—¡Sí!,¡qué sea un buen final y que sea feliz!
—¡Qué sea un buen final feliz para los dos juntos!, ¡qué sea una fantasía emocional y emocionante, una fantasía sentimental, física, mental, también sensual, intelectual, vital!, ¡qué sea una fantasía poética, existencial, filosófica!, ¡qué sea una fantasía completa, feliz, divinamente terrenal!,...
—¡Qué sea una fantasía real!
—¡Sí, qué sea una fantasía física y sensible, cariñosa y mística y qué sea una realidad fantástica, musical, armoniosa!
—¡Qué no se quede en lo que es hasta ahora, en una fantasía literaria!
—¡Qué sea el comienzo de la más hermosa historia de amor!
—Eso es mucho.
—Tenemos que ser ambiciosos.
—Sí, pero, ¿no me digas que no habías pensado el final?
—Tal vez sí, pero siempre me gusta más el tuyo.
—Siempre estás exagerando, pero vale, acepto la invitación para el principio y el final, te ayudaré también en esto, en todo.
—Un millón de gracias. Ahora podíamos pensar: ¿y si hubiese muchos finales, todos felices e inocentes?; Sebastián piensa en todas las posibilidades y en todas está con ella.
—¿Y ella?, ¿dónde está ella?, ¿qué hace?
—Es verdad, sólo habíamos pensado en él, ella tiene que aparecer, se necesitan más que a nada en el mundo. Él descubre que toda su vida sólo tiene interés si se encuentra con ella, si está acompañado por ella. Recorre el camino de nuevo para encontrarla. Ya están adivinándose, se ven, se acercan más y se abrazan. ¿Te gusta así?
—Entonces debe recorrer de nuevo el camino para encontrarla.
—Y se encontrarán y permanecerán juntos siempre.
—Y serán felices ...
—Parece aquel final de los cuentos para los niños, “y fueron felices y comieron perdices”.
—Algunos graciosos añadían aquello de que “y a mí me dieron con los huesos en las narices”.
—Otros decían, “y a mí no me dieron porque no quisieron”.
—Y otros, para variar, se atrevían a decir: “y fueron felices porque tú lo dices”, es posible hacer muchas variaciones más sobre este final.
—Lo más importante es que puedan vivir siempre juntos, ilusionados y apasionados.
—Si tú lo dices será así.
—Eso suena algo escéptico.
—No, sólo intento decir que depende de ella, la mujer es siempre la que decide y entonces es cuando la vida se hace y se pone interesante.
—¿Estás seguro?
—Totalmente.
—Eres muy amable.
—No sé si soy muy amable o muy extraterrestre.
—¡Déjame imaginarte a mí¡
—Todo lo que quieras.
—Ya sabes que yo siempre me lo paso bien, siempre me divierto.
—¡La vida siempre se divierte!, ¡a la vida nunca le duele la cabeza!
—¡Gracias!
—Pero eso no significa que sea despiadada, ni sádica ni indiferente.
—La vida surge siempre nueva y reluciente, resplandeciente y radiante, incluso entre los restos y residuos de las peores destrucciones, batallas y guerras.
—Inevitablemente es vida, es emergente, feliz, dinámica, exagerada.
—Por eso respira y crece, a pesar de la desolación y del sufrimiento.
—Por eso ha de sonreír y sentir, a pesar de la muerte.
—Lo que está bien “hecho” es la vida, a pesar de su caducidad, de su temporalidad, de su fugacidad,...
—A algunos les “queda” demasiado grande, y no se dan cuenta de que el defecto está en ellos, que son pequeños y raquíticos, fragmentos desacoplados que no saben insertarse en la corriente vital. Algunos confunden sus limitaciones, sus frustraciones y sus resentimientos con los límites de la vida y de lo que se puede desear y realizar.
—La vida alberga en su interior todas las posibilidades, todas las emociones, todas las sensaciones que nos hacen temblar de felicidad.
—Pero la “vida” tampoco ha de ser la excusa para la opresión y la injusticia, para el darwinismo social y la explotación, para que se dé todo.
—La vida siempre es vida y exige más.
—Más pasión, más emoción y sentimiento, más conocimiento, más humanidad, más ...
—Más grande, más fuerte, más ágil, más alto, más arriba, más placer, más amor, más obras de arte, más intensidad, más atrevimiento.
—Así debe ser, así me gusta.
¿Te acuerdas de cómo empezaba esta historia?
—Creo que con una cita sobre el desierto.
—Pues debería terminar con otra.
—Puede ser. ¿Qué te parece esta?:
—“Cuando miles de millones de años han convertido la materia en mármol, entonces se puede concebir y realizar una estatua; cuando una escultura se arruina, su vida como piedra y roca vuelve a comenzar y, cuando millones de erosiones de viento y nubes pulverizan las piedras, se nos abre el gran laberinto del desierto poblado de dunas y de posibilidades. Cuando millones de presiones han convertido de nuevo las arenas del desierto en la roca más dura, entonces reaparece la estatua de la piedra de la arena de la duna del desierto. El desierto también es escultor y sabe lo que hace.”
—Puede servir.
—¿Y si te pido una respuesta para todo?
—Entonces casi no sabría contestarte, pero Martín Garzo en su famoso “Libro de los encargos” dice: “Dar la opción a los que amamos de que se aparten de nuestro lado. Librarles del peso terrible de nuestro amor.”
—Tú no eres peso ni carga, eres la liberación.
—Eso suena muy bien.
—Y, más fácil, si te pregunto por qué hay repeticiones de citas, de frases y de palabras en este libro.
—Creo que no es por descuido, es para señalar y subrayar lo más importante, porque el placer repetido no aburre, nos revive, no cansa, nos emociona, no agota, nos llena de la alegría de los seres dichosos y creativos, porque el placer no es para mí, es para ti, es para los dos, es para todos, es para los mismos dioses si existieran, para los mismos demonios que, mediante el placer, la felicidad, la risa y la alegría, llegarían a ser diablos, ángeles caídos, en definitiva ángeles perdonables, casi humanos, superficiales y elevados, terrenales y celestes.
—Es posible entonces que, igual que se han imaginado ángeles caídos, existan “humanos caídos”.
—¡Es cierto¡
—Los humanos caídos serían y son los que han vivido sin el placer y la alegría de vivir, caídos en la depresión y en la represión, habitantes del subsuelo, ahorrando siempre en entusiasmo y vitalidad, cargando sólo con trabajos, los peores deberes, tareas, esfuerzos y responsabilidades, alimentándose de rencor, de amargura y de resentimiento, tristes, desconfiados, solos, los que se empeñan en seguir registrando el viejo prejuicio de la influencia melancólica de Saturno.
—Los humanos elevados serían aquellos que hacen algo más que caminar, caminan hacia el despertar, hacia la vida, hacia el encuentro.
—Cuando encienden un fuego desean que todo lo que es negativo sea quemado y eliminado de la existencia.
—Cuando comen disfrutan de todos los sabores y desean que todos puedan disfrutar del sabor de la contemplación serena.
—Cuando abren una puerta consideran que las distintas puertas de la liberación deben abrirse para todos.
—Los humanos serían los que han ascendido a la alegría de ser y de existir, al placer de la alegría y del optimismo, habitantes de la luz y de los colores, derrochando energía, viviendo el deber de las felicidades, alimentándose de belleza, alegres, confiados, bien acompañados, los que se divierten encantados en ese inmenso tío vivo formado por los anillos de Saturno.
—Y si te pregunto por qué este libro se titula “La superficie de las nubes”.
—Porque lo que contiene está lleno de páginas que pretenden ser como nubes,... “Páginas de signos alineados, apretados como granos de arena, representan el espectáculo abigarrado del mundo en una superficie siempre igual y siempre diferente, como las dunas que empuja el viento del desierto.” (Italo Calvino: “Seis propuestas para el próximo milenio”).
—¡Buena cita!, ¡y muy expresiva!
—Y porque quería demostrar que Nietzsche se equivocaba al afirmar: “No hay superficie bella sin una profundidad horrible.” Hay belleza en la superficie y en la profundidad, las nubes y las dunas no mienten ni esconden nada maligno en su interior, son siempre deliciosas. ¿Sabes una cosa? Hay personas y realidades que son necesarias, son milagros que parecen sueños, que se manifiestan en una visita inesperada, en unas palabras perfectas, en una actitud mágica, en una presencia inolvidable, en un derroche de cariño, en una sonrisa que trasciende el presente,...
—Habría que pensar todo eso más despacio, con más lentitud.
—Sí, es como si con su intensidad vital nos ayudasen a vivir más despacio, como si supieran siempre lo que hay que hacer y no temiesen nunca al silencio, como si respirasen una dulce, serena, amable, absoluta e imprescindible alegría.
—Por una realidad así lo daría todo, lo dejaría todo.
—Es difícil, complicado, pero no imposible; de todos modos, y mientras logramos ese cielo es mejor disfrutar con las nubes que empujan al viento del desierto.
—¡Como el viento que empujan las nubes del desierto!, pero ¿insinúas que son las nubes las que mueven al viento?
—Sólo lo sugiero, no lo aseguro.
—Como cuando dices que los puentes crean orillas y riberas a las que unen.
—Sí.
—Pero ¿estás diciendo que primero se hacen los puentes y después se colocan las tierras y que así se unen?
—Más o menos. Sólo lo indico, no sé si eso es posible. Tal vez ninguno de nosotros logre entender ni siquiera una nube del desierto, un puente, una mujer. Como decía la poeta Yosano Akiko: “De los innumerables escalones/ que conducen a mi corazón/ él subió tan solo/ quizás dos o tres.”
—Creo que te has aproximado mucho, más de lo que te imaginas. Como decía la misma poeta: “Viniste al fin,/ y por eso dejé ir a las libélulas/ que conservaba cautivas/ entre mis cinco dedos/ este atardecer de otoño.”
—Eso es maravilloso, “¡viniste al fin!”. Como aparece en el cartel de la película “Lost in translation”: “Todos queremos que nos encuentren”.
—Y que nos busquen, que nos descubran, que nos mimen, que nos necesiten.
—Todos estamos esperando siempre el encuentro con un ser delicioso, que haga reales todos los deseos posibles y que logre que todas las caricias sean interminables.
—Siempre he deseado encontrarte, descubrirte, cuidarte.
—Yo también te he descubierto.
...)

La superficie de las nubes-29

27. EL JUEGO DEL TRACTATUS DE WITTGENSTEIN

“¡Háblame primero de ti ¿No eres tú el mendigo voluntario, que en otro tiempo arrojó lejos de sí una gran riqueza ... ?”
“Es más difícil dar bien que tomar bien, y que regalar bien es un arte y la última y más refinada maestría de la bondad.” (Así habló Zaratustra)

Sebastián llega caminando hasta un lugar en el que hay un cartel que dice “EL JUEGO DEL TRACTATUS DE WITTGENSTEIN”. Al lado del cartel hay una persona que se parece físicamente a las fotografías que todos conocemos del genial filósofo. En su jersey lleva una letra “W” muy grande.

—Sebastián (S): ¿Qué es esto, ¿qué significa? —pregunta con auténtica curiosidad.
—Wittgenstein (W): Este es un juego para viajeros y paseantes —le explica en un tono muy didáctico—, por supuesto es voluntario y no estás obligado a participar pero yo te lo aconsejo, es un juego inteligente y entretenido; pretende crear una colección de sabiduría, no es sólo para pasar el tiempo.
—S: ¿Y en qué consiste?
—W: ¿Conoces el Tractatus de Wittgenstein?
—S: Sí, por supuesto.
—W: Pues se trata de que cada viajero, caminante, paseante, cualquiera que pase por aquí y quiera pensar, nos haga un esquema, una síntesis, un resumen en forma de proposiciones lógicas, filosóficas, irónicas, vitales, sentimentales, emocionales, o como quiera, sobre el mundo, la vida o lo que desee.
—S: No sé si podré.
—W: Espera, te mostraré un ejemplo. Hasta ahora han pasado unas decenas de miles de millones de seres humanos por aquí, y sólo se han detenido a realizar el juego unos cientos.
—S: ¡Curiosa proporción!
—W: Si quieres te enseño el último, te lo leo:

“1. El mundo es todo lo que ocurre, incluso es lo que echamos de menos, lo que deseamos que hubiese sucedido.
1.1. En el mundo suceden muchas cosas, unas dignas de recuerdo y elogio y otras merecedoras de ser olvidadas pero que, por deber moral histórico, debemos recordar para intentar que no se repitan nunca más.
1.2. La historia de la humanidad es una larga serie de sinsentidos y no es el menos grave observar el rápido desarrollo y progreso científico y tecnológico y el lentísimo desarrollo y progreso ético y social.
1.3. A veces se puede pensar que lo mejor es ser misántropo.
1.4. Otras veces se debe agradecer el trabajo de ciertos artistas, filósofos, científicos,... porque sus obras nos reconcilian con la Humanidad.
2. Quizás nadie lo sepa todo.”

—S: Es difícil, no sé si debo, si quiero o si puedo.
—W: Debes intentarlo, la humanidad merece conocer la esencia de tu paso por el mundo.
—S: Peor me lo pones, si al menos una vez escrito se perdiese, sería menos grave.
—W: Inténtalo.
—S: Lo intentaré, pero debes dejarme tiempo.
—W: Siéntate y tómate todo el tiempo que quieras.
—S: ¿Cuántas proposiciones puedo escribir?
—W: Las que desees.
—S: Esta bien, lo intentaré.
Se concentra y durante toda una larga semana escribe y reescribe, rompe, tacha, revisa, corrige; cuando cree que ha terminado le entrega a W el papel.
—W: ¿Ya está?
—S: No lo creo, pero aquí lo tienes, esto es muy difícil, ¿cómo estar seguro de haber escrito lo esencial?
—W: ¡Bien!, ¡perfecto!, ¡qué suenen las trompetas!, ¡qué retumben los tambores!, ¡que los heraldos comuniquen a todo el mundo que mañana a esta misma hora, y en esta misma plaza, se dará lectura pública de esta nueva aportación a la historia de la esencia de la Humanidad!
—S: No sé si lo que he escrito merecerá ser escuchado con tantos honores y expectativas, no es más que una colección de frases poco coherentes.
—W: Espera y verás.

