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martes, 8 de noviembre de 2011

A LA ALTURA DEL AIRE-9

Luis, el director de cine, decidió que era el momento de contarles su proyecto: EL MECENAS DE P-1

—I - Paulita en la playa.

Cuando el Presidente de P, Leonardo Augusto, reunió a los principales medios informativos del mundo y declaró a toda la comunidad internacional que su país y su palacio estaban abiertos a todos los artistas, filósofos y científicos del mundo que pudieran y supieran avanzar en los estudios del Departamento de Disfrutología de la Universidad, muchos fueron los escépticos, los que sonrieron con autosuficiencia, los que lo consideraron poco más que una ocurrencia sin importancia, los que pensaron que no era más que otro sistema para destacar como destino turístico dado el nivel tan exigente de competencia internacional que existía y hasta los que empezaron a dudar de su estabilidad mental.
Sin embargo, Paula, una escritora muy joven, consideró que podía ser una posibilidad a tener en cuenta; es más, pensó seriamente que trasladarse a P era lo que necesitaba. Un palacio con innumerables habitaciones, un ambiente propicio para la creación y los desafíos intelectuales y la solución a todos sus pequeños problemas económicos; por fin podría despreocuparse de esas pequeñas molestias que, en forma de facturas o plazos de hipotecas y préstamos, siempre la pillaban despistada; realmente una artista de verdad tiene otras cosas más importantes que hacer en el mundo que dedicarse a pensar en la declaración de Hacienda, a recordar cuándo y cómo debía pagar cada cuota de lo que le debía a esos grandes sofistas del dinero que se reconocen con el nombre de Banco o a cuestiones del mismo calibre y sinsustancia.
Leyendo despacio las condiciones, todo parecía prometedor y maravilloso, una especie de Paraíso Cultural en la Tierra, sólo tenía que escribir un proyecto que le permitiese ser seleccionada entre los miles de artistas que, sin duda, solicitarían, ese beneficio.
Cuando volvió a releer las exigencias para obtener la gran Beca Polombina, se dio cuenta de que habría que pensar muy bien lo que iba a enviar. Las bases decían textualmente lo siguiente:

1-El Estado de P, el Ministerio de Bienestar y, en su nombre, el Departamento de Disfrutología de la Universidad de P, consideran necesario repensar las condiciones que hacen posible una vida feliz en la Tierra a los seres humanos.
2-Considerando también que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que cumple más de sesenta años, no se ha cumplido ni siquiera mínimamente en muchos lugares del mundo.
3.Considerando que los seres humanos siguen viviendo y muriendo y pocos de ellos logran ser felices.
4.Considerando que uno de los principales deberes y derechos de todos los humanos es ser felices y ayudar a crear las condiciones que hagan posible esa felicidad para todos los demás.
5.Considerando que el Proyecto del Hedonismo Utópico puede ser una teoría de la que pueden surgir diversos marcos políticos y sociales para rediseñar las actuales condiciones materiales de la existencia.
6.Considerando que los Gobiernos del mundo deben hacer todo lo que esté en su mano para procurar el máximo bienestar posible a todos los pobladores humanos actuales y futuros del planeta.
7.Considerando que el placer, la alegría y la felicidad no deberían ser una exclusiva polombina.
Este Departamento de Disfrutología anuncia la creación de las primeras AYUDAS INTERNACIONALES PARA LA CREACIÓN HEDONISTA ARTÍSTICA, LITERARIA, FILOSÓFICA Y CIENTÍFICA.
La finalidad de los proyectos y de las obras siempre debe ser el aumento de la Felicidad, de la Dulzura y del Disfrute Universal, no la acumulación de riqueza y posesiones en manos de unos pocos.
Esta convocatoria está abierta a todos los ciudadanos del mundo que presenten un proyecto creativo tan dulce y sugerente que, una vez realizado (escrito, leído, pintado, esculturizado, dibujado, diseñado, bailado, compuesto, cantado, filmado, construido...) procure beneficios inmediatos a la Humanidad en forma de disminución del dolor y del sufrimiento o de aumento de la felicidad, de la alegría y del placer general

