Otro día Miguel escribe algo escéptico:
—(Nota: las expresiones "Me quiere" y "No me quiere" son cosas que les pasan a las margaritas).
(Me quiere)... Recuerda que su padre le contaba que pertenecía a la familia de los "Airas", del aire.
(No me quiere)
(Me quiere)... Me gustaría viajar contigo a un hotel tranquilo en donde la única tarea fuese disfrutar de la presencia perfecta de los días.
(No me quiere)
(Me quiere)... Allí escribiría una especie de manual nanofilosófico: El Ser para ser. El ser para la Vida. La vida para vivirla. Vivirla para disfrutar y sentir. La vida para sonreír y elevarnos hasta el Alto Deseo Reverencial... y así sucesivamente.
(No me quiere)... A veces me gustaría pedirte perdón por quererte demasiado (y eso que dicen que son las mujeres las especialistas en este asunto), por querer con exceso y sin saber casi nada, por exagerar y no haber acertado en lo esencial, por subir y crecer y no haber ascendido hasta ti, por amar y no haberme enterado de lo que significa, por apostarlo todo y perderlo sin haber pensado en un plan alternativo, por creer con absoluta seguridad instintiva pero sin saber, por saber y no poder, por poder y no querer alterar tu libertad, por no saber ser libre sin ti, por necesitarte tanto, por equivocarme haga lo que haga, por hacer nudos con el entusiasmo, caos con la vitalidad, raíces con las hojas...
(Me quiere)... Algún apunte de una conferencia sobre Nanociencias de "El arte del magnetismo": 1 metro tiene 1.000.000.000 nanómetros, 1 milímetro tiene 1.000.000 nanómetros, 1 micra tiene 1.000 nanómetros, 1 anstrong mide 0,1 nanómetros. La Nanociencia es interdisciplinar, biología, química, física, ingeniería, medicina... literatura... Nanomateriales, nanoporos, nanocuentos nanomagnéticos, incluso cuentos multicapas, pulverizados en el texto, cuentos delgados, blandos, permanentes... descuentos mentales... y con todo esto a veces se hace magia.
(No me quiere)... Uno de uno, edición limitada, es una especie de revolución sin puntualizaciones donde nadie sabe lo que es convergente y lo que es divergente, pero transmite una extraña emoción magnética.
(Me quiere)... ¿Qué hay que alcanzar? Alcanzar es alcanzarte. "Y darle a la caza alcance".
(No me quiere)... Entre buscar la verdad y encontrarla los filósofos siempre han preferido buscar la verdad, lo que no deja de ser curioso porque, una vez encontrada ya se sabe todo; aunque también se sigue viviendo en el exilio. La verdad es más difícil de lo que parece a primera vista, por eso se dice que es inefable, inasible, inmarcesible, inalcanzable...
(Me quiere)
(No me quiere).... Alguien dijo que el problema no es que él no creyera en Dios, es que Dios no creía en él; porque eso se nota.
(Me quiere)
(No me quiere).... Toda la vida buscando una sensación perfecta y, cuando la encuentras, la sensación no quería estar con él.
(Me quiere)... En la playa por la tarde imaginaba el mar dorado.
(No me quiere)...Mitos de expulsión y mitos de comunión. El Paraíso perdido, La Metamorfosis es un nanosegundo, estoy En busca del tiempo perdido, la mitad de 100 años de soledad, Esperando a Godot y saber que existe.
(Me quiere)... ¿Qué dosis de ingenuidad, de simpleza, de candidez, de inocencia, de inconsciencia y de irresponsabilidad se necesitan para seguir creyendo que sólo esta vida y este mundo son posibles?
Juan, que presume de original, escribe:
—¡No te lo vas a creer!, ayer, durante unos minutos, y sin previo aviso, me dio un ataque de convencionalismo agudo que ni la UVI móvil pudo hacer nada por mí. El médico de urgencias dijo que no se podía hacer gran cosa cuando alguien tiene un ataque tan serio de hiperconvencionalismo; él trataba de calmarme, me decía que hoy en día ya no se lleva eso de ser como todo el mundo, que hoy las cosas son más fluidas, en fin, que casi estuve a punto de encontrarme...
¡Qué cosas, yo aquí bromeando mientras ocurren trágicos accidentes, las guerras recientes y las que están ahora más o menos silenciadas...!,; no pretendo ser un inconsciente, sólo soportar tanto sufrimiento inútil. A Sartre se le olvidó una cosa cuando decía que el hombre era una pasión inútil; inútiles son las pasiones dañinas, dolorosas, las que hacen sufrir, las que provocan enfermedades y muertes, no las pasiones deliciosas del amor y esas cosas tan entretenidas.
Por cierto, no sé si te he dicho que me encantan los helados de sabores que invento cuando disfruto mucho de la vida.