Al día siguiente, y con una gran solemnidad se inicia la ceremonia, miles de personas se congregan en la plaza, que no es más que un tramo de pasarela más ancho en medio de las dunas, y en las pasarelas próximas.

—W: ¡Ya puedes leerlo!
—S: Espero no defraudar a nadie.
—W: Seguro que no. Anímate.
—S: “1. El mundo es todo lo que acaece, sucede y ocurre y también es lo que los poetas, los artistas, los soñadores, los niños y los creadores han imaginado que podría haber sido. Lo que podríamos haber hecho.
1.1.Visto como es el mundo sólido de los continentes (el mundo de los humanos) nosotros pertenecemos a la especie que huye del mundanal ruido, no sé si por eso somos más sabios, pero está claro que somos menos ruidosos.
1.2. Si no nos olvidamos de los fines de la Humanidad, seremos seres dignos y que mereceremos haber vivido.
1.3. La vida de un solo ser humano es breve y hasta parece insignificante, pero lo cierto es que la vida en cada uno y en la Humanidad puede llegar a ser infinita.
1.4. El mundo no es siempre indiferente a nuestra buena voluntad.”

—W: ¡Te felicito!
—S: ¿Por qué? Esto no tiene ningún mérito especial.
—W: Observa como las personas comentan entre sí esta variación que has producido.
—S: Es sólo una variación más sobre lo que ya existía, lo importante es el original, la creación de Wittgenstein.
—W: Aquí ahora valoramos todas las aportaciones.
—S: ¿Aunque sean insignificantes como la mía?
—W: La tuya también es importante, nos aporta a todos lo que tú y sólo tú podías darnos.
—S: No estoy tan seguro.
—W: No importa. Tenemos aquí archivados y guardados algunos de los mejores que se han hecho.
—S: ¿De quién?
—W: De Heráclito, del IIº Buda, de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de Epicuro, de Jesucristo, de Cervantes, de J. S. Bach, de Rousseau, de C. Marx, de Nietzsche, de Freud, de Calder, de la teoría del mundo perfecto, de las Dunas.
—S: ¿Y el del IIº Wittgenstein?
—W: No lo sé, no creo.


EL TRACTATUS DE HERÁCLITO

1.Todo fluye, nada permanece, excepto el logos.
1.1.El fluir incesante es el símbolo de la realidad, del mundo, de la existencia, de lo que más nos cuesta aceptar.
1.1.1.Aceptar, asumir, entender, vivir el cambio, la pluralidad, la diversidad, el movimiento, las apariencias, la superficie de las dunas, es más difícil que elegir lo permanente, la unidad, la esencia y el ser de la eterna juventud.
1.2.Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río (ni en la misma bañera), ni en el mismo mar ni en la misma playa ni en la misma ola, nadie puede caminar dos veces por la misma duna.
1.2.1.Nadie puede amar dos veces a la misma persona, ya ha cambiado.
1.2.1.1.Nadie puede vivir dos veces la misma vida.
1.2.2.La escalera para subir y ascender es la misma que usamos para bajar y descender, también puede aplicarse a los placeres, a las alegrías y a todos los goces terrestres y extraterrestres.
1.2.2.1.Por eso se puede pasar del Iº al IIº Wittgenstein, del Iº al IIº Buda, del Iº al IIº Platón,... hay muchas andaduras y navegaciones, muchas islas y muchas alegrías todavía inexploradas, muchos lenguajes y muchos fragmentos interpretables.
1.3.Nadie puede leer dos veces el mismo fragmento pues, cuando lo ha leído, algo, en él y en el fragmento, ha cambiado.
1.3.1.Nadie podría usar el lenguaje pues las palabras deberían cambiar tanto como la realidad. Cratilo era muy coherente.
1.4.Las dunas fluyen y no permanecen.
1.4.1.El logos fluye y no permanece.
1.4.2.Hay muchas, demasiadas cosas, demasiado deprisa para poder pensarlas y entenderlas, para sentirlas, para vivirlas.
1.4.2.1.Vive todo lo que puedas y sepas y quieras.
1.5.El desierto es el logos, la aventura es reconstruir con cada grano de arena una escultura, un templo, una casa, un árbol, una cordillera, una montaña, una herramienta, una calzada,... y continuar hasta reconstruir con cada estatua y escultura una vida y, a partir de esa vida, reconstruir la pasión que no se acaba.
1.5.1.Las rocas areniscas están hechas de dunas de arena solidificada.
1.5.2.Las dunas móviles están hechas de rocas de arenisca erosionada.
1.6.El logos juega con las nubes y las dunas, y las dunas con el viento y el viento con la arena y la arena con el deseo y el deseo con la pasión del Sahara y de todos los desiertos que crecen.
1.6.1.Las nubes son el aire absoluto, abierto y despierto.
1.7.Las nubes y los ríos son el hedonismo del logos.


EL TRACTATUS DEL II BUDA

1.Existen el sufrimiento, la desolación, la desorientación y el dolor.
1.1.La existencia surge del deseo y los deseos llevan en sí mismos cierto anhelo imposible de resolver que se puede convertir en deleite, en placer, en alegría y, algunas veces, en sufrimiento.
1.2.Algunos creen que la solución es evitar todos los deseos para extinguir y eliminar el ciclo eterno de sufrimientos y de reencarnaciones, de más dolor.
1.2.1. También se pueden superar el dolor y el sufrimiento extinguiendo la maldad y la ambición, que son impropias de la verdadera nobleza, mediante el amor que es entrega y deseo infinito, sin reservas, sin condiciones, sin contratos, sin miedo a los cálculos de beneficios, sin atender al qué dirán y al qué comentarán; porque sólo deberían decir y comentar maravillas.
1.3.La existencia es y puede ser deseo inmaculado, perfecto y puro, que da, otorga y ofrece todo sin pedir nada a cambio.
1.3.1.Pero si el deseo es correspondido entonces es el nirvana, el cielo en las dunas de la tierra, la liberación de todas las ataduras, la sabiduría sin infierno, el paraíso en ojos—manos—cuerpo—cerebro—alma—espíritu—mente.
1.3.2.Se puede salir del hipotético ciclo de las reencarnaciones con una mirada liberadora, un encuentro perfecto, un deseo realizado.
1.4.Las dunas son el nirvana de la tierra y de la vida.
1.5.El desierto es la respuesta a las preguntas por el sentido.
1.5.1.El sentido es recorrer las dunas, conocerlas, cartografiarlas, acariciarlas, desearlas, cuidarlas, mimarlas, conocerlas y esmerarse en merecerlas.
1.6.Las nubes y las dunas cambian cada año y cada mes, cada semana y cada día, cada hora y cada minuto, cada instante son diferentes y, sin embargo, son las mismas, eternas. Las nubes y las dunas son la iluminación, nos muestran la impermanencia de todas las cosas.
1.6.1.Parecen lo que son y son lo que parecen, movimiento, maya, ilusión, maravilla, álgebra sin confusión, placer iluminando bondades y bellezas.
1.7.Desde las nubes y las dunas se llega a la perfección y al éxtasis.
1.7.1.Desde el éxtasis a la alegría.
1.7.2.Desde la alegría se conoce todo, se comprende todo, se justifica todo, se vive todo, se contempla todo, se desea todo lo perfecto.
1.7.3.Y se transmuta el deseo en conocimiento, se llega a la felicidad interior.
1.7.3.1.Vivir es mejor que no ser nada, vivir es mejor que no desear.
1.7.4.Si contemplas las nubes y las dunas y, en el último instante, te desprendes del deseo, la flecha alcanzará el centro de la diana que está en las nubes.
1.7.5.Las nubes y las dunas son el deseo no deseado, el deseo conseguido, realizado, sublimado.


EL TRACTATUS DE SÓCRATES

1.Es necesario preguntarse y preguntarlo todo.
1.1.Con ironía, con insistencia, despojándose de las falsas vestiduras, de las supuestas apariencias y de las dudosas respuestas.
1.2.Y seguir pensando hasta llegar a la conclusión, terrible pero cierta, de que no sabemos nada.
1.3.En ese despojamiento se produce la gran liberación de prejuicios, de lugares comunes, de supersticiones, de sentencias aceptadas y repetidas mecánicamente, del lenguaje que nos aturde con sus aparentes respuestas seguras.
1.3.1.Pronto, muy pronto, demasiado pronto, en la quinta, en la décima pregunta nos vamos a quedar sin respuesta, nos quedamos en blanco y ya no sabemos ni podemos (tal vez ni queremos) contestar ni responder. Por eso tenemos que buscar el fundamento.
1.3.2.Ahora sabemos que nos sustentamos sobre el vacío y el silencio, sobre las preguntas y no sobre las respuestas, sobre la perplejidad y el diálogo y no sobre el conocimiento firme y seguro ni sobre la sabiduría.
1.3.3.Y esto tiene sus consecuencias sobre otros órdenes de nuestro interior: sobre la ética y la estética, sobre el conocimiento y la educación, sobre el amor y la sociedad,...
1.3.3.1.¡Cuántas cosas existen y qué pocas necesito!
1.3.3.2.Es importante disfrutar de la compañía de las personas inteligentes, divertidas y que saben disfrutar de la vida.
1.3.3.3.Me conoceré a mí mismo ayudado por mis amigos, compañeros, conciudadanos, vecinos,...
1.4.El que pone y tiene la “cara del que sabe” no ha recorrido el camino.
1.5.Te juzgarán por todo, pero hay que atreverse a ser excéntricos.
1.6. Las nubes y las dunas son preguntas oportunas, buenas y adecuadas que todavía no han encontrado respuesta.
1.7.La ironía de las nubes y de las dunas es que nunca se acaban y siempre hay que continuar otro día para llegar a conocer algo que tenga algo más que el mínimo interés.
1.7.1.El placer es preguntarse qué hace uno dentro del placer, es decir, en las nubes.
1.7.2.Todos nos hacemos preguntas sobre el significado de la superficie y de la profundidad de las nubes y de las dunas de todas las cosas.
1.7.3.Lo que podemos saber de las nubes y de las dunas es sobresaliente, pero tendríamos que ser los mejores buceadores de la isla de Delos para llegar a sus cimientos.
1.7.4.Las nubes son, afortunadamente, insondables.


EL TRACTATUS DE PLATÓN

1.El verdadero método de conocimiento es el amoroso.
1.1.El verdadero y recto método de abordar las cuestiones eróticas o amorosas es el siguiente: amar un cuerpo bello, “el preludio del aire que hay que respirar”. Empezar por las cosas bellas de este mundo y valiéndose de ellas como de escalas, ir ascendiendo constantemente.
1.1.1.Luego amar dos cuerpos bellos. Fijarse más tarde en todos los cuerpos bellos. Amar todos los cuerpos bellos; al amor le salen alas.
1.1.2.Amar toda la belleza sensible, sensorial, sensual, sentimental, sensacional,...
1.1.3.Amar la naturaleza, la luz, la alegría, el color, el dinamismo, la vida, la ilusión, el entusiasmo,...
1.1.4.Amar el Arte con mayúsculas, la música, la arquitectura, la pintura, la escultura, la literatura, la danza, el cine,...
1.1.5.Amar las bellas normas de conducta, la buena educación, la gracia, el estilo, el buen comportamiento.
1.1.6.Amar las leyes bellas, buenas y justas, que distribuyen la justicia y la riqueza con belleza y la belleza con justicia.
1.1.7.Ascender hasta llegar a contemplar lo que tiene todo lo bello en común, hasta la Belleza en sí misma.
1.1.8.Y llegar hasta la sublime contemplación de la Idea del Bien, de la Belleza y de la Verdad en sí mismas.
1.2.Así se descubre “la presencia y la figura”.
1.3.El correcto método amoroso lleva al arrebato, al nirvana, al éxtasis, al orgasmo divino, a la trascendencia más placentera, al gozo absoluto, a la alegría perfecta, al conocimiento continuo, a la unión imperecedera.
1.4.Así se llega a recorrer el ritmo de los cuerpos y el sucesivo ajuste de las almas. El amor es esta dialéctica de cuerpos y almas arrebatados, enlazados.
1.5.Y en ese viaje por nubes interminables aparece la alegría incansable, el amor indestructible, la ilusión inmarchitable, la esencia de la pasión, la armonía de toda excelencia.
1.6.Las nubes son las Ideas a las que hay que ascender, conocer, merecer y vivir, y de las que nadie en su sano juicio quiere ni debe descender.
1.7.Las dunas son la dialéctica del estado sólido.
1.7.1.Las nubes son el verdadero conocimiento del mundo sensible.
1.7.2.Regresarán los artistas que expulsé de la ciudad y nos devolverán la alegría y la belleza y la justicia y la verdad a La República, y florecerán todas las estaciones de Vivaldi y con el mejor amor salimos para siempre de la caverna.
1.7.3.Las nubes son el placer de la filosofía y de la suprema idea del Bien.