Paula leía una y otra vez las condiciones y no cabía en sí de gozo, estaba claro, esta era su oportunidad; ¡P la esperaba!, ya se veía a sí misma levantándose cada día para escribir con absoluta tranquilidad sobre la delicadeza del mundo de los colibríes, sobre el valor de los mimos como pompas de jabón, sobre la importancia de la alegría en el diseño perfecto de las formas redondeadas, sobre la búsqueda y la creación de las mejores palabras que nos reconciliasen con el mundo, sobre la retitulación de todas las partes del universo o sobre el uso de los diminutivos cariñosos que añaden gozo al mundo sin esconder sus carencias.
Lo sabía, sólo tenía que escribir uno de sus relatos para conseguirlo, sólo necesitaba uno de sus cuentos para entrar en el paraíso polombino. Entonces fue cuando se dio cuenta del juego, existían Colonia y Polonia, existían también Colombia y Polombia, y eso tenía qué significar algo, aunque todavía no sabía qué. De hecho ni siquiera sabía dónde estaba ese país llamado Polombia, lo buscó en todos sus atlas y diccionarios y nada, en internet tampoco aparecía nada que hiciese sospechar que, en algún lugar de este planeta, existiese tal paraíso. Pero Paula no era una mujer que se desanimase fácilmente, al contrario, estas dificultades le hacían sospechar que lo que se escondía tenía que ser magnífico.
La convocatoria no incluía en ninguna parte lugar ni dirección postal ni teléfono, ni dirección de correo electrónico ni página web ni nada parecido que permitiese localizar y enviar el proyecto. Las noticias de prensa indicaban P, pero nadie sabía señalar dónde estaba ese mítico país.
Paula se propone hacer algo que sea el comienzo de una historia y realiza un plan de la obra (que podría modificar a su antojo):

1-Paula es una escritora de relatos y quiere dedicarse a escribir sin preocuparse de las trivialidades de la vida cotidiana. Lee la convocatoria de unas ayudas para la creación artística en P, país del que no sabe nada.
2-Paula es una mujer fascinante, bellísima y encantadora. Aunque no sabe nada de P y es anumérica y palabrista (estas dos cualidades tienen su importancia), decide empezar por lo importante, escribe su relato, su cuento, como presentación y solicitud para conseguir esa ayuda.
3- Paula debe localizar al menos una dirección para enviar su trabajo. Nadie sabe nada, ni en internet, ni los periódicos, ni las agencias internacionales de noticias...
4-Paula no es pequeña en ningún sentido, pero empieza a pensar que todo ha sido un sueño, una quimera, un producto de su imaginación; de todos modos jamás se desespera, en sus idas y venidas y andanzas por las bibliotecas acaba encontrándose con Alejandro, que también escribe.
5-Entre los dos se establece una maravillosa complicidad y, dado que siguen sin encontrar la dirección de P, deciden inventarla. Juntos crean el acceso al país en el que se protegen las artes, las humanidades, las ciencias y las filosofías, donde todo lo amable es bienvenido y se desconoce la envidia, el capitalismo salvaje y la violencia.
6-Unidos por su creación, por su imaginación y por lo que van descubriendo, se enamoran y deciden vivir juntos, aunque ambos tengan ciertos reparos teóricos a esa peligrosa combinación entre amor, facturas, zapatillas y cepillos de dientes.
7-Durante años escriben su obra maestra, en ella se narra la existencia de un país, P, que es un estado de ánimo exultante, un delirio de la imaginación más exagerada, un prodigio de las sonrisas complacientes, la danza de las palabras enamoradas... P es una extraña y fascinante combinación de historia de amor, realismo mágico, ficción poética, hedonismo utópico y yo que sé qué más...
8-P existe y está en ellos, cada vez que se miran la están creando, cada vez que se ríen y crean una nueva palabra, cada vez que surge una nueva idea para añadir a su larga lista de situaciones.
9-Paula es anumérica, pero genialmente palabrista, puede generar un algoritmo lingüístico en segundos y reconvertir una frase ruinosa en un verso resplandeciente; también puede establecer un protocolo de actuación para los casos desesperados en los que las palabras ruinosas, anémicas, gastadas o dudosas, adquieran todo el esplendor de su origen paradisíaco.
A Alejandro se le ocurren cosas pero, sobre todo, se deja seducir y asiste fascinado al espectáculo de verla.
10-Encuentran un editor que publica su libro, del que se venden millones de ejemplares en decenas de países; viajan por todo el mundo haciendo unos reportajes maravillosos en los que ella siempre se arregla (en todos los sentidos) para que se note su toque poético; él bastante hace con renacer de los continuos desmayos a los que ella lo somete tan a menudo como quiere, porque él siempre quiere, siempre dice Sí.
11-Y así sucesivamente. Y colorín colorado, aunque este cuento no se ha terminado...