Alejandro, atento, explica lo siguiente:
Últimas noticias de P:
—En Polombia siempre hemos sido Minimalistas y nunca hemos considerado el barroco como un estilo artístico, sino como una acumulación de ornamentos, alborotos y despropósitos sin sentido. Aquí siempre hemos sido partidarios de vivir sin complicarnos la vida, por eso hemos pasado del arte egipcio reducido, del arte clásico griego y romano minimalistas a los estilos bizantinos mínimos, al estilo visigótico estilizado, al arte árabe sin recargamientos, y de ahí al románico depurado, al gótico sin llamas, al Gran Renacimiento y, sin pasar por el barroco, hemos llegado al neoclasicismo en su punto. También hemos conocido el impresionismo ajustado, el cubismo analítico, el futurismo sujetado, la abstracción apurada, el constructivismo sin añadiduras, el dadá travieso y simple, el surrealismo controlado, el cinetismo admirable calderiano... y así un buen montón de movimientos de vanguardia que se han preocupado de experimentar con todo sin acumular demasiado.
Sebastián improvisa sobre la marcha:
—En Polombia tienen la buena costumbre de vivir sin pedir permiso ni disculparse por hacerlo con intensidad; aquí, como todo el mundo sabe, nadie presenta una solicitud para estar bien, para sentirse gozoso o para ser alegre; pero -eso sí- son muy escrupulosos y exigen a todo el mundo montones de informes, impresos, solicitudes y burocracias si desea estar triste, enfermo o para cualquier cosa deprimente parecida, es decir, si alguien quiere vivir un poco menos de lo extraordinario debe tomar todo tipo de precauciones.
Óscar, se lanzó a la aventura:
—En Polombia tenía una nube que me acompañaba a todas partes, se apoyaba encima de mis hombros como suelen hacer las nubes atmosféricas en las montañas, era deliciosa. Tenía su propio sol, lo que hacía que fuera maravillosamente dorada; también tenía sus propias y pequeñas tormentas, relámpagos luminosos, pero no truenos, nunca me asustaba. Se formaba delante de mis ojos cuando no quería que viese algo desagradable y me proporcionaba el grado justo de humedad y temperatura para vivir de verdad una Vida plena. Cuando sabía vivir, la nube era puro resplandor y así se estrenaba la alegría.
Decidió entonces comprar un observatorio astronómico, por ejemplo el de Monte Palomar; sabía que era un capricho muy caro, pero necesitaba sus grandes lentes y espejos para ver bien a la estrella.
Era materialista, pero no un materialista grosero; él era partidario de un materialismo vitalista, de un vitalismo hedonista, de un hedonismo sensualista, de un sensualismo calderiano, de un calderismo...
Una mañana se encontró, de repente, con el hecho de que su alma era cubista y eso, en un mundo surrealista y cinético, hacía poco viable un proyecto minimalista.
No tenía derecho a estar de acuerdo ni en desacuerdo, se quedó en el camino, pero no se podía hacer nada, todo el mundo tiene derecho a ser quien quiere ser.
Se preguntaba si existiría una melancolía feliz, una angustia tranquila, una ansiedad relajada, una tristeza alegre, una soledad acompañada, un silencio sonoro, un agitado reposo.
Llegó a alcanzar la confianza total del que puede entregar el alma, el grado de atención que eliminaba cualquier brusquedad, la benevolencia para acoger con cariño hasta lo errores y así pudo hacer de todo la sede de lo agradable.
Acumulaba afectos y todo el mundo lo criticaba. Pero es que la belleza llegaba y no podía negarse a tanto esplendor.
"El arte es un paso que la naturaleza da hacia el infinito", Jalil Gibran. Él estaba bien encaminado.
Le habría dado todos los dados de la suerte para que hiciera la jugada y, saliese lo que saliese, siempre habría aceptado el resultado.
Antes de que se convirtiese en ficción, en un personaje literario; antes de que empezase a entrever que todo había sido sólo un sueño, antes, mucho antes había vivido bajo los efectos de la mejor droga conocida, el enamoramiento apasionado, la embriaguez dionisíaca, el orgiasmo divino...
Él pensaba: "Sólo hay un regalo que quiero devolverte, pero no porque no lo quiera, ya que es lo que más estimo en estos momentos de soledad y recuerdos. Pero debo hacerlo, buscaré y envolveré en el mejor y más delicado papel de seda azul este presente que me has hecho, que me has dado, y así te haré llegar todo lo que siento. Mi alma te pertenece y sólo contigo quiere estar; el resto, el cuerpo y esas cosas, aquí se quedan, sinmigo".
Cuando me encargaron el mantenimiento del Cosmos pensé que no sería un asunto muy fácil; poco a poco he ido comprobando que es bastante complicado, Pero no fue hasta hace unos meses cuando me di cuenta de que era dificilísimo. El Universo era y sigue siendo muy suyo, podía cuidarlo, dedicarme por entero a que no le faltase nada, a complacerlo en todo y, sin embargo, no era posible decir que mi trabajo fuese satisfactorio, apenas llegaba a mantenerme en el simple nivel de aprobado.
Abandonó cualquier pretensión de gloria literaria, no quería publicar nada, ya tenía la mejor lectora del mundo.
Sólo quiero momentos de silenciosa soledad, entonces surge de algún interior inexplorado algún tipo de felicidad infrecuente en forma de palabras redondeadas. Se está bien en el mundo, sé que existe el Cosmos.
De la realidad conozco lo justo para evitarla todo lo que puedo, dada su especial habilidad para estropear -con su realismo, a veces sucio- casi todo; por eso selecciono amplios horizontes y la música adecuada, y abandono cualquier tipo de filosofía de la sospecha, entonces imagino y sé que podría multiplicarse la alegría de ser sin cansarse.
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