EL TRACTATUS DE ARISTÓTELES

1.Todos los seres humanos quieren saber.
1.1.La sorpresa, el asombro y la admiración son el origen del conocimiento.
1.2.Lo sorprendente es que podamos conocer (Einstein).
1.2.1.Lo que podemos saber puede ser estudiado, organizado, expuesto, escrito y transmitido con racionalidad y con lógica bien argumentada.
1.3.Se puede ser amigo de los amigos y de la verdad, pero lo más honesto y honrado es preferir la verdad; pero la verdad es algo más que el logos, la razón y la virtud, es el amor, la amistad, el placer, la felicidad,...
1.4.No se puede vivir, comprender, ordenar y entender la realidad, construir la ciudad y la convivencia, ser feliz,... exclusivamente con la virtud, con la razón y con la lógica.
1.5.La vida también es inesperada y reclama atender a las necesidades materiales, a una cierta riqueza que sea suficiente para vivir con dignidad (vivienda, alimentación, indumentaria, libros,...)
1.5.1.Dios no necesita amigos, sin embargo nosotros necesitamos más a nuestros amigos que a nosotros mismos.
1.5.2.Y el amor que nos complete, que nos haga humanos, que nos dé y reclame mil caricias, cariños, ternuras y atenciones y deseos y mimos y...
1.6.La virtud y la razón son insuficientes para vivir felices y contentos.
1.6.1.Las dunas son la materia y la forma del desierto, la potencia de todos los actos y, aunque en cada duna se da la unión sustancial de materia y forma, es necesario darle la prioridad a la forma (¡y qué forma!) y llegar al acto puro (¡qué acto!).
1.6.1.1.Las dunas son el pathos que llena y rellena y le da contenido a la areté, son la pasión que alegra la virtud, el deseo que compone por completo a la razón, el equilibrio dinámico de la alegría.
1.6.2.El ánimo es lo que nos mueve a seguir, lo que nos conduce a la verdad, lo que nos mantiene con vida.
1.6.3.Recorrer la vida con ánimo es unir la felicidad del placer, de los honores y de la contemplación de las dunas.
1.6.4.Las nubes de la prudencia, de la fortaleza y de la templanza son las que nos ayudan a estar en buenas y felices disposiciones para alcanzar el fin de la perfección; que contiene además, y conviene que todo el mundo lo sepa, sus buenas sobredosis de impulso y temeridad, de cariñosa debilidad, de amable y fogosa disposición a la más placentera de las concupiscencias.
1.7.Las nubes de las dunas son el acto más perfecto de la potencia más perfecta sobre el ser más perfecto.


EL TRACTATUS DE EPICURO

1.Ni el joven debe ser remiso a disfrutar, ni el viejo debe cansarse de gozar. Nunca se es demasiado joven ni demasiado viejo para dejar de vivir la salud del placer y la felicidad del alma encendida.
1.1.Es necesario meditar sobre las cosas que procuran la felicidad a los seres humanos, ya que cuando la felicidad (y el placer y la alegría) está presente, lo tenemos todo, y, cuando está ausente, lo hacemos todo por lograrla y poseerla y vivir con ella y para ella.
1.2.Si los dioses existen entonces deben de ser felices, por eso todos debemos aspirar a vivir como dioses entre dioses y hombres, inmortales, indestructibles, incorruptibles y gozosos.
1.3.La muerte no es nada para nosotros y saberlo hace más gozosa nuestra existencia y nuestra condición de seres mortales. No tenemos un tiempo infinito para ser felices pero podemos imprimir la felicidad en cada uno de nuestros placeres y gozos para hacerlos inmortales. En un instante perfecto resplandece y sonríe toda la eternidad. En una sonrisa.
1.3.1.La muerte no es nada para nosotros, pues cuando nosotros existimos y somos felices, la muerte no existe, y cuando la muerte (que no es feliz) existe, nosotros no existimos. El placer es incompatible con la muerte. La vida es la alegría.
1.4.Gocemos del presente y de todos los presentes, recordemos las gracias y las bendiciones del pasado y no desesperemos nunca ante un futuro incógnito. Todos los futuros albergan hermosos presentes.
1.5.La salud y el placer del cuerpo y la tranquilidad y la alegría del alma son las más bellas manifestaciones de la vida humana. No tener sufrimiento ni turbación alguna, esa es la felicidad completa.
1.5.1.Si vivimos en la felicidad y el placer nada nos falta, ni deseamos completarnos en el alma (mente) ni en el cuerpo. Que nuestro gozo sea completo.
1.6.El placer es el principio y el fin de la vida feliz, es el bien primero, natural y necesario, pero también lo aceptamos si es artificial.
1.6.1.Por eso no debemos elegir todos los placeres, si de ellos se derivan mayores males, molestias y dolores. Por tanto a veces es preferible elegir algunos dolores, cuando de ellos se siguen mayores placeres y goces a corto, medio, largo, larguísimo y eterno plazo.
1.6.2.Disfrutan más y con más placer de la abundancia los que menos necesidad tienen de ella.
1.6.3.Todo lo natural es fácil de conseguir. Una vez superada la necesidad todo puede procurar goces y placeres refinados.
1.6.3.1.Incluso en la necesidad vive el placer.
1.6.4.El placer es el bien supremo de la vida, pero no cualquier placer ni conseguido a cualquier precio; no estamos hablando de los placeres de los disolutos, de los libertinos o de los que, por pura sensualidad, sacrifican bienes mayores y superiores. Y nada tenemos en contra de la bendita sensualidad, ni en contra de estos placeres siempre y cuando no sean fruto de abuso, compra, extorsión o dominación.
1.6.5.Ni banquetes ni fiestas continuas, ni placeres orgiásticos ni desenfrenados (que, por otra parte, no son nada despreciables).
1.6.5.1.El placer es lo que favorece y proporciona alegría, lo que es festivo, venturoso, memorable y logra la magnanimidad.
1.6.6.No puede haber vida feliz sin placer, goce y alegría, y de ahí surgen la prudencia y el exceso, la virtud y la diseminación, el control y la disipación,...
1.6.7.El orden de la vida es la disposición de las dunas en el desierto después de recibir siglos de vientos.
1.6.8.No se parece en nada a un mortal el ser humano que vive entre bienes inmortales. En nada se parece a un mortal el que ha conocido el secreto más guardado de los dioses: el deseo eternamente conquistado, satisfecho, complacido y consolado.
1.6.8.1.Las nubes y las dunas son la forma y el placer y el alimento de los dioses, pura ambrosía.
1.6.9.Las dunas son las caricias onduladas que el viento y las nubes y las montañas se hacen con tanta dedicación y esmero.
1.7. Las nubes son el placer del tiempo que vivimos.


EL TRACTATUS DE JESUCRISTO

1.Amaos los unos a los otros, como yo os he amado y os amo todavía y os amaré siempre.
1.1.El amor y la verdad os hacen y os harán siempre libres y felices y gozosos.
1.2.Yo soy el camino, la verdad y la vida, pero soy el camino no retorcido, la verdad no manipulada y la vida no reprimida. No soy Iglesia ni Estado.
1.2.1.Ese “soy” no es más que un símbolo de lo que es y puede llegar a ser cualquier ser verdaderamente humano que desee vivir de verdad.
1.2.2.No soy el que alguna iglesia y muchas iglesias le hicieron creer a Hume, a Marx, a Nietzsche o a Freud. Amar y ser amados, con pasión y ternura, esa es la verdad, sin abandonar nunca a los desfavorecidos.
1.3.No tengo nada que ver con el terror del más allá, con el miedo a la muerte o con la manipulación de los sentimientos más vivos.
1.4.No quiero tener ninguna relación con los que prometen un más allá bienaventurado y justo desde una sociedad opresiva, injusta, miserable, explotadora y dolorosa. El Cielo y el Paraíso existen aquí.
1.4.1.Esta vida no es un valle de lágrimas ni de sufrimientos. Nunca debemos olvidarnos de los que menos tienen o nada tienen. Las dunas no son el opio del pueblo. La compasión, la justicia, la solidaridad, esa es la vida.
1.5.No soy el cuervo negro que desprecia la vida casi hasta renegar de ella mediante el suicidio, no soy el pesimismo ni la muerte que niega lo mejor de la vida, no soy una estación de paso que debe ser superada.
1.6.No soy una ilusión ni una alucinación de una mente enferma y reprimida que debe cambiar, mediante un mal negocio, todos los placeres y alegrías de la vida por una hipotética vida eterna de la que yo nada aseguro.
1.6.1. ¡Bienaventurados los felices hedonistas porque de ellos ya es el reino de los cielos y los reinos de la tierra y los placeres celestes y hasta los celestiales!
1.7.No vendo el hedonismo del más allá ni el desprecio de los placeres del aquí y ahora, soy partidario de la justicia, del amor, de la verdad, del encuentro y de la fiesta de esta vida.
1.7.1.El amor es todo, entrega y dedicación, deseo y placer infinitos, caricias desbordantes, encuentros con los cánticos más espirituales y corporales, orgasmos elevados a la máxima omnipotencia.
1.7.2.El amor es todopoderoso, creador, autor y artífice de todo lo visible y lo invisible y de todo el cielo que hay en la tierra.
1.7.3.Reparte todo lo que tienes y camina entre las nubes y las dunas, lo que has dado lo recuperarás, lo que has perdido lo encontrarás, lo que buscabas lo hallarás.
1.7.3.1.Cada placer que goces en la tierra se convertirá en cielo, en cielos.
1.7.4.Las nubes son el amor del camino, de la verdad y de la vida plena.


EL TRACTATUS DE CERVANTES

1.Esta no es una aventura de ínsulas sino de encantamientos.
1.1.Si has leído mucho ahora debes viajar y conocer el estado actual del mundo y desfacer entuertos, ¡tenemos tarea!
1.1.1.Si te atreves a salir de tus ideas debes ir ligero de equipaje, sólo con lo imprescindible y necesario.
1.1.2.Puedes merecer ser nombrada caminante, viajera, pensadora, compañera, camarada, amiga, hermana, caballero andante,...
1.2.Te encontrarás en mil situaciones y en todas has de poner a prueba tu valor, tu entereza, tu coherencia y hasta los fundamentos de tus creencias.
1.2.1.Todo no será fácil ni sencillo, habrá abolladuras, golpes, dificultades, caídas, burlas,... pero sólo sabrás que has vivido porque ladran, comentan, insultan y dicen,... y seguirás cabalgando.
1.2.2.Lo que intentas no es adueñarte del mundo sino mejorarlo, ayudar a los necesitados, consolar a los débiles, restaurar justicias, eliminar opresiones, satisfacer las hermosas aspiraciones humanas.
1.3.Si necesitas idealizar, y hasta inventar, al ser amado, hazlo; créalo y recréala a tu gusto, esa es la libertad, libertad hasta para inventar el amor si es preciso y necesario, aunque sea a partir de la nada.
1.4.Cuando atravieses las dunas mantén alto el honor, el nombre y la dignidad; debes ser bueno, divertido, simpático, noble, alegre, inteligente y agradable.
1.4.1.Porque antes, durante y después de caminar por el desierto conocerás y sabrás lo que es la belleza sin par y la más alta gracia que puede ser encantada en este mundo, y entonces todo lo que has leído tendrá sentido.
1.5.Las nubes son las escalas más perfectas, las mejores proyecciones y las transformaciones más emblemáticas.
1.6.Las dunas son todos los mapas, todos los caminos, todas las aventuras, todos los recorridos y todas las rosas de todos los vientos.
1.7.Lo mejor que se ha escrito se ha hecho sobre la superficie de las dunas, se ha transformado en luces de estrellas, en ecos que nos amplían, en arenas que cantan, en nieves pasajeras de las nubes que cambian de posición y de forma.
1.7.1.Leer la superficie de las nubes es lo más difícil y lo más delicado.
1.7.2.El viento escribe flores en el desierto y nadie conoce el significado ni si existirá una segunda parte.
1.7.3.Si me das una palabra construiré para ti un mundo, una novela ejemplar, una aportación al horizonte más amplio.
1.7.4.Al final los libros se deshacen en las manos y se convierten en polvo, en arena, en dunas de palabras, en desiertos llenos de significado, en nubes del alma.


EL TRACTATUS DE JUAN SEBASTIÁN BACH

1.La música es toda la perfección.
1.1.La música contiene todo el arte y toda la poética de todas las artes.
1.1.1.Se inventa a sí misma, se contiene a sí misma, se despliega desde sí misma, crece desde sí misma.
1.1.2.La música contiene a Dios y a todos los dioses, la perfección y la mayor alegría imaginable, concebible, atemperable.
1.1.3.El ritmo manifiesta los pasos, la armonía es la grandeza del aire, la melodía llega a todas partes y en todas es tu arte el que se expresa.
1.2.La música puede expresarlo todo, desde las mayores y más intensas Pasiones hasta los más sutiles estados del alma Magnificada.
1.2.1.En sus variaciones se encuentra todo el secreto, todos los misterios y todo está resuelto en el presente que se manifiesta prolongándose.
1.2.1.1.La misma música e infinitas variaciones cromáticas.
1.2.2.Puedes dedicarte a la música que más te guste; siempre que lo hagas con la adecuada preparación, estudio, dedicación y entusiasmo; el resultado será un placer para todos los sentidos, un cuaderno que se compone de minuetos.
1.2.3.Tocas, cantas, interpretas, vuelas, describes, idealizas, buscas, encuentras, contemplas, transfiguras y ayudas a transfigurar.
1.3.La música no explica ni demuestra con palabras, pero contiene toda la sabiduría que se puede conocer, ahí está todo.
1.3.1.Si todo está bien temperado y medido y concertado, podrás levitar a partir de los pentagramas y, desde ahí, llegar a lo sublime, y desde lo sublime al paraíso que sólo es sonido, a la superación perfecta de la pequeña materia que compone el mundo.
1.4.Las nubes son la música adecuada y la proporción armoniosa, son los preludios del cielo de las órbitas platónicas, los oratorios que expresan y descubren lo sagrado—amoroso—tierno—mimoso—cariñoso—juguetón en las personas, y las fugas desde mundos disminuidos a universos colosales y grandiosos, a diosas magníficas de inmensas y universales proporciones.
1.5.Las dunas son la música adorada y sagrada.
1.6.Son eternas variaciones de felicidad.
1.7.Las nubes Goldberg son ondas, ninfas, sílfides, hadas, ondinas, nereidas, curvas y sugerencias de placer, música de las esferas ideales, todos los gozos en armonía, todas las armonías en los placeres, todos los ideales cumplidos.
1.7.1.Si hubiese vivido más habría compuesto también “flautas mágicas” y “misas de requien” como las de Mozart y sinfonías y obras como las de Vivaldi, Haendel, Beethoven, de Mahler, de Bruckner, de Philip Glass,...
1.7.2. La música de las nubes y de las dunas siempre continúa sonando.