Paula le dice que si le gusta el plan de la obra entonces tiene que empezar a escribir, para viajar juntos.
Alejandro le da siempre la razón; sus días son tan gozosos y levitantes que no es extraño que lo noten los colores y la ropa y hasta cada paso que dan. Viven de las "rentas" de lo que se regalan, son rentistas que viven pendientes del interés de las palabras.
A los dos les gustaba la "teoría" del amor desdramatizado, les gustaba la fase A (atractiva, abracadabrante) y les fascina la fase B (buena y bonita y polombesa); saben que no están obligados a "casarse", desmayarse juntos no obliga. También les gustaba que no lo tuviesen "destranscendentalizado" (¡qué palabra!), sentirse maravillosamente bien juntos en nuestras uniones sensuales, placenteras, gozosas, ricas, sensibles, sensoriales, paradisíacas... así eran, como un dulce jardín donde suenan los más deliciosos cantos celestiales del mundo.


Luz les recordó que el Gabinete de Prensa del Departamento de Disfrutología de la Universidad de P pretendía que se recuperasen muy pronto.

Ignacio, el bailarín, comentó:

--“Vivir es una fiesta maravillosa, mi querida palabrista, que me suena a equilibrista de palabras, a alegrista, a voluptuosista, a prestipalabrista o a prestisofíadora, atractivista... lo cierto es que sabes elevar el nivel de cada día y llenarlo con tu prosa sonriente y tu poesía más lograda.
Radicalmente libre, tal vez librepensadora, vives más allá del siglo XXIII; alguien me decía que tienes mucha suerte, que eres muy sonriente y muy alegre. Y, sutilmente, como si no supiera nada, le daba la razón. Como decía Santa Teresa de nuestro San Juan, no sólo transciendes sino que ayudas a transcender.
Eres Eva, el paraíso, la manzana, las frutas tropicales y el árbol de la ciencia del bien y del sol; eres la Diosa de la Creación, el principio del Verbo y de las mejores palabras, la tentación suprema y la inocencia absoluta, la admisión al Jardín de todas las Delicias y, por tanto, también eres el Edén y el Cielo en cada beso, el modelo de la perfección en cada mimo, el molde con el que se hace la alegría de vivir, la receta para hacer el canon de la escultura risueña femenina; cuando te acercas eres el prototipo inmaculado de las diosas, el aire de seda antes de que existiese el tiempo que envejece y erosiona, el origen de las palabras divinas que acarician... y tantas otras cosas que no sé decir porque las siento por todo mi cuerpo de Ayer, de Polombia, y todavía no las sé traducir.
Tal vez te guste también este poema, del libro El ojo de la mujer:
Gioconda Belli No me arrepiento de nada

“...porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas...
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones...
No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf...”

Federico, arrebatado, dijo:

—¡Eso es el arte!, el verdadero, el auténtico, el que no disimula su pasión por la vida. ¿Qué es el arte?, se preguntaba Nietzsche y decía: “¿Es el arte una consecuencia de la insatisfacción por la realidad? ¿O una expresión del reconocimiento por la felicidad gozada?”. Es una expresión de Polombia.

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