EL TRACTATUS DE ROUSSEAU

1.Todo está bien al salir de las manos de los Dioses, del Universo, de la naturaleza, de la Tierra y todo se corrompe en manos de los seres inhumanos.
1.1.Por eso sólo nos quedan dos alternativas: respetar a la naturaleza, sin modificarla casi, interviniendo lo mínimo posible.
1.2.O intervenir con tal arte, habilidad, conocimiento, sensibilidad y cordura en el mundo, que nuestras construcciones logren ser armoniosas, mejoren lo natural si es posible o, al menos, no lo degraden ni lo estropeen.
1.2.1.Los seres humanos son buenos por naturaleza y, casi siempre, es la sociedad que los rodea la que los corrompe, envilece, estropea, desgracia, agrieta, erosiona, perturba, inquieta, atenaza, comprime, cosifica,...
1.2.2.Educar es difícil, delicado y requiere contemplar los intereses e inquietudes de las personas que están delante de nosotros.
1.2.3.Lo más fácil es legislar e imponer a cada edad un catálogo de objetivos y contenidos y conocimientos que deben ser aprendidos, memorizados y olvidados en el tiempo correspondiente.
1.2.4.Dedicarle tiempo a cada ser humano, tener años y toneladas de paciencia, esperar a que surjan las preguntas, motivar para que se iluminen las mentes, educar en la naturaleza sin prisas, como si fuese lo mejor y lo más divertido de la vida, ese es un buen método.
1.3.No hay ningún paisaje natural que sea feo, que esté estropeado, perdido, destrozado, que sea horroroso, si antes no ha padecido una trágica intervención humana.
1.4.La naturaleza se ocupa ella misma del mantenimiento, por eso es tan dura y cruel como armoniosa.
1.5.Las intervenciones y construcciones humanas necesitan de un mantenimiento, limpieza, reordenamiento y colocación constantes.
1.6.Casi todas las intervenciones humanas son de dudoso gusto, por eso consideramos “arte” a tan pocas cosas y en tan pocas ocasiones.
1.7.Todo está bien al salir de las manos de las nubes y casi todo se pierde en las manos de los hombres inadecuados e incompetentes.
1.7.1.Por la fraternidad, por la libertad y por la igualdad, por el desierto sin límites, por la educación humana sin prisas, según las curiosidades de cada uno de los alumnos.
1.7.2.Que nadie diga: “¡Esto es mío!”, que nadie inaugure la propiedad privada, que nadie invente los negocios, que nadie cree los beneficios, que nadie sea tan ingenuo como para aceptarlo, que nadie renuncia a su ser ni a su libertad, que nadie se deje gobernar.
1.7.3.Todo está bien en las nubes.


EL TRACTATUS DE CARLOS MARX

1.Hay que cambiar y modificar el mundo para mejor, no podemos limitarnos a interpretarlo, a comentarlo o a informarnos de su estado.
1.1.El motor de la Historia es y debe ser cambiar el mundo para que todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y con unas condiciones materiales en su existencia que sean dignas y presentables, es decir, agua potable, alcantarillado, alimentación, vivienda, educación, sanidad, jubilación, seguro de accidentes, libertad, vacaciones, viajes, sensualidad, placer, hedonismo, sexualidad, alegría, felicidad,...
1.2.El mundo actual, dominado como casi siempre por la peor especie del capitalismo más salvaje, inhumano, depredador, egoísta e injusto, debe ser superado hasta llegar a un mundo educado, sensible, humano, tratable, encantador, solidario, justo, placentero y con derecho a la pereza, que diría mi yerno Paul Lafargue.
1.3.Hay un refrán andaluz que dice: “No hay nada más tonto que un pobre de derechas”. De acuerdo.
1.4.Los humanos somos la especie dominante y determinante en este planeta, por eso tenemos también responsabilidades con toda la vida humana, animal y vegetal y con todos los paisajes de la naturaleza terrestre y, en su día, con cualquier otro lugar del universo.
1.5.No es fácil, vistos los hechos presentes y pasados, que existan los dioses imaginados que nos garantizarían una vida mejor. Ese “hedonismo del más allá” debe ser el mejor materialismo de este mundo.
1.5.1.Materialismo es haber construido iglesias, monasterios, palacios, museos,... con los mejores materiales disponibles en cada época, hayan sido o sean mármoles, piedras, maderas, metales, pinturas, lámparas, muebles,...
1.6.El mejor materialismo es el hedonismo para todos.
1.6.1.La realidad es cambiante como las nubes y las dunas, las dunas son materiales. La materia puede ser tan delicada y perfecta que puede merecer un cambio de nombre, no de estado, y llamarse espíritu, alma, belleza, placer, paraíso, piel, abrazos, sistema del amor, teoría de lo humano,...
1.7.Las nubes son los medios materiales de subsistencia de la mejor poesía de la humanidad.
1.7.1.Que nadie convierta a las nubes en mercancía.
1.7.2.Que nadie compre la Luna.
1.7.3.Que nadie venda el Sistema Solar en parcelas.
1.7.4.Que nadie le ponga precio al Universo.
1.7.5.Las nubes y las dunas son la materia y la utopía de los sueños, lo que debería ser imaginado, pensado, deseado y realizado.


EL TRACTATUS DE NIETZSCHE

1.¡Sí a la vida!
1.1.Decir sí a la vida es desear vivirla eternamente.
1.1.1.Y, si es necesario, eternamente repetida.
1.2.El eterno retorno de la vida es la alegría que nos lleva por encima de los que llenan de niebla, de obscuridad, de tragedia y de tinieblas la existencia.
1.2.1.La vida es radiante, generosa, proporcionada y desproporcionada, ágil, dinámica, saltimbanqui, embriagadora, móvil, cambiante, excesiva,...
1.3.Aprender a reír, a bailar, a saltar, a sonreír, a disfrutar, a sentir la comedia, a superar el drama, a ignorar la tragedia.
1.3.1.Habría que permitir que las cosas envejeciesen y se hicieran preciosas.
1.3.2.Hay que superar a todos los que dicen: “No puedes pasar”, “No puedes hacerlo”, porque pasar y hacer es seguir explorando a favor de la vida.
1.4.Más allá del bien y del mal particulares, más alto que los pequeños horizontes divisados desde los apartamentos de las playas, más lejos que lo que pueden imaginar los cansados gobernantes, con la misma energía y voluntad que los escaladores, alpinistas e himalayistas de todos los ochomiles ponen para superar las dificultades verticales, con la inocencia de los niños que juegan y exploran y recorren, por ahí transcurre la vida que asciende.
1..4.1.No hay más allá de las dunas.
1.4.2.La vida está esperándonos a todos, y es tan magnánima que se ofrece y se otorga y se entrega por completo a cada uno, y sigue creciendo, inaugurándose perpetuamente, reinventándose, recreándose,...
1.5.La vida, como la alegría, el amor, el deseo y la bondad, no se agotan ni se acaban por más que se derrochen.
1.5.1.¡Lo que Lou Andreas Salomé y yo podríamos haber vivido juntos si hubiese sido más espabilado!. Y si algo se malogró, ¡bien, adelante!
1.5.2.El desierto crece, alegre, y afortunadamente las dunas se expanden.
1.6.Las dunas y las nubes son la alegría del eterno retorno, la vida manifestándose en el cambio y la permanencia.
1.6.1.Amo a los que cumplen más que lo que prometen, a los que dan más que lo que dicen y más que lo que tienen, a los que regalan más que lo que son.
1.7.Las nubes en las dunas son Dionisos y Apolo juntos y abrazados y contentos en la orgía de la arena cálida, creando un inmenso volumen de alegría.
1.7.1.Me gustan los móviles de Calder, entre sus sugerencias se mueve la risa de la vida. Y es que la vida nunca se desanima.
1.7.2.Y las norias sacarán más arena y crecerán las dunas-las risas-las nubes del mundo.
1.8.Todo cuanto existe brinca de placer por su existencia, como si sólo fuera posible hacerlo una vez, como si esta fuera la única oportunidad.


EL TRACTATUS DE FREUD

1.Por debajo, o por encima, a la derecha o a la izquierda, por delante o por detrás de lo consciente, existe lo inconsciente, lo preconsciente, lo postconsciente, lo reconsciente, lo supra e infraconsciente, lo transconsciente.
1.1.El inconsciente es la alegría de las ideas claras y distintas, la salud de la vida racional, el motivo y el anhelo de nuestros actos conscientes, el fluir incesante de nuestras maravillosas pulsiones.
1.2.De ahí surge la líbido, el deseo infinito, la pasión inagotable, la sed indómita e implacable, el sexo deseante y deseado, el hambre devoradora de todas las realidades, el fuego inagotable que consume y no da pena.
1.3.Porque la luz, la razón, la inteligencia y el cálculo necesitan respirar el anhelo profundo del deseo, siempre renovado y siempre insatisfecho.
1.4.Esa pulsión vital, origen de nuestros actos, es reprimida demasiadas veces por nuestra razón, por nuestra consciencia, por nuestra inteligencia poco emocional, por nuestra cultura—filosofía—ciencia—arte a veces tan poco consoladoras.
1.5.Y, sin embargo, en el exceso y en la fiesta están latiendo todos los ánimos orgiásticos, la vocación secreta de perder del todo la cordura, la identidad personal y la sensatez de las torpes razones y de las pequeñas sutilezas del lenguaje, y llegar de una vez por todas, a la alegría embriagadora del sexo.
1.5.1.Ni el amor ni el sexo están domesticados ni en “su lugar”.
1.5.2.Entre los restos de las batallas y de las guerras sigue brotando la vida.
1.6.Si lo pruebas todo sabrás que la verdad, la razón, el lenguaje, el dios Apolo, la cordura,... son insuficientes.
1.6.1.Cada ser humano es y aspira a ser más y está en ebullición de ser energía que abandona el pequeño confort, el tímido bienestar, el apellido humilde, la riqueza relativa, el discurso empobrecido, de todos los días cotidianos diminutos y pequeños.
1.7.Las dunas y las nubes son el inconsciente que presiente el infinito deseo transformado en océano de arena, que apaga la sed de caminos y nos inicia en el exceso menos reprimido y más entusiasmado.
1.7.1.Es mejor vivir que reprimirse.
1.7.2.Mejor vivir sonriendo, placenteramente, que ser eremita misántropo.
1.7.3.Mejor la alegría de todas las conciencias que la seriedad de los necios burgueses. Hay que esforzarse para no odiar ni rechazar lo que no se cumple.
1.7.4.Mejor los estímulos y las respuestas logradas que el cálculo represor de los mejores momentos, de los mejores instintos.
1.7.5.El placer es el mejor psicoanálisis.
1.7.6.La alegría es el porvenir de toda ilusión, de todas las dunas, de todas las nubes, de todas las almas.


EL TRACTATUS DEL II WITTGENSTEIN

1.El mundo es todo lo que ocurre, sucede, acaece, pasa, es, existe.
1.1.Incluso lo que creemos, soñamos, pensamos, imaginamos, queremos, sabemos,... que ocurre y lo que podemos, deseamos,... que ocurra.
1.2.El solipsismo, como el autismo, es aburridísimo.
1.3.De lo que no se puede hablar mejor es callarse o seguir preguntando, estudiando, investigando, pensando, imaginando, acariciando, susurrando,...
1.3.1.Si descubres los límites del lenguaje recorres los límites del mundo, pero hay muchos mundos y el lenguaje también se adapta y se amplía y ...
1.3.2.Este es un juego con el lenguaje, pero hay muchos juegos que pueden ser y son mucho más interesantes y divertidos y fascinantes.
1.3.2.1.Aunque el mundo sea independiente, en parte, de mi voluntad, puedo renunciar a mi herencia y a mis privilegios, puedo ayudar a los demás, puedo entrar en el juego del lenguaje amoroso y en el juego amoroso con o sin lenguaje, puedo atreverme a jugar y subir por todas las escaleras,...
1.3.3.La mosca siempre descubrirá nuevas botellas de las que no sabrá salir.
1.3.4.Al aclararlo todo todavía no se ha aclarado el sentido de todo.
1.3.5.Esta manía de preguntar y de responder es tan poco gratificante como la de escribir proposiciones.
1.4.Las mejores proposiciones nos las hacemos los seres humanos unos a otros, unas a otros, o unos a otras, o unas a otras, o...
1.5.Buenas proposiciones son las que hacen el amor, la buena arquitectura, la mejor literatura, la pintura, la escultura, la música, la danza, el cine, el buen amor, la gastronomía, los paseos cordiales por la mejor naturaleza,...
1.6.Las proposiciones son como las dunas y las nubes, y el Tractatus es el desierto y la atmósfera infinita, tan difíciles como atractivos.
1.6.1.Las dunas y las nubes son proposiciones perfectas, exactas, felices, irresistibles e inolvidables, son playas sin falsificar.
1.7.El hedonismo es un juego fascinante del lenguaje y del mundo.
1.7.1.Si usas el lenguaje para propagar la alegría, el entusiasmo, la paz, las palabras y la comunicación, la concordia,... entonces habrás superado los límites de este mundo.
1.7.2.Si hay alegría no intentes describir nada, deja todo como está, así está perfectamente bien. De lo que no se puede hablar, mejor es alegrarse.
1.7.3.Todas las proposiciones son esclarecedoras de este modo: que quien me comprende, acaba por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido feliz, a través de ellas, fuera de ellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escalera después de alegrarse de haber hecho todo el recorrido.) Las nubes y las dunas son el juego verdadero.


EL TRACTATUS DE CALDER

1.Cuando todo sale bien, un móvil es una poesía que baila con la alegría de la vida y sus sorpresas. Cuando todo sale bien, la vida aparece.
1.1.Todo sale bien desde el hedonismo que uno mismo construye y practica, en el que se participa, en el que se comparte, en el que se regala, en el que se da todo, en el que se arriesgan todos los equilibrios.
1.2.El placer se mece suavemente, como un sueño, como la vida conseguida, como una sonrisa perfecta.
1.2.1.El placer más gozoso se mueve y te rodea si sabes esperarlo y merecerlo.
1.3.La poesía se mueve, interacciona, es aerodinámica, se estremece con un soplo, apenas está aquí o allí y te alcanza por cualquier otro lugar inesperado.
1.3.1.La poesía móvil es flexible, no es rígida ni se deja embalsamar ni atrapar por un concepto.
1.4.Desde los primeros años baila con alegría y gracia, deja que la música te inunde con sus fragancias rítmicas, melódicas, armónicas y tímbricas.
1.4.1.Aprended a bailar, a saltar, fijaros en los acróbatas y saltimbanquis, en la vida del circo.
1.5.La alegría es móvil en cada gesto, palabra, mirada, en cada pregunta curiosa, en cada movimiento, en cada instante.
1.5.1.Los que tienen suerte pueden sentir lo más importante: la belleza de la risa, de la alegría, la profunda alegría de la belleza que se ríe hasta de la verdad que se mueve.
1.6.La vida es tan fragmentaria como completa, tan breve como intensa, tan real como imaginaria, tan buena como si estuviese siempre llegando con toda la ilusión intacta.
1.6.1.La vida es acompañarte en el móvil de la suerte, verte brotando siempre.
1.6.2.Lo sorprendente es que las nubes y las dunas son móviles que hablan en silencio, que tiemblan sin moverse, que se transforman cambiando en todos los sentidos, que hacen teoría sin palabras.
1.7.Las nubes y las dunas son los móviles perfectos, diosas que no tienen prisa por desarrollarse del todo, que van siendo, grano a grano de arena, día a día, ilusionantes, animadas, bellas y tan estables como el mar de los azules en movimiento.
1.7.1. La vida es el juguete perfecto, hay que sonreír para agradecerlo y agradecérselo todo.
1.7.2.Como hacen los acróbatas y los saltimbanquis, hay que volar y sobrevolar las dificultades, hacer de un alambre una filigrana, de una nube una puesta de sol, de un grano de arena una montaña de alegría, de una duna un símbolo de la felicidad de la Luna, de un desierto un taller para crear atardeceres móviles y perfectos.


EL TRACTATUS DE LA TEORÍA DEL MUNDO PERFECTO

1.El mundo debería ser perfecto en la teoría y en la práctica, en la realidad y en cada deseo,
1.1.porque así sólo haces lo que deseas realmente
1.1.1.y sólo eres responsable del bien de la luz,
1.1.2.del placer de la alegría,
1.1.3.del mimo de la verdad,
1.1.4.de la felicidad de la belleza,
1.2.en el mundo perfecto se cumplen todos los sueños buenos, todos, y se viaja en la prodigiosa máquina de las palabras compartidas,
1.2.1.se producen milagros cada día y se santifican las horas, las mejores horas,
1.2.1.1.las hermosas horas dedicadas a ampliar el orbe celeste,
1.2.2.se alegran todos los ciudadanos de haberse conocido y se trasladan y viajan a donde quieren con quien más quieren,
1.2.3.todas las familias se llevan bien y están tan juntas como desean,
1.2.4.se viven todas las vidas que cada uno pueda imaginar y cada uno vive según su deseado y libre albedrío,
1.2.4.1.y vive y revive y existe y resiste y muere y resucita según su buen gusto y criterio
1.2.5.y se amplía la existencia en todos los órdenes para que te dé tiempo, todo el tiempo que desees, a disfrutar, a despilfarrar, a vivir y a dormir todo lo que quieras,
1.2.6.y eliges todo: ser, sexo, edad, condición y personaje
1.2.7.y el espacio se adapta a lo que necesitas y deseas en cada momento,
1.3.todos viven la sabiduría
1.3.1.y el amor es necesario
1.3.2.y la alegría es la atmósfera en la que se respira,
1.4.los que se quieren se quieren y no necesitan justificarse ni contratar tesis familiares
1.5.sólo hay circunstancias atenuantes, placenteras, hedonistas y dichosas, 1.5.1.favorecedoras de lo mejor,
1.5.2.inclinadas a la bondad de la seda
1.5.3.y a la suavidad del cariño,
1.6.evidentemente todos viven en paz y armonía y, por tanto,
1.7.el deber es la felicidad y el placer,
1.7.1.y el placer siempre es superlativo
1.7.2.y un bien tan superlativo como necesario es declarado de Utilidad Pública por todos los gobiernos del mundo,
1.7.3.y la felicidad es declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco,
1.8.y la vida es tan acogedora que se hace imprescindible y eterna para el que lo solicite,
1.8.1.y cada uno puede rejuvenecer a voluntad,
1.8.2.o por capricho,
1.8.3.o para probar y vivir con quien quiera, como desee y guste
1.9.y elegir puentes y fines de semana y dosis de alegría y de color,
1.9.1.y nadie está solo
y todos viven estupendamente acompañados
y los anillos de Saturno llegan a ser la superficie de las nubes
y de las dunas
y ocurren todos los delicias
1.9.1.1.y


EL TRACTATUS DE LAS NUBES Y DE LAS DUNAS

1.Sólo se vive una vez, no hay noticias ni datos de más.
1.1.Hay que probarlo todo, lo bueno, lo placentero, lo hermoso, lo bello y lo sublime, y además hay que vivirlo con intensidad.
1.1.1.Sería una pena perderse lo mejor de la vida.
1.2.El placer—gozo—entusiasmo—alegría es la verdad de los sentidos, de las sensaciones, de los sentimientos, de la sensibilidad, de la belleza, del arte, de la inteligencia, de las ideas, de la imaginación, de la memoria, de la razón, de la voluntad,...
1.2.1.Sería recomendable, necesario, y hasta imprescindible, ser y estar y vivir eternamente felices.
1.3.El mayor bien es el placer gozoso, festivo, lúdico y universal, es decir, para todos y en todo momento y lugar.
1.3.1.”Sólo se vive una vez” es, en los mejores momentos, la vida eterna.
1.4.Todas las motivaciones conducen a la alegría, proceden de la alegría y caminan por la alegría de vivir, de existir.
1.4.1.La alegría amplía la vida hasta límites insospechados por los propios protagonistas.
1.5.Si alguien “vive” de verdad no necesitará leer ni pensar todo esto, se limitará a disfrutar de todo, a divertirse con todo y a entusiasmarse con todo.
1.5.1.Pero leer todo esto, y entenderlo, puede ayudar a desatar complicaciones y a sonreír con fluidez.
1.5.1.1.A vivir que son dos días, o diez mil, o cien mil millones de encuentros.
1.5.2.Esto podría servir para indicarle a la mosca atrapada en la botella el camino de salida. La mejor salida siempre es alegre.
1.5.3.Y sonreír con razón, por todas las razones, por todas las nubes que nunca provocan un día nublado, por toda la arena que se va acumulando en cada casa, por todas las palabras dichas y dichosas y por todos los sueños realizados.
1.6.Las nubes y las dunas ascienden y descienden, crecen y decrecen, se mueven y se detienen, se mantienen iguales a sí mismas y se transforman siempre con alegría,...
1.6.1. ... con esperanza, con inocencia, con una sonrisa perfecta y una mirada que atraviesa planetas, con una visión cómplice de todos los placeres y de todas las alegrías.
1.6.2.Las nubes y las dunas son humanas, móviles de gas y de agua aligerada, olas de arena, mármol, marfil y plata dorada, que empiezan a ser estatuas y acaban siendo esculturas móviles.
1.6.3.Sólo al salir de las cavernas aparecen las nubes y las dunas de colores cálidos.
1.7.Las nubes y las dunas son la fiesta afortunadamente interminable.
1.7.1.Vivir en las nubes, en las dunas, en la Luna.
1.8.Vivir sin tormentas de agua ni de arena, sin terremotos ni maremotos, sin desastres naturales, sin dioses que necesitan teodiceas.

(...
— Es interesante este juego.
— Sí, es un juego curioso y que permite pensar.
— ¿Podemos jugar tú y yo también?
—Por supuesto.
—Empieza, hacemos una proposición cada uno.
—De acuerdo:

“—1. El mundo es real, material, verdadero, esencial, placentero, físico, substancial y también es mental, sugerente, elocuente, inquietante, afectivo, sensual, sentimental, emocionante, imaginario, apasionante, alegre, feliz,...
—1.2. En este mundo real pueden entrar otros mundos posibles, es suficiente respirar para saberlo, para notarlo, para sentirlo, para vivirlo, para ampliarlo.
—1.3. La generosidad es el mejor estímulo y la bondad el mejor resultado, la sinceridad es suficiente para llenar de vida un océano entero y para prolongar las pasarelas que sólo existen en la imaginación.
—1.3.1.Lo esencial es el amor más entrañable entendido en el mejor de los sentidos: “Según cuenta el propio Habermas, poco antes de que Marcuse cumpliese ochenta años se preguntaban ambos cómo explicar la base normativa de la teoría crítica. Pero Marcuse no respondió hasta la última vez que se vieron, dos días antes de su muerte, ya en el hospital: “¿Ves?”, dijo a Habermas. “Ahora sé en qué se fundan nuestros juicios de valor más elementales: en la compasión, en nuestros sentimientos por el dolor de los otros”. Que son nuestros mejores sentimientos, compasión y con pasión.
—1.4. Decir sí a todo sólo está al alcance de los dioses.
—1.5. Todos los seres humanos, están situados en una escala como esta:
—1.5.1. Seres que pasan por aquí.
—1.5.2. Coinciden simplemente en este espacio por un tiempo.
—1.5.3. Son seres, vivos, universales, cósmicos, mundiales, galácticos, solares, terráqueos, terrestres, vecinos, conciudadanos, amigos, compañeros.
—1.5.4. Son muy buenos compañeros de trabajo y comparten horarios, hábitos, costumbres, criterios y métodos, y cursos y manifestaciones.
—1.5.5. Amigos y cómplices en el color de la alegría y lo bien que lo están pasando, se ríen siempre juntos.
—1.5.6. Amigos de verdad, compartiendo el valor de las cosas más importantes, vibrando al unísono.
—1.5.7. Son amigos del alma, un vínculo eterno y teórico, cualquier cosa que uno necesita, sea cual sea, sea cuando sea, el otro se la daré sin que se la pida.
—1.5.8. Quieren compartirlo todo, tan románticos como, posiblemente, inmaduros, almas especiales destinadas al viento de las nubes que sopla sobre las dunas.
—1.5.9. Son capaces de las más extravagantes locuras que iluminan a los enamorados a los que les sonríen todas las fortunas.
—1.5.10. Necesitan su “presencia y su figura”.
—1.5.11. Despiertan otra vez y están enamorados con el mismo y eterno entusiasmo.
—1.5.12. Infinita y apasionadamente enamorados, afortunadas víctimas divinas del amor más tierno y apasionado.
—1.5.13. Almas gemelas en cuerpos comparados, uno no es nada sin el otro.
—1.6. ¡Qué peligro deslizarse de un número a otro!, ¡de una palabra a otra!, ¡de una nube a otra!, ¡de una duna a otra!, ¡qué fascinante ascender y descender!, ¡qué peligro tan hermoso!, ¡qué imprevisible!
—1.7. “El premio es el amor”, como dice Mozart en “La flauta mágica”, hermoso canto al hedonismo, al placer, al conocimiento, a la fraternidad, a la paz y a la felicidad.”
—Creo que me gusta.
—Tal vez quiera expresar demasiadas cosas.
—Tal vez falta algo o alguien, no sé.
—Si, es posible, pero lo que está es imprescindible.
—Sí, creo que lo entiendo, comienzan exponiendo alguna parte de sus ideas, pensamientos, reflexiones, obras, y después pasan por el hedonismo, la alegría, el placer y llegan hasta las nubes y las dunas.
—Ese es el esquema, todos los sistemas, artes, discursos, por más maravillas y verdades que atesoren, pasan siempre por el mismo recorrido para completarse y lograrse, hasta llegar a las nubes, a las dunas, al movimiento, a la metamorfosis, a la vida, a la transformación.
—Y las nubes son algo más que condensaciones de gases y la superficie de las nubes es algo más que la causa de un reflejo que acelera cambios climáticos y vitales, y las dunas son algo más que colinas, algo más que montañas de arena que se mueven de los desiertos a las playas en que nos bañamos.
—Sí, deben de ser algo más.
—¡Todos los placeres concentrados en una mirada que es el Ser de los sabios!
—¡Placeres compartidos, ofrecidos, donados, regalados,...!
—¡Vidas eternamente agradecidas!
...)

La superficie de las nubes-28

26. SERENIDAD EN EL AEROPUERTO

“¡Ay, el hombre retorna siempre! ¡El hombre pequeño retorna siempre!”
“Amigos míos todos, dijo el más feo de los hombres, ¿qué os parece? Gracias a este día yo estoy por primera vez contento de haber vivido mi vida entera ... Merece la pena vivir en la tierra: un solo día, una sola fiesta con Zaratustra me ha enseñado a amar la tierra.
¿Esto era la vida? Quiero decirle yo a la muerte. ¡Bien! ¡Otra vez!”
(Así habló Zaratustra)

“Pese a esta creatividad, se veía condenado a vivir en un mundo lleno de sufrimiento, un mundo contra el que en definitiva su poder creativo no servía para nada. Su autorretrato caracterizado de Cristo es el retrato de un creador en el lado equivocado de la creación, un creador que no ha tenido parte en su propia creación.”
John Berger: “Durero: retrato del artista”, en “El sentido de la vista”.

A Sebastián se le ocurrían historias que demostraban que no había superado todavía su pasado más reciente. Un día imaginó una historia en un aeropuerto y la escribió de este modo:

Dejó su trabajo, abandonó su casa y sus pinturas, su música y su jardín, sus libros y sus dibujos, sus esculturas y sus espacios, sus fotografías y sus películas, cogió el primer avión hacia cualquier destino, allí, al llegar al aeropuerto se sentó en una sala de espera y se limitó a observar a las personas que pasaban, aparentemente atareadas, aparentemente con sentido, aparentemente seguras de sí mismas. Eso le tranquilizaba, eso de que existiesen personas que parecían enteras, sólidas, seguras e inmunes a los desasosiegos le consolaba de alguna manera. Así estuvo unos días hasta que llamó la atención de los policías de seguridad del aeropuerto que lo veían siempre sentado en el mismo banco. Lo llevaron a la Enfermería y él no se resistió. Antes de que llegara el médico pudo leer esta cita que estaba escrita en un cartel de su despacho:

“El hombre es partícipe de un mundo que no dominará nunca, al igual que es dueño de un cuerpo que siempre se le escapará. Y de un alma inalcanzable.”
Edmund Jabés: “Un extranjero con, bajo el brazo, un libro de pequeño formato”.
—Médico (M): ¿Qué le sucede?
—Caminante (C): No lo sé.
—M: Pero, qué hace aquí, en el aeropuerto, sin salir durante días y días, ¿le pasa algo?
—C: No, no me pasa nada, se está bien sentado, sin hacer nada.
—M: Algo tendrá que hacer, no va a estar así toda su vida.
—C: No me interesa nada eso que llama “toda mi vida”, simplemente me siento en un sillón y ya está.
—M: Eso no es muy normal.
—C: No me interesan mucho las estadísticas, no será normal pero es lo único que puedo hacer.
—M: ¿Le ha sucedido algo?
—C: Estoy algo cansado, erosionado, escéptico, es como si no fuese capaz de creer ya en nada, desmantelado, desfondado, sin estructura, sin fondo y sin forma, sin columna vertebral, sin imagen de mí mismo, sin ganas de nada, ni de morir ni de vivir.
—M: ¿Quién es usted?
—C: No sé, he llegado hasta aquí y aquí estoy.
—M: No se puede estar así sin más, usted tiene que ser alguien y tiene que hacer algo.
—C: Sí, sí, muy bien, yo soy yo y estoy sentado en esta silla.
—M: Me refiero a que tendrá que ir a su casa.
—C: No quiero ir a mi casa, no quiero saber si tengo casa.
—M: O ir a su trabajo.
—C: No tengo ningún interés en volver a mi trabajo, no quiero ni oír hablar de él.
—M: ¿En qué trabajaba?
—C: Era profesor.
—M: ¿Y?
—C: No me interesa enseñar en un mundo donde casi nadie quiere aprender ni escuchar. Educar es una inversión arriesgada, no hay relación entre las horas dedicadas y los resultados obtenidos. No me interesa ahora mismo educar, si no me sostengo yo cómo voy a ayudar y educar a los demás.
—M: Podría cambiar de trabajo.
—C: Una actividad a cambio de dinero, no gracias, no me interesa.
—M: ¿Por qué no le interesa?
—C: Mire, han llegado a convertir a casi todos los seres humanos en “individuos” y los individuos, así, de uno en uno, son fácilmente manipulables. A continuación lograron diseñarlos a medida, se les enseñó a consumir, a desear lo que se les mandase: dinero, casa, coche, grandes superficies comerciales, consumo, más dinero, cine, música, bebida,... y como los ciudadanos son obedientes y como están bien domados atienden a todo lo que se les mande, consumirán lo que consuma la mayoría y así se obtiene esta abundante cosecha de hombres—masa, de rinocerontes, de hombres unidimensionales, con una existencia inauténtica.
—M: ¡Menudo diagnóstico!
—C: ¿Usted ha visto alguna vez una mula con orejeras dando vueltas y vueltas alrededor de una noria para sacar agua o un burro con una zanahoria delante de los ojos y atada a su cabeza de tal modo que, por más que camina, nunca llega a alcanzarla?
—M: No, no lo he visto, pero puedo imaginarlo.
—C: Pues así veo yo a la mayoría de los seres humanos, como pobres animales siempre atareados y siempre corriendo detrás de esas zanahorias—dineros—migajas que les ofrece este sistema económico. No me interesa esto.
—M: ¿No le interesa vivir bien, cómodamente?
—C: Aquí estoy bien, estoy vivo.
—M: Me refiero a vivir en una buena casa, un buen coche, viajes, vacaciones,... no sé, disfrutando de la vida. El hedonismo es la mejor terapia.
—C: No me interesa ser un esclavo de mis necesidades, me interesa más ser libre.
—M: ¿Libre de qué?
—C: Libre de este sistema, de este mundo, libre de mis propias necesidades porque yo las tuve y muchas.
—M: Eso es muy raro.
—C: Libre de mí mismo.
—M: Demasiado despojamiento.
—C: Demasiado imbécil suelto.
—M: En eso tiene razón, pero, qué va a hacer.
—C: ¡Nada!
—M: Y, ¿qué espera?
—C: A nadie, no espero nada.
—M: No me lo creo, aquí, en el aeropuerto ya nadie espera a Godot.
—C: Ni a Godot ni a nadie.
—M: Es usted muy curioso.
—C: Estoy ya muy harto. Mire, parece un juego de palabras pero es verdad, a la larga la vida es corta, breve, a veces indecisa, demasiado discreta, tímida tantas veces, casi siempre caduca y, lo peor de todo, con la sensación de que estás siempre sin alcanzar lo más importante, de que uno siempre está lejos de lo que más necesita, de que uno sólo es un montón de palabras.
—M: ¿Necesita ayuda?
—C: Todos necesitamos ayuda, pero yo no la he pedido.
—M: De todos modos parece que la necesita.
—C: Sólo quiero estar sentado.
—M: Tendrá que levantase alguna vez.
—C: Sí, voy a los aseos y vuelvo.
—M: Tendrá que comer algo.
—C: Sí, un bocadillo de vez en cuando, tomo algo en la cafetería.
—M: Tendrá que dormir.
—C: Me tumbo sobre unos sillones de cualquier sala de espera.
—M: ¿No quiere hacer usted nada más?
—C: ¡Nada!
—M: Parece que ha llegado a una posición sin salida. Mire este texto del libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” de Oliver Sacks, “Nosotros tenemos, todos y cada uno, una narración interna, cuya continuidad, cuyo sentido, es nuestra vida. Podría decirse que cada uno de nosotros edifica y vive una “narración” y que esta narración es nosotros, nuestra identidad.” Usted también tiene una historia, una memoria, y debe recuperarla.
—C: Sin salidas ni entradas.
—M: ¿Desea morirse?
—C: Ni deseo vivir ni morir, como decía Epicuro ni la vida es siempre el mayor de los bienes ni la muerte el mayor de los males.
—M: ¡Curiosa filosofía!
—C: Tranquila y sabia, prudente, poco ruidosa. Decía Luís Cernuda en “Primavera vieja”: “Cuán bella fue la vida y cuán inútil.”
—M: ¿Y eso es suficiente?
—C: Para mí, ahora, sí.
—M: ¿Y no piensa hacer nada?
—C: Pienso bastante, pero lo de hacer algo parece que, de momento, no. Leo, por ejemplo a Francisco Brines, “Yo sé que olí un jardín en la infancia una tarde, y no existió la tarde.”
—M: ¿En qué piensa?
—C: En la vida en general, en el mundo, en nada concreto. En cuando era niño y me regalaron un pequeño león dorado, que yo creía de oro, entraba en mi mano de niño, pero lo perdí muy pronto; desde entonces lo he estado buscando, sólo creí ver sus huellas en Venecia.
—M: ¿Y por dónde están sus pensamientos?
—C: Están cansados y tristes por contemplar como vamos despreciando la vida humana para valorar más cualquier otra cosa material.
—M: ¿Qué más recuerda de su niñez?
—C: Jugábamos con la realidad, con la naturaleza, con las piedras del río, con los árboles y arbustos del monte Pajariel, jugábamos con las pequeñas montañas de arena que dejaban los camiones en las obras para hacer cemento; jugábamos con coches de juguete, con las manos, con el trineo de madera que construimos aquellos días de invierno que nevó y heló tanto. No sabíamos lo que era la realidad virtual, ni que toda la realidad en el fondo es virtual, ni veíamos demasiado la televisión, seguramente éramos felices y no lo sabíamos, jugábamos en una ciudad bastante destartalada, con calles sin pavimentar ni asfaltar, mal iluminadas y llenas de baches y de charcos cuando llovía, todos los días nos ensuciábamos jugando, todos los días hacíamos algo para seguir saltando entre los troncos del aserradero y colocábamos puntas en los raíles del ferrocarril que, después del paso del tren, se convertían casi en chapas aplastadas y alargadas con forma de pequeñas espadas,...
—M: ¿Está deprimido por eso?
—C: Por mi niñez no, pero ahora estoy harto, confuso, cansado, abrumado por todo. Es como notar que todo se tambalea y se resquebraja, que la entropía aumenta, que el entusiasmo se agota y que la colección de síntomas crece. Como no he logrado ningún objetivo he decidido vivir sin objetivos, sin metas, sin fines, completamente inocente.
—M: Necesita descanso.
—C: Seguramente sí.
—M: De momento lo voy a ingresar en la enfermería, le daré un calmante para que duerma y descanse profundamente, mañana volveremos a hablar.
—C: Haga lo que deba hacer, yo no me opondré.
—M: Cumplo con mi deber.
—C: Eso está bien.
—M: ¡Descanse!, nosotros cuidaremos de usted.

Después de tomar el calmante quedó dormido y relajado en una camilla de la enfermería, pero su mente siguió maquinando y podemos ser conscientes de sus actividades mentales porque el médico encendió un magnetófono para grabar su voz en cuanto él comenzó a hablar en sueños y, aunque todo esto sea difícil de precisar, pues parecía un monólogo solipsista, de alguna manera tienen que aparecer sus palabras porque eran reales.
“Romper la inmaculada virginidad de la nada, acceder al secreto más íntimo del no ser, descansar del todo en la ausencia, dejar que se asiente el caos diluido en las neuronas ... Siempre había creído que la responsabilidad y la culpa eran asuntos externos a mi vida, que los demás se equivocaban, que no se ajustaban al horario de mis manías, que no sabían hacer lo oportuno en cada momento ... Ahora creo percibir en mi interior, cada vez con más claridad, que tal vez siempre he estado equivocado, que de mí y sólo de mí surgían, como de un pozo siniestro, culpas, frustraciones y faltas continuas de confianza en mí mismo. Tal vez lo que veía antes como desatenciones no era nada más que la vida improvisando, lo que percibía como fallos eran diferentes ritmos para hacer las cosas. Tal vez todo estaba mejor hecho de lo que creía y un raro resentimiento era el que me hacía creer lo contrario ... Era posible, como decía Rousseau, que el mundo estuviese bien al salir de las manos de Dios o del Cosmos, en la naturaleza no manipulada, y era posible que se estropease en mis manos y en algunas manos humanas.
Está claro, yo no soy la mejor compañía para nadie, ni siquiera compañía para nadie. Soy maniático, autoritario, caprichoso, solitario, incapaz de conseguir auténticos amigos, con verdaderas insuficiencias sociales,... siempre he disfrazado mis limitaciones y mis deficiencias con extrañas teorías tomadas sin sentido de célebres intelectuales y artistas. Por ejemplo Ionesco y su obra “El rinoceronte” me sirvieron mucho tiempo para justificar mis posiciones, todos los demás se estaban transformando en brutos, en bestias, en seres insensibles, incultos, masificados, adictos al consumo, obedientes a la sociedad del bienestar televisado, dependientes de la continua satisfacción e insatisfacción de los objetos y objetivos publicitarios ... Mientras tanto yo era capaz de mentirme y de considerarme un personaje poco frívolo, poco alegre, poco propenso al consumo, que se sentía superior sólo por el hecho de vencer pequeños deseos y de disfrutar con los “Nocturnos” de Chopin. Podía disimular y refugiarme en cualquier vanguardia y estar muy bien con Sócrates y su sentencia “¡Cuántas cosas hay en el mercado y qué pocas necesito!”; todo esto le venía muy bien a mi ego herido y maltratado, mi venganza sobre el mundo y mis conciudadanos consistía en sentirme superior en esas memeces y tonterías, en ese vencer la tentación para no caer continuamente en caprichos sin sustancia ... es decir, era, o sigo siendo, un perfecto gilipollas. Y lo realmente preocupante es que el que no tenía sustancia era yo, por eso me callaba y tenía miedo, por eso estaba convencido de que si hablaba un poco todos se darían cuenta de la superchería y del engaño, yo era una seudo-persona, un seudo-hijo, un seudo-padre, un seudo-marido, un seudo-compañero, un seudo-amigo, un seudo-profesor y siempre sin compromisos, sin implicarme en nada en exceso a no ser en mi mezquino narcisismo y en mi refinada complacencia en un solipsismo cada día más ridículo y ramplón ... ¡Patético!, ¡ridículo!, extraño para mí mismo, capaz de creerme alguien por no ser capaz de creer en nada, desmontando las teorías ajenas sin conocer ninguna idea propia, apropiándome de cualquier filosofía de la sospecha para ahorrarme el esfuerzo de sospechar cualquier pensamiento en mí mismo, en suma, soy un fracaso bien organizado, aderezado y envuelto, prácticamente un genio inverso, una vocación para la nada, un sinsentido ambulante, una sensación de fracaso que colecciona malestares y síntomas de enfermedades, una sima de agobios, de prohibiciones y de malas resoluciones ... Saber esto me podría permitir cambiar, modificar mi conducta, ser humilde, generoso, un ciudadano normal, ninguna eminencia olvidada, ningún genio por descubrir, ningún ser sobresaliente en nada. Pero es duro ser consciente de la propia insignificancia cuando se ha querido toda la vida salir del montón de los grises repetidos y ser reconocido como alguien decisivo; claro que la importancia siempre es relativa, puedes llegar al Instituto y a la Universidad y ser licenciado y doctor y profesor de Instituto y profesor de Universidad y Ministro de Educación y Ciencia, pero hasta el más insigne y merecedor de los Premios Nobel puede temblar si se compara con Cervantes, con Galileo, con Platón, con Bach, con Durero, con Miguel Ángel o con Gandhi. Podrías llegar a ser Dios y comprobar que hasta los dioses son mediocres y siguen aspirando a más, es posible que lo más importante es algo que siempre has querido hacer y que has dejado pasar, tal vez la vida sea precisamente aquel momento pero ni Dios sabe si llegará a darse otra oportunidad.
Pero vivir, “¡vivir!”, es el premio más importante ...
Si eres orgulloso yo seré un soberbio, si llegas a ser soberbio me volveré absolutamente engreído de mí mismo, si lo consigues me convertiré en un dios egoísta, solitario e intratable; si me alcanzas me disolveré en un punto insignificantemente denso y microscópico, si me sigues seré nadie en medio de la nada y, si eres capaz de no ser nada, entonces volveré a ser lo que era y descansaré tranquilo. Volvería a empezar ahora mismo.
Reposa tu cabeza en mi hombro y dame la mano, descansa, estás cansado y necesitas tranquilidad para que toda la melancolía se convierta en arena de la playa, de las dunas, de los terribles relojes de arena que siempre saben convertir el tiempo en polvo, la vida en arena, la estatua en viento policromado, la existencia en perpetuo movimiento.
Descansa, sé que no entiendes lo que hay a tu alrededor, pero casi todo te gusta, te alivia ver a las personas sentadas en una terraza en la plaza tomando un refresco, te recompensa ver a un joven patinando por la calle, y a los niños intentando ser más ágiles que las ardillas, y a los adultos olvidándose de su eterna seriedad por unos momentos mientras ven una actuación callejera, te gusta ver como vuelan por los aires las preocupaciones y como las palomas y las gaviotas describen juegos de líneas entre los aleros y las calles; sí, sé que no lo entiendes, pero te gusta, sé que admiras la maravillosa inconsciencia de la vida, sé que cuando te mueras no dirás “Rosebud”, dirás “Nubes, más nubes”, casi como Goethe. Todo te conmueve, demasiado diría yo, demasiado sensible; peor aún, sensiblero; peor, sentimental; peor todavía, ridículo y patético; peor, siempre peor, gilipollas. Pero así eres, te diluyes en la música y sólo quieres consistir en el abrazo que te dan, presente eterno, dicha merecida por los dioses,... Tú que eres capaz de ver oro, joyas, diamantes, tesoros,... allí donde nadie percibe nada más que una duna, un árbol, una flor, una mujer, un sol que es estrella a todas horas y que siempre sabe multiplicarse, ser la aurora y la luz del mediodía, cuando no hay sombra y todo está inundado de ser, de presencia y de pálpitos ...
Sé que eres así, tan delicado como proteico, tan lógico como un hexaedro que no se conforma con tener todos los lados cuadrados y todos los ángulos rectos y, por eso, a veces eres un prisma de cristal, pirámide de arenisca en el desierto, cono de luz, cilindro emocionado hasta decir ¡basta!,... Pero ¡basta!, sí, ¡basta!, es suficiente, lo que te han dado es tanto y tan puro, tan perfecto y armonioso, tan elegante y sugerente, tan verdadero y tan bello, tan divino y tan sublime, tan cima del mundo y tan inspirado, que ahora te va a costar trabajo volver a la realidad, regresar al mundanal ruido, retornar a un origen que ya no es más que ausencia, vacío, soledad y nada. Sí, sé lo que piensas, no quieres resignarte, antes te dejarás morir de alegre melancolía que creer en la prosa rutinaria y sin efervescencias de cada día; tú quieres vivir en verso, en la Luna, en el hilo que deja la música, en la emoción que te llena de lágrimas los ojos; sí, sabes que si existiese Dios sería sólo un pobre aficionado, y sabes que para ser todo real el mundo es bastante mediocre, y que la virtud no es suficiente para sonreír. Tenías que haber llegado antes, tal vez antes de que empezase todo para ver que no era tan bueno y así sólo darías paso a lo más hermoso que ha sucedido jamás y lo harías eterno, único, admirable, modélico y desde esa perfección no serían necesarias las imitaciones ni las copias, ni las criaturas ni las posibilidades.
Duerme, descansa, estás agotado, es exagerado vivir miles de millones de años sólo para verla, para estar a su lado, para coincidir un tiempo tan breve; es una barbaridad existir tanto tiempo para esperarla y, cuando llega el momento, sentir que algo os separa, que algo hace imposible el encuentro, la reunión, el viaje conjunto. La vida que camina a veces tan despacio ahora ha dado un requiebro y sólo la puedes ver a distancia. Es incomprensible que hayas creado el universo sólo para ella, cuántos rodeos, cuántos circunloquios, cuántas evoluciones de materia a vida a conciencia a alegría, cuántos matices tectónicos, cuántos meandros biológicos, cuántas circunvoluciones cerebrales, cuánta música a la espera. Eres un dios de mentira, con minúsculas, ¿dónde se ha visto a un creador absolutamente enamorado de una de sus criaturas?, eso no puede ser, los dioses siempre han estado por encima de esas cosas; pero tú no, tenías que haber sido tú el que acumulase tantos excedentes de fuerza, de energía y de potencia para crear esa maravilla que ahora se independiza de ti, que tiene vida propia, que tiene su vida y tu vida, tu poder y tu riqueza. Es el primer caso en el que un dios le ha dado todo a su criatura y se ha quedado perfectamente alienado, se lo has dado todo, le has dado demasiado y te has quedado vacío, desolado, deshabitado, enterrado en la arena, pero todavía puedes ver a través de todos los infinitos trillones de moléculas de agua de los miles de millones que componen sus manos.
Advierte que debes respirar, ¡respira!; recuerda que puedes caminar, ¡camina!, ¡levántate y anda!, ¡muévete!; ¡no te olvides de que toda la realidad te necesita, sí, te necesita y tienes que ayudar! Tienes la edad suficiente, y adecuada, para ser un cínico, un aprovechado, para pensar sólo en pasártelo bien, para perseguir tu propio placer y tus propias satisfacciones y, sin embargo, no haces más que pensar que, aunque no obtengas ninguna ventaja, ningún beneficio, aunque sus decisiones no te incluyan ni te agraden, aunque no obtengas ninguna recompensa, seguirás esperando el lado dulce de la vida.
En una ocasión te pregunté qué te llevarías a una isla desierta y me dijiste: “Me llevaría a mi mismo y seguiría desierta, porque no consisto en nada, mi ser se ha diluido en una desintegración difícil de sostener; en realidad nada me importa ya o me importa tan poco que apenas se nota mi deseo, mi esfuerzo o mi objetivo. Pero me llevaría las nubes, las dunas y las olas.” Nunca mejor dicho si se trataba de ir a una isla.
En otra ocasión hablamos sobre qué llevarías a un planeta deshabitado y me contestaste: “Me llevaría a mí mismo y seguiría deshabitado, porque sólo conozco dificultades para encontrar el sentido, sólo veo lo que nadie mira, sólo me esfuerzo en pasiones inútiles, absurdas y disparatadas. Pero me llevaría la alegría.”
La última vez te pregunté qué te llevarías de esta vida a una vida mejor y me respondiste: “Me llevaría el silencio, la paz y la serenidad de los colores de la naturaleza y algunos, muy pocos, buenos seres humanos; los icebergs y la nieve, los desiertos, las altas montañas donde tan difícil es vivir, donde tan complicado es sobrevivir; me llevaría la melancolía y la alegría que proporcionan el conocimiento, las risas, la música que es capaz de darle esa infinita elegancia al tiempo, la lluvia de estrellas, el deseo satisfecho, la duración y el descanso, la eternidad de las miradas generosas que no son como los neutrinos, que nos atraviesan y nos vuelven totalmente locos. Y me llevaría nuestras ilusiones.”
Sólo por la existencia de algunas personas el mundo está redimido, justificado, explicado, salvado, incluso para el hombre más feo del mundo.”

(...
—¿Qué le pasa a este hombre?, ¿es por este episodio por lo que está en el sanatorio de las nubes y de las dunas?
—Puede ser, sobre todo parece que se pregunta qué es la vida cotidiana.
—Y qué es la vida.
—Nadie lo sabe, a veces parece un proyecto inacabado, incompleto, inexacto, inseguro, inconcluso e incierto, sobre todo para los que viven rodeados de las músicas de las esferas soñadas desde el cielo.
—¿Y qué es la vida sino un ir más allá de lo que está dado y puesto a tu alrededor?
—La vida es superar lo que simplemente sucede, lo que ocurre y pasa.
—Es comentar, hablar, valorar hacia arriba todo lo que nos rodea.
—Sí, desde este fragmento miramos a la totalidad, desde este efímero existir sabemos donde está la eternidad, desde esta fragilidad llegamos a lo que permanece inalterable.
—Sí, todos queremos más vida, más disparates, más atrevimientos, más aventuras y más deslices, más deseos y más alegrías.
—Y más fiestas y más recreos, más cielos en la Tierra, más paraísos cercanos, más presentes, todos los presentes en el maravilloso y eterno presente de indicativo.
—Y más índices y más direcciones, más catálogos y más atlas de alegrías y placeres, de hedonismos y energías, más música perfecta, más sabiduría para todos.
—Y más entusiasmos y más risas, sobre todo más risas y menos ridículos, más desnudos y más vacaciones, más playas y más montañas. Que la Tierra te diga que te quiere, que brote toda la Naturaleza de pura alegría, que te dé fuerza, calor, vida, entusiasmo, amigos, valor, confianza, amor y enhorabuenas, que te feliciten simplemente por ser.
—Y más vínculos y más relaciones, más y mejores amigos y vivirlo todo con más intensidad, más duración, más eternidad en cada instante, más inmortalidad para el que la solicite, la pida, la quiera o la merezca.
—Y más paz y más lunas y dunas de miel, más días y noches de encuentros apasionados, más colores, más viajes.
—Decía James Lovelock que “de entre todos los privilegios que se le otorgan a uno cuando sobrevive más de 50 años, el mejor es el de la libertad de ser excéntrico”. Me gusta ser excéntrico.
—Lo eres.
—A veces me pregunto, como él, quién soy yo.
—¿Y?
—Un pobre diablo, un individuo frustrado, un espécimen con pocos deseos satisfechos, un ser a veces intratable, un pobre sujeto miope y desgarbado; un pobre hombre, un montón ambulante de defectos, un cúmulo ambicioso de sinsentidos que hasta se arrepiente de los muchos años que ha vivido sin saber que existía la vida plena y gozosa.
—No será para tanto.
—Peor lo que no se ve en el espejo, porque entonces me noto con una sana envidia de la alegría y de la felicidad que pasan a mi lado sin poder cogerlas, me veo harto de dificultades, de conflictos, de frustraciones, de obstáculos, de deficiencias, de insuficiencias; con poca memoria y mal trabajada, con una mente dispersa y sola, que no sabe compartir ni comunicarse. Además, por si fuera poco, me imagino y me sitúo en el mito de la expulsión—exclusión del Paraíso.
—Exageras.
—Y, si prescindimos de mi biografía, entonces sólo soy una mente que piensa poco, que lee mucho y entiende menos de lo debido; me veo capaz de llegar a los confines más alejados del universo, de recorrer mesetas heladas, de soñar, de volar, de imaginar; quiero saber y conocer, tengo una curiosidad universal, pero no la sé realizar.
—Hoy estás en un plan bárbaro.
—En realidad casi no somos nada, quita las fantasías y las creencias, las opiniones y las razones, y sólo queda un ser que desea perseverar, darle forma a alguno de mis proyectos: escuchar música, ir al cine, perder el tiempo, escribir, hacer móviles, pintar, leer, vivir tranquilo y excitado, en silencio y huracanado, con poca luz y deslumbrado, con pocas necesidades e infinitos deseos. Pero se puede salvar el sentido del mundo, encontrar el origen, la causa, la esencia y el principio de todo; la razón y la pasión de ser. Por eso quiero llegar hasta lo esencial antes de que lleguen los historiadores y los que insisten en definirlo todo.
—Nosotros no sabemos y por eso lo nuestro, lo que nos sucede ahora, es efímero, cambiante, móvil, inseguro. Vivimos al día, con propuestas poco definitivas, con instalaciones que han de ser desmontadas antes de ser conocidas. No sabemos pensar como El Bosco o como Brueghel, por eso pintamos colores y formas que pasan de moda y caducan antes de madurar. Ahora sabemos que el pensamiento es débil, que la filosofía, la ciencia, la tecnología,... son insuficientes. Sabemos que el mundo tiene fecha de caducidad, apenas podemos ser inocentes.
—Nadie quiere ser “yo”. Queremos vivir como Dios o ser dioses, vivir como un rey, como un cura, como un rajá, como un príncipe; pero todo el que desea vivir tan bien lo desea para él, no quiere cambiarse, es él el que desea vivir como otro y nadie quiere tu “yo”, nadie envidia tu “yo”. Este personaje actual sólo es capaz de envidiar y de copiar a los otros.
—En realidad no queremos ser “yo”, demasiada vida consciente, por eso inventamos tantas cosas para evitarlo, rezar, trabajar, soñar, leer, ir al cine, ver la televisión, distraerse, atarearse, lo que sea con tal de no ser consciente, de no pensar, de no sacar conclusiones.
—Es complicado, siempre nos pasa algo.
—Siempre.
—Siempre podemos imaginar algo de nuestro pasado, parece una historia que demuestra que no ha superado todavía su pesimismo anterior.
—Como si nada le “consolase”.
—Es como si siguieran resonando en el presente todos sus fracasos anteriores.
—Le falta la agilidad necesaria para vivir con fluidez.
—Sí, se interrumpe demasiado.
—Vivir es más sencillo.
—Tendría que disfrutar más y pensar un poco menos.
—Y estar satisfecho con lo que es y con lo que tiene. Pero todavía tengo que contarte algo.
—¿Otra cosa que le sucede a Sebastián?
—Sí.
—Pues parece aquello que decía Cervantes en el capítulo XXXIII del Quijote, “pasa tanta infinidad de agua, tanta diversidad de climas, tanta extrañeza de gentes”, siempre le pasa algo raro.
—Siempre nos pasa algo, tienes razón y si no tenemos problemas, los inventamos.
—Pero no debemos resignarnos y reducirnos a un simple suceder.
—¡Eso nunca!
—¡Qué bonito es estar bien sin que pasen los días y te dejen esa sensación de estar absolutamente desaprovechado.
—Tal vez estamos deseando todos superar la monogamia y la “monoandria”, el monoteísmo, el “monotonoteismo”, el “monógono”, el “monoedro”,...
—Y llegar a la poliandria y a la poligamia, al politeísmo, a la pluralidad cambiante, a los polígonos, a los poliedros, sean regulares o irregulares,...
—Al acuerdo entre todos, al consenso consentido.
—Es una fórmula que podría experimentarse, vivir en grupos entrañables, amistosos, afables, encantadores, astutos, felices.
—Podría ser una solución.
—No debe ser más difícil que estar atentos a todos los componentes de una familia con hijos.
—¡Hermosa dedicación!
—¡Y difícil!
...)

La superficie de las nubes-27

25. DOS MUNDOS DE ALEGRÍA Y DE AMISTAD

“Pero es mejor estar loco de felicidad que estarlo de infelicidad, es mejor bailar torpemente que caminar cojeando. Aprended, pues, de mí mi sabiduría: incluso la peor de las cosas tiene dos reversos buenos.” (Así habló Zaratustra)

Continuaba caminando, una semana más tarde se encontró con una mujer muy risueña, la misma caminante de siempre, la misma que parecía no reconocerlo cada vez que se encontraban.

—Sebastián (S): ¡Buenos días!
—Amiga (A): ¡Buenos días!, contesta con mucha alegría.
—S: Parece que estás muy contenta.
—A: Es verdad, después de años y años de vida he logrado entender lo más valioso.
—S: Eso está bien y qué es.
—A: Lo más importante es la alegría, la amistad, los amigos que cuentan con nosotros y con los que contamos. Lo he pensado, lo he dicho y lo he gritado antes de venir por este camino.
—S: ¿Dónde?
—A: En la Plaza Central —saca un papel de un bolsillo y lo lee como si fuera un bando municipal—. Lee:

“Tenéis que creerme, mis amigos son así, no es un sueño, ellos son capaces, como funámbulos, de atravesar por una cuerda floja desde el acantilado hasta la isla de enfrente, con su pértiga de equilibrio y con un paraguas rojo en la mano, con un sombrero de arlequín y una máscara de saltimbanqui, la sonrisa en la cara y la alegría en todo el cuerpo y el alma. Se ríen por todo, se animan con todo, se entusiasman por todo.
Tenéis que creerme, no me los estoy inventando, existen, son como flores, saltan como niños, bailan como semillas llevadas por el viento, cantan como los ángeles, tocan música como los dioses, ríen respirando como si fuese imprescindible, están felices y contentos, son necesarios.”

—S: Eso está muy bien.
—A: Más que bien, mira, ¿quieres que te cuente la verdad?
—S: Por supuesto.
—A: Yo soy el embajador de los “dos mundos”, de “BI”.
—S: No te entiendo.
—A: Soy el embajador de “BI (Dos mundos, dos miradas)”.
—S: ¡Te refieres a la obra de teatro!
—A: Sí, exactamente, a la compañía de teatro Els Comediants y la Compañía Acrobática de la China que se unieron hace poco para hacer esta mágica obra de teatro, de alegría, de circo, de magia, de escultura, de encuentros culturales, de fascinación por ver como se convierten las esculturas móviles de Calder en hombres y mujeres acróbatas.
—S: La he visto y tienes razón al hablar de fascinación.
—A: Hay actos que deberían ser obligatorios para que todas las personas, desde los niños hasta los ancianos, tuviesen la oportunidad gozosa de reconciliarse con la vida si lo necesitaban o de ampliarla hasta la alegría, el color, el arte, el juego, el teatro, la luz y el placer de vivir. Lo que hacen Els Comediants y la Compañía Acrobática de la China es magia de verdad, es jugar con la ingravidez y lo imposible, es fascinar a todo el mundo con su juego de encuentros entre dos mundos, dos culturas, dos miradas, dos fascinaciones, dos sexos y en ese juego todos somos necesarios, porque es envolvente, enlazador, portador de uniones dinámicas, de despegues y de aterrizajes a la velocidad de la ilusión. Todo perfecto. También estarían en este nivel de perfección el “Gran Circo Nacional de China” con “Zensation” y, cerca, “EL circo del sol” con su “Saltimbanco”.
—S: Eres la mejor embajadora, parece que te gusta mucho lo que haces.
—A: Muchísimo y te diré más, con razón un actor de Els Comediants, señalando al patio de butacas y al público, dice que es un campo de patatas; tenía, tiene y tendrá razón, los espectadores si sólo somos espectadores somos poco más que patatas, campos de patatas. El arte, la luz, el color, el amor, la alegría, la ironía, el humor, el ejercicio más difícil todavía, están en el escenario, en su verdadero arte, en el despliegue de la belleza creada por catorce actores—acróbatas maravillosos y espléndidos y los cuatro músicos occidentales capaces de interpretar también los ritmos de la música china.
—S: ¡Muy bien! —dice fascinado por la explicación.
—A: Si tuviese una colección de superlativos la emplearía toda entera en destacar la gracia de los movimientos, la inspiración de las situaciones, el ritmo trepidante de su energía, la armonía de las escenas y el delirio de colores, todo perfecto, maravilloso y sublime. ¿Cómo se puede conjugar perfectamente la acrobacia circense en el centro de una obra de teatro sin que teatro y circo pierdan nada, sino al contrario, salgan fortalecidos los dos géneros? Pues bien, se hace y vaya cómo se hace, de forma espectacularmente perfecta.
—S: Yo no puedo decir nada, ya lo dices tú todo.
—A: Si alguien no tiene dinero que lo pida prestado, si tiene algo urgente que hacer que lo retrase unas horas, si va a casarse que espere, si tiene que viajar que regrese a tiempo, que nadie haga nada hasta haber visto esta maravilla, que nadie diga que ha vivido o que ha gozado de la vida o que se ha alegrado o que se ha enamorado hasta que vea toda esta extraordinaria y prodigiosa obra de ingeniería acrobática y teatral tan autosuficiente como gozosa, tan admirable como digna de ser contemplada.
—S: ¡Caramba!, te dio fuerte de verdad.
—A: Sí, por obras de arte como estas podremos decirles alguna vez, en el futuro, a quien quiera escucharnos, “confieso que he vivido”. Y si ver esta obra es un privilegio inolvidable, ser actor—acróbata y acróbata—actor debe ser una experiencia inigualable. Todos los sobresalientes animosos y todas las matrículas con todos los honores para estos actores—músicos—acróbatas—humanos de Els Comediants capaces de armonizar color y simpatía, juegos de lenguaje y delirios cómicos y lo mismo para los acróbatas—actores de la Compañía Acrobática de la China por vencer lo imposible todas las veces que quieren, por hacer reír a la gravedad, por llenar de alegría el movimiento absolutamente virtuoso.
—S: Más que aceptable, maravilloso.
—A: Los personajes escapan y nos invitan a escapar del mundo de las sombras, de las prisas y de la ansiedad multiplicada por tres; como diría Platón, pasan de las sombras a la realidad, llegan a ser tridimensionales, multicolores y, al menos, biculturales. Toda una dialéctica emocional y ascendente, aquí sí que es cierto que “al amor le salen alas”, toda una elevación al lugar donde se dan cita todos los síntomas de la alegría, los niños de la risa, el sol de la luz, el baile de las flores, los ojos de las travesuras, los versos del optimismo, las nubes que se disipan para que entre el sol del aire, la lluvia que crea burbujas sobre la hierba engalanada, el crecimiento que llega y te hace ser tan mayor como un juguete que juega y tan tierno como la bondad de la música, el tejado inclinado para que resbalen las penas y una filosofía poética y potable, un paisaje de nieve siempre conservada como nueva, el estreno festivo de todos los días. Y, al final, si hay que morir, que sea de una sobredosis de alegría.
—A: ¿Por qué mencionas a la filosofía?
—S: Porque, aunque casi nadie lo sepa, la filosofía también puede ser y es esa parte del optimismo y de la alegría que piensa que la razón puede y debe defenderse a sí misma y por sí misma en cualquier asunto, sin necesidad de leyes, presiones, poderes, dineros, permisos, ideologías, dioses, estadísticas,... Ya decía Platón que “la filosofía es la mejor música”, la mejor alegría, el mejor grado de optimismo.
—A: Curiosa perspectiva la de “Bi”: dos mundos y los dos verdaderos, los dos originales y copias, los dos reales, los dos platónicos, perfectos y sensibles, materiales y espirituales,...
—S: Espíritus sensibles y materias perfectas, me gusta.
—A: Los dos mundos llenos de luz y de color, Espinosa a nuestra manera, como los dioses que abandonan su indiferencia para vivir la risa más alegre del mundo.
—S: Sí, al menos es curiosa esta interpretación.
— A: Mira, con la ilusión se logra ver que el Everest es la duna más alta, que la Antártida es la duna más fría, que la Luna es la duna más hermosa y lejana, que la Tierra es la duna más acogedora, que ...

(...
—¡Cuánto entusiasmo!
—Me gusta ese derroche de alegría y de risa, ese canto tan emocionante a la amistad, esa embriaguez impulsiva y creadora.
—A mí también, es estimulante.
—Es divertido, anima y está lleno de energía y de vida.
—Sí, es refrescante y ágil.
—Me gusta.
—¡Eso tiene muy buena pinta¡
—Ya lo creo.
—Sería multicolor, entusiasmante, dinámico.
—Y enriquecedor, y enloquecedor.
—¡Radiante!
—Sería espléndido.
—¿Y cuál es el peligro?
—¡Una vida mejor¡
—¿Eso es un peligro?
—Es que cuando probemos la felicidad no vamos a hacer otra cosa que reincidir.
—Pues qué bien.


YO SÓLO QUERÍA LEER

“¡Yo sólo quería vivir! No soy culpable de nada más, ¡vivir!, ¡sí!, ¡tampoco es pedir demasiado!, hablar con confianza, sonreír y reír con todas las ganas del mundo, sin disimular, poder estar desinhibido totalmente sin tener que pensar que a alguien no le gusta lo que dices; ser un poco feliz, o mucho, o demasiado, y sentir el inmenso placer de estar vivos, eso que llamaríamos “alegría de vivir”; tampoco estoy pidiendo nada del otro mundo.¡Qué cosas tiene la felicidad y la alegría y el placer y el bienestar y el sentirse bien!, ¡qué bien fijadas y guardadas y memorizadas y archivadas se quedan las vivencias más felices! ... En fin, no sé qué te iba contando,... ah, sí,... sí, claro, eso, lo más normal de todo, eso que Aristóteles afirmaba con especial solemnidad: “Todos los hombres buscan la felicidad”, todos los seres humanos quieren ser felices, o algo parecido, tampoco es tan importante la frase exacta, se entiende perfectamente. Es decir, que yo sólo quería ser feliz, reírme sin avergonzarme ni resultar sospechoso, hacer mis acertados o desacertados comentarios (¿seré un bocazas?), hablar, comunicarme, eso, sentir que la vida no es una estafa ni un timo. Por eso me gustaba hacer el proyecto de investigación sobre Nietzsche, con el más atrevido de los hedonistas, con el más salvaje afirmador de las propiedades curativas, terapéuticas y optimistas de la vida, con el más hedonista de los filósofos trágicos, con el más trágico de los filósofos hedonistas.
¡Vivir!, ¡notar que tu vida no está desatendida!, ¡sentir que estás vivo y que no estás derrochando ni desaprovechando el tiempo de cada día!, ¡que haces lo que más te gusta y que eso que tanto te gusta y haces tan bien es tan necesariamente así que no lo puedes cambiar por ninguna otra cosa sin que se tambalee todo el universo! Y leo: “Presenta un proyecto de vida para siglos”, ¿y qué?, ¿y qué hago yo ahora?, si me ha quitado la palabra, si eso es lo que yo quiero, un proyecto para siglos, ¡qué digo siglos!, ¡milenios!; ¡qué digo milenios!, ¡eternidades!; ¡qué digo eternidades!, ¡siempre!; ¡qué digo siempres!,... Más adelante dice: “ejerce una fascinación estética”, ¿y esto qué es?, ¿no es acaso la descripción de mi propio estado?, ¿no estoy absoluta y perdida y ganadamente fascinado? O esta: “Dio a la palabra vida una resonancia áurea”, ¡y me han pillado de nuevo, ¿no es acaso la vida de oro?, bien, y si a alguien no le gusta de oro, ¿no es de plata o de platino o de reflejos de estrellas encantadas?, pero ¿qué he hecho yo para merecer esta sobredosis de alegría a distancia?, ¿por qué no pueden hacerse reales los mejores augurios?,... en fin... no sigo, porque es tan grande el placer que no es posible hacer solo todo el recorrido.
—Un día de estos vas a impresionarme.
—Tampoco estaría mal.
